El trasplante de órganos es una alternativa que surgió hace algunos siglos para sustituir un órgano o tejido enfermo por otro que funcione adecuadamente, con el objetivo de mejorar la salud o el aspecto físico de un paciente. Este procedimiento ha permitido a un gran número de personas seguir viviendo o mejorar su calidad de vida. Los especialistas dicen que los órganos de una persona donante pueden salvar o ayudar hasta 50 personas. Los órganos que se pueden donar son: riñones, corazón, hígado, páncreas, intestinos, pulmones, piel, hueso, médula ósea y córnea. La mayoría de las donaciones se dan cuando el donante fallece, pero algunas de ellas pueden ser en vida.
De acuerdo al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), al 22 de septiembre de 2021, en esta institución se realizaron mil 69 trasplantes, entre ellos: 489 de riñones, 407 de córneas, 128 de médula ósea, 34 de hígado y 11 de corazón; mientras que, al 29 de septiembre del mismo año, en el Registro General de Trasplantes, el IMSS tenía inscritos a 13 mil 993 pacientes en espera de un riñón, mil 971 de córnea, 68 de hígado y 28 de corazón.
En México existe una amplia demanda de trasplantes de corazón e hígado, lo que está íntimamente ligado a la prevalencia que tenemos de diabetes y su relación con la hipertensión arterial y la insuficiencia renal. El trasplante de órganos en muchos de los casos es la única alternativa que tienen los pacientes; sin embargo, la baja tasa de donación y, por ende, la baja disponibilidad de órganos, hace que anualmente un gran número de personas pierdan la vida en espera de un trasplante. A nivel mundial la situación no es muy diferente, por lo que se han buscado alternativas para tratar de salvar la mayor cantidad de vidas posibles.
Historia de trasplante de órganos.
La idea de reemplazar órganos enfermos ha existido desde hace miles de años, incluso algunas pinturas famosas sugieren el trasplante de una pierna por los médicos santos del siglo III, Cosme y Damián. Existe una gran historia al respecto, pero algunos de los datos más relevantes incluyen el reporte del primer riñón trasplantado con éxito en 1954, mientras que los trasplantes de corazón y páncreas se realizaron con éxito a finales de la década de los sesenta. En la década de los ochentas se realizó un trasplante de pulmón, y fue en esa época cuando se estableció el potencial rechazo de órganos; a partir del estudio de estos efectos de rechazo, con el paso de los años se han logrado trasplantes cada vez más exitosos.
En el siglo pasado se describió el concepto de muerte cerebral en humanos, lo que dio paso a la era de los trasplantes cadavéricos. El éxito de este procedimiento, con el uso de inmunosupresores para evitar el rechazo del órgano por el cuerpo del paciente receptor, hicieron de esta opción el mejor tratamiento para varias enfermedades potencialmente mortales. Pero la escasez de donantes se ha convertido en un problema, por lo que se han considerado diferentes alternativas para su solución, entre ellas el xenotrasplante.
Xenotrasplante: Una alternativa a la escasez de órganos
Los xenotrasplantes —del griego xenos, que significa ‘extraño’ o ‘extranjero’— son el proceso en el cual se realiza un trasplante de órganos entre especies distintas. Este procedimiento puede implicar el trasplante, la implantación o la infusión en un receptor humano de células, tejidos u órganos vivos de una fuente animal no humana. También, incluye procedimientos que impliquen fluidos corporales humanos, tejidos celulares u órganos que tengan contacto ex vivo con células, tejidos u órganos no humanos. El trasplante de especies cruzadas es una perspectiva que se ha estudiado desde hace muchos años, ya que puede ofrecer un suministro ilimitado de órganos y células para el trasplante clínico. La finalidad de esta técnica no es suplir a los órganos de donantes vivos o de pacientes clínicamente muertos, sino más bien conseguir tiempo extra de supervivencia a las personas que necesitan un órgano y se encuentran en lista de espera.
Tomado de: https://diariosanitario.com/xenotrasplante/
En los XVII y XVIII se probó la xenotransfusión, y se experimentó con el uso de injertos de piel, especialmente provenientes de las ranas. La historia del xenoimplantación ha involucrado células y tejidos como sangre, huesos y piel. En 1906, Mathieu Jaboulay, registró el primer trasplante de un injerto renal de cerdo implantado en el codo izquierdo de una mujer de 50 años, quién padecía de insuficiencia renal terminal. En los años veinte, Voronoff, un médico de origen ruso propuso trasplantar injertos de testículo de chimpancé en hombres para «recuperar» el vigor sexual. Aplicó esta técnica a más de dos mil pacientes, en la cual injertaba pequeñas láminas de tejido testicular de chimpancé en el escroto, de tal manera que ambos tejidos terminaban fundiéndose. Al paso de los años, Voronoff fue finalmente calificado como charlatán y muchos años después sería señalado como el culpable de la introducción del virus causante del SIDA en el ser humano a través de sus polémicos injertos.
En 1963, Reemtsma trasplantó riñones de chimpancé a 13 pacientes con insuficiencia renal; uno de ellos vivió nueve meses, pero murió repentinamente, lo que se creyó fue a causa de un trastorno electrolítico. En 1964, los doctores James D. Hardy y C.M. Chavez, de la Universidad de Mississippi, trasplantaron el corazón de un chimpancé a un paciente, mismo que latió en el cuerpo del hombre durante 90 minutos antes de detenerse. En 1984, se reportó en el Centro Médico de la Universidad de Loma Linda, en California, el caso de un trasplante de corazón de babuino a una bebé, quien sobrevivió durante 21 días, para finalmente experimentar el rechazo del órgano y morir. En 1992 se reportó la supervivencia, durante 70 días, de un paciente trasplantado con un hígado de babuino.
En el siglo XX se llevaron a cabo numerosos intentos de trasplante de órganos de primates no humanos a pacientes; sin embargo, en los años ochenta y años posteriores, los virólogos se mostraron muy reacios a utilizar primates superiores como donantes, debido al posible paralelismo con la infección de virus causante del SIDA, que pudieron haber transmitido a los humanos.
Los cerdos, la opción más viable
A lo largo del siglo pasado y de lo que llevamos de este, ha habido innumerables intentos infructuosos de trasplantar órganos animales al cuerpo humano. La alternativa del uso de órganos de cerdos para xenotrasplantes, fue la siguiente opción después de los primates no humanos, esto debido a que el cerdo tiene muchas similitudes anatómicas y fisiológicas con el ser humano; de acuerdo a las investigaciones, el tamaño, la eficiencia y la fisiología del corazón y de los riñones de los porcinos son muy similares a los del hombre. Además de que los cerdos son más fáciles de criar, paren muchas crías a la vez y su ciclo de vida es mucho más corto que el de un chimpancé, por lo que no hay que esperar 20 años por un órgano maduro.
El trasplante de válvulas cardíacas, tejidos cutáneos y células pancreáticas de cerdos a seres humanos, ha sido posible. Pero trasplantar un órgano de especies distintas no es fácil ya que el sistema inmunitario del receptor normalmente rechazará el órgano de otra especie al detectarlo como un cuerpo extraño; el rechazo puede ser fulminante, a medio o a largo plazo. Con los avances de la ingeniería genética se ha tratado de engañar al sistema inmunitario, realizando modificaciones genéticas en las células del animal donante.
Xenotrasplantes en la actualidad
En 2016 se reportó que un joven de 14 años recuperó la vista gracias a un trasplante de córnea de cerdo realizado en el Centro de Oftalmología de la Universidad de Sun Yat-sen, en la ciudad china de Guangzhou. Esta investigación inició en 2003 por la Compañía de Ingeniería de Córnea Ainier, en Shenzhen, y la Cuarta Universidad Médica Militar; en 2010 se llevaron a cabo pruebas clínicas en 100 pacientes de cuatro hospitales en Beijing y Wuhan, de los cuales 94 recuperaron una parte o por completo la vista. En abril de 2016, la compañía consiguió la aprobación por parte de la Administración de Alimentos y Medicinas de China del primer producto comercial de este tipo, el cual ha sido producido en masa.
El trasplante más reciente ocurrió en enero de 2022 en el Centro Médico de la Universidad de Maryland. El corazón de un cerdo modificado genéticamente fue trasplantado a David Bennett, un estadounidense de 57 años. Para poder trasplantar el corazón, se extrajeron tres genes responsables de que el sistema inmunitario rechace los órganos de cerdo, y se eliminó un gen para evitar el crecimiento excesivo del tejido del corazón del cerdo. Además, se insertaron seis genes humanos responsables de la aceptación inmunológica al corazón del cerdo. El paciente vivió durante dos meses, pudo comunicarse y pasar tiempo con su familia y participar en fisioterapia.
La donación de órganos, la mejor opción
Como puedes observar, aunque los avances de los xenotrasplantes han sido muchos durante los últimos años, aún queda un largo camino para que sea una opción que otorgue más tiempo de vida a las personas que requieren un órgano. Pero también, hay otros aspectos que discutir respecto de este tema, ya que el alargar la vida de las personas por esta vía implica sacrificar a un ser vivo de otra especie. A pesar de esta y otras alternativas existentes para salvar la vida de personas que requieren un trasplante, los expertos advierten que la donación de órganos, tejidos y células sigue siendo, por mucho, la mejor opción.
La donación es un acto totalmente altruista y el mayor acto de amor y bondad entre los seres humanos, ya que es posible ayudar a muchas personas a seguir viviendo o a mejorar su calidad de vida a través de nuestro cuerpo, cuando nuestra alternativa de vida ya no es viable. Pero es un tema que pocas veces nos detenemos a pensar, ¿cierto? Te pregunto: ¿Estarías dispuesto a donar tus órganos para dar vida a otras personas? ¿Alguna vez lo has platicado con tu familia? Y ¿Qué pasaría si tú requirieras de un trasplante? Te invito a reflexionar al respecto y a platicarlo con tu familia.
Para Saber más:
Aristizabal, A.M., Caicedo, L.A., Martínez, J.M., Moreno, M. y Echeverria, G.J. (2017). Xenotrasplantes, una realidad cercana en la práctica clínica: Revisión de la literatura. Cirugía Española, 95(2), 62-72. https:// www.elsevier.es/es-revista-cirugia-espanola-36-articulo-xenotrasplantes-una-realidad-cercana-practica-S0009739X16302214
Cueva del, C.J.F., Osuna, J.F., Elizondo, F., Pérez, O., Pérez, A., Hernández, S. y Mejía, C. (2007). Aplicación de xenoimplante para el tratamiento de defectos óseos, tumores benignos, seudoartrosis y artrodesis. (Reporte preliminar). Acta Ortopédica Mexicana, 21(1), 31-36. https://www.medigraphic.com/pdfs/ortope/or- 2007/or071g.pdf
FDA. (2021). Xenotransplantation. https://www.fda. gov/vaccines-blood-biologics/xenotransplantation
Dra. Betzabe González-Campos. Profesora-Investigadora del Instituto de Investigaciones Químico-Biológicas, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.