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¿Qué son las ballenas jorobadas?
Son mamíferos marinos, cetáceos misticetos —grandes animales barbados— que pertenecen a la familia Balaenopteridae y son conocidos como rorcuales. El nombre científico de la ballena jorobada que llega a México es Megaptera novaeangliae, un género que hace referencia a las grandes aletas pectorales que presenta (Megaptera), mientras que el nombre de la especie indica el lugar donde se dieron los primeros avistamientos, en Nueva Inglaterra, en las costas del Atlántico de Estados Unidos de Norteamérica (M. novaeangliae).
Se le llama ballena jorobada o yubarta porque presentan una pequeña aleta dorsal desplazada hacia la parte caudal —parte posterior de su cuerpo—, dando al cuerpo un aspecto de joroba; el término yubarta hace referencia a la forma de la joroba.
¿Por qué es importante estudiar a las ballenas?
Durante doscientos años, las ballenas sufrieron por la cacería con fines para obtener su carne, su grasa y sus huesos, disminuyendo drásticamente sus poblaciones. Afortunadamente, durante los años 70 y 80 se realizaron movimientos sociales para salvar a las ballenas y detener la cacería con fines comerciales, con el objetivo de detener la destrucción y deterioro de nuestro ambiente. Las manifestaciones sociales de esos años detuvieron un poco la cacería de ballenas, sin embargo, el número de individuos y de sus poblaciones enfrentan hoy graves amenazas.
A los conservacionistas y protectores de la fauna marina se les ha atribuido que la conservación y protección de las ballenas se realiza por ser bonitas y carismáticas. Y eso es muy cierto, debemos reconocer que las ballenas son ingenieras del medio ambiente, ayudan a mantener la estabilidad y la salud en los océanos, es por ello, que salvar a las ballenas es esencial para promover los procesos de regeneración en los océanos.
Hay diversos beneficios que las ballenas jorobadas hacen por el ambiente. Por ejemplo, sus excrementos llamados «penachos fecales», que son abundantes y grandes, quedan expuestos por las ballenas cuando se sumergen y salen de las profundidades a la superficie, lo que favorece el movimiento de una cantidad impresionante de nutrientes. Estos «penachos fecales» estimulan el crecimiento del fitoplancton, la base de la cadena alimenticia, beneficiando a todo el ecosistema marino. Además, durante las migraciones de las ballenas jorobadas, se transportan nutrientes en sus heces, lo que favorece al ciclo de los nutrientes a todos los lugares que viajan las ballenas, a lo largo y ancho de los océanos; los cadáveres de las ballenas por muerte natural forman la «caída de ballenas», una gran fuente de detritos —residuos sólidos provenientes de la descomposición de fuentes orgánicas— que resulta ser un banquete para muchas especies marinas.
Los cadáveres de las ballenas en las playas resultan ser también un banquete para especies terrestres depredadoras. Por la intensa cacería que se realizó por más doscientos años, matando y retirando los cuerpos de las ballenas de los océanos, se alteró la taza de distribución geográfica de esta «caída de ballenas». Los científicos piensan que la dependencia que había de esta fuente de nutrientes, seguramente llevó a la extinción a muchas especies marinas.
Las ballenas jorobadas son sumideros de carbono, ya que sus cuerpos transportan toneladas de carbono que atrapan y retienen de la atmósfera y que es llevado hasta las profundidades del océano, ayudando a ralentizar —hacer más lento— el calentamiento global; se compara con la cantidad de CO2 de 80 000 automóviles al año.
Conoce la importancia de estas ballenas, no solo por bonitas y carismáticas
Hay información en las redes sociales que ilustran de manera sencilla la importancia que tienen las ballenas en los ambientes marinos, infografías promovidas por diferentes organizaciones internacionales; invitamos a los lectores a conocerlas y a divulgarlas para que más gente reconozca la importancia de las ballenas en los océanos, y no tan solo por ser bonitas y carismáticas. A continuación, te muestro más información de este importante mamífero marino.
La ballena jorobada es una especie robusta, con grandes aletas pectorales; las hembras adultas llegan a medir de 15 a 19 metros, mientras que los machos adultos entre 14 y 17 metros, con un peso de 30-40 o hasta 50 toneladas. La coloración en las ballenas es totalmente negra en la parte superior y puede ser gris claro o blanco en la parte inferior. Se distinguen sus pliegues gulares —serie de dobleces en la piel— que son paralelos desde la punta de las mandíbulas hasta el ombligo, las cuales se expanden mientras se alimenta.
Se reconocen las ballenas como cetáceos de gran tamaño con barbas o ballenas, que son láminas córneas duras y flexibles que cuelgan de la mandíbula superior y que filtran el agua reteniendo el alimento. Destacan protuberancias en su cabeza y mandíbulas, llamados tubérculos cefálicos o tubérculos dérmicos, que son folículos pilosos —hueco en la superficie de la piel en la que crece el pelo— que se les atribuye cierta sensibilidad, alertándolos a ciertos estímulos. Cuentan con un par de espiráculos, que son dos orificios en la parte superior de su cabeza, por los que respiran oxígeno del aire cuando se acercan a la superficie para respirar, expulsan ese aire con fuerza a través de los espiráculos formando el famoso «soplo», visible a distancia, y que denotan su presencia en los mares.
¿Qué comen las ballenas jorobadas?
Estas ballenas se alimentan solo seis meses por año, generalmente durante su estancia en las regiones polares, después migran a zonas tropicales y subtropicales para reproducirse y tener a sus crías. Durante el invierno, viven seis meses gracias a la reserva de grasa que ganaron en las zonas más frías; es el combustible para los seis meses sin alimento. Es de imaginarse la cantidad de energía que ocupan para migrar desde una zona a otra, la energía que gastan en viajar y en otras actividades más que ellas hacen.
Las ballenas jorobadas tienen una técnica especial de alimentación. En el fondo se integran en grupos nadando en círculos llamado «red de burbujas», lo que altera a los peces que quedan atrapados; la «red de burbujas» se va cerrando poco a poco a cierta distancia de la superficie, las ballenas los atrapan con su mandíbula y pliegues gulares extendidos, creando una gran bolsa de la que obtienen su alimento como kril, plancton y peces pequeños.
Durante su estancia invernal, los machos cortejan a las hembras sacando sus aletas a la superficie, dan vueltas, saltan, cantan, etc., exhibiciones que realizan para llamar la atención de las hembras. Con estos movimientos y cantos, los machos marcan territorio, es una forma de selección sexual y llaman a las hembras. El canto de las ballenas lo podemos escuchar a distancia y es extraordinariamente sublime. El comportamiento de los machos hacia las hembras en los mares tropicales y subtropicales, son eventos importantes de cortejo y apareamiento, hay mucho amor en el mar.
Después del invierno, las hembras regresan a sus lugares de alimentación, migran preñadas y, al siguiente año, regresan y las crías nacen en las zonas tropicales y subtropicales. Cada dos o tres años, una hembra adulta tiene una cría que se le conoce como ballenato; la gestación puede durar de 11 a 12 meses. Las crías son amamantadas durante un año, al nacer tienen un tamaño de cuatro a cinco metros y un peso de 700 kg, durante los primeros seis meses se alimentan de leche materna, después la combinan con alimento que ellos mismos capturan. Los ballenatos son independientes al segundo año de vida con nueve metros de largo y son sexualmente maduros entre los seis y diez años de edad. Las ballenas jorobadas pueden llegar a vivir hasta 40 o 50 años. La relación de las hembras con sus crías es muy relevante para la especie.
¿Dónde viven las ballenas jorobadas?
Viven en todo el mundo, desde los trópicos hasta el margen de los hielos subpolares, tienen un ciclo migratorio anual, alimentándose en zonas de productividad durante el verano y en el invierno migran a lugares tropicales y subtropicales donde se aparean, paren y cuidan a sus crías durante los primeros meses de vida. En México, se encuentran en el pacífico entre los meses de noviembre a mayo, en su estancia invernal en aguas no tan profundas, cercanas a las costas continentales, en aguas cálidas de entre 22-25 °C y se alimentan en zonas de alta productividad durante el verano, regresando en invierno al Pacífico mexicano.
¿Cómo estudiar a las ballenas y qué hacer por ellas?
Los biólogos utilizan imágenes de fotografías, video, cámaras, drones y dispositivos que permite la fotoidentificación que se comparte en catálogos nacionales e internacionales para conocer las rutas que siguen las ballenas, la población, su movimiento, la etología o sus agrupaciones. Una imagen de la aleta caudal es única —es como la huella dactilar humana y con patrón de coloración que va de completamente blanco a negro—, ya que permite distinguir a ballenas individuales. La fotoidentificación es una técnica menos invasiva y fundamental en la investigación en todo el mundo.
Los sonidos y cantos son escuchados y grabados por hidrófonos, que son micrófonos sumergibles que registran los cantos de machos que son únicos en cada temporada. El canto ayuda a reconocer su presencia y distancia en el área de estudio. El canto es un conjunto de sonidos que utilizan para comunicarse, cortejar, selección sexual, marcar territorio, etc. En 1996, Philip Clapham comentó: «el canto de las ballenas es probablemente el canto más complejo del reino animal».
El uso de muestras tomadas de las ballenas es otra forma de estudiarlas, las cuales pueden tomarse de diferentes partes del cuerpo, lo que permite conocer el estado de salud, dieta, aspectos genéticos, exposición a contaminantes como especies bioacumuladoras. Estas muestras pueden ser una biopsia de piel —células o tejidos— obtenida con ayuda de una ballesta o rifle neumático, muestras de piel desprendida, muestras respiratorias como bioindicadores y muestras fecales.
Las ballenas han sufrido 200 años de cacería; debemos evitar la caza comercial, pero hay países que no han querido «soltar el arpón», evitemos grandes embarcaciones en zonas de crianza y alimentación, alejémoslas de las redes de pesca para evitar que queden atrapadas, contextualicemos mensajes conservacionistas y seamos conscientes que el aire que respiramos es quizás producto de la actividad del fitoplancton alimentado por el desecho de las ballenas. También evitemos que las ballenas sufran ya que son sensibles a la contaminación química, al tráfico de las embarcaciones, al turismo, a desarrollos urbanos, a las pesquerías, al cambio climático.
«Conservemos y protejamos a las Ballenas Jorobadas en México y el mundo»
Para Saber Más:
Chami R., Cosimano T.F., Fullenkamp C. y Oztosun S. (2019). Nature’s Solution to Climate Change: A strategy to protect whales can limit greenhouse gases and global warming. Finance & Development, 56(004), 34-38. https://www.imf.org/en/Publications/fandd/issues/2019/12/natures-solution-to-climate-change-chami
Johnson C., Reisinger R., Palacios D., et al. (2022). Protecting Blue Corridors, Challenges and Solutions for Migratory Whales Navigating International and National Seas. WWF, Oregon State University, University of California, Santa Cruz, Publisher: WWF International, Switzerland. https://wwfeu.awsassets.panda.org/downloads/wwf_blue_corridors_report_feb2022.pdf
Oceana. (2022). Áreas Naturales Protegidas ¿Al rescate de tortugas y ballenas? 71 pp. https://mx.oceana.org/wp-content/uploads/sites/17/OCEANA-INFORME-BALLENAS-Y-TORTUGAS_DOI.pdf
SEMARNAT. (2018). Programa de Acción para la Conservación de la Especie Ballena Jorobada (Megaptera novaeangliae), SEMARNAT/CONANP, México. https://www.gob.mx/conanp/documentos/programa-de-accion-para-la-conservacion-de-la-especie-pace-ballena-jorobada-megaptera-novaeangliae
Adriana Lechuga-Granados. Profesora-Investigadora, Laboratorio de Socioecología y Conservación de la Biodiversidad, Facultad de Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Michoacán.
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