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¿Alguna vez te has preguntado qué comen los peces en la naturaleza?
Quien ha tenido un pez como mascota o conoce a alguien que tiene uno, ha observado que son alimentados con bolitas, churritos u hojuelas. El nombre genérico de este tipo de alimentos es «pellets», aunque en más de una ocasión en los acuarios o tiendas de mascotas, he escuchado a los niños decir al encargado: ¡¿Me da unas croquetas para peces?! Y las reacciones pueden ser varias, algunos tratan de no reír, en otros se dibuja una sonrisa en sus rostros y no falta quien corrija que se llama alimento para peces, aunque en el fondo tenga duda si puede ser llamado así.
Este tipo de alimento industrializado se arroja sobre el agua, algunos están diseñados para flotar o hundirse y se mantienen casi inmóviles hasta ser consumidos frenéticamente. En un principio, es entretenido ver cómo los peces al percatarse que los pellets están presentes en el agua, nadan veloces e impacientes para devorarlos, pero después de un par de semanas ya no lo es.
Cuando escuchamos el tan famoso dicho «El pez grande se come al chico», inmediatamente nuestra imaginación se activa y pensamos en un pez grande en persecución de uno pequeño, o de uno oculto que toma por sorpresa a otro. Esta opción es mucho más interesante que ver a nuestros peces alimentados con pellets inmóviles.
Después de imaginar esta escena típica de un documental sobre la vida salvaje de los océanos, pueden llegar a nosotros las siguientes preguntas: ¿En dónde habitan los peces? ¿De qué se alimentan los peces en la naturaleza? Déjame platicarte en las siguientes líneas de qué se alimentan, dónde viven y algunas características que están ligadas a su alimentación.
Manglar en la Laguna Grande-chica Vega de Alatorre Veracruz, México. Fotografía: Omar Beltrán-Vinalay.
Los peces y su hábitat
Los peces son un grupo de vertebrados muy abundantes, ya que suman alrededor de 28 000 especies conocidas y se piensa que podrían ser aún más. Están muy bien adaptados a casi todos los ambientes acuáticos y los podemos encontrar habitando en grandes profundidades como en las fosas de las Marianas en el Océano Pacífico, a una profundidad de ocho mil metros, donde podemos encontrar al pez caracol (Pseudoliparis swirei). En contraste, el carachi amarillo (Orestias luteus) es uno de los peces que habitan en el Lago Titicaca que se encuentra a 3 812 metros sobre el nivel del mar. Este lago se ubica en América del Sur, entre Perú y Bolivia, y se considera el lago navegable a mayor altitud del mundo, por lo que la concentración de oxígeno en el agua es baja.
Asimismo, podemos encontrarlos en lagunas costeras y estuarios, en estas zonas el agua salada del mar se mezcla con el agua dulce proveniente de los ríos. Estos ecosistemas abundan en las bellas costas que enmarcan a nuestro país, donde vive una gran variedad de peces, aves, crustáceos, entre otros. Las lagunas costeras y estuarios son vitales para el desarrollo de muchas especies de peces, debido a que son como «guarderías naturales» donde las crías —o como las llaman los biólogos: larvas, alevines y juveniles (dependiendo del estado de madurez)— se desarrollan y se alimentan para posteriormente vivir cerca de las costas o en mar abierto.
Estos ecosistemas proveen una gran variedad de microambientes como fondos arenosos, fondos lodosos, vegetación sumergida, conchales y manglares que son aprovechados como refugios, zonas de alimentación o desove. Los peces que podemos encontrar en los estuarios y lagunas costeras han desarrollado la capacidad de regular su salinidad interna, mediante un proceso denominado osmorregulación, proceso donde intervienen el riñón y las branquias.
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Adaptación de los peces a diferentes ambientes
La osmorregulación es una adaptación que permite a los peces sobrevivir en agua con menor concentración de sal que el agua marina; sin embargo, no todos tienen esta capacidad tan desarrollada, por lo que los peces cuya capacidad es mínima, nadan solo en la zona más cercana al mar, mientras que los peces que tienen esta capacidad más desarrollada, se adentran en zonas con salinidad menor o incluso a los ríos. Por ejemplo, se han capturado algunos ejemplares de tiburón toro (Carcharhinus leucas) en el río Amazonas, en Brasil, y en el río Misisipi, en Estados Unidos de Norte América. Aunque esto no es común, por lo que la probabilidad de que encuentres un tiburón en tu río favorito, es casi imposible.
El estudio de esta adaptación junto con otras más, ha ayudado a los científicos a comprender cómo surgieron los peces de agua dulce a partir de los marinos, que fueron colonizando ríos y lagos a lo largo de millones de años. En los ríos y en los lagos, la mayoría de los peces están adaptados al agua dulce, pero existen algunas especies que su ciclo de vida se desarrolla en agua dulce y salada; a estas especies se les denomina peces migratorios, las más conocidas son el salmón y la anguila. El Salmón inicia su vida en agua dulce, donde se desarrolla aproximadamente por tres años, posteriormente emprende su viaje al mar y ahí permanece por cinco años alcanzando su madurez, pero necesita regresar a los ríos o lagos para reproducirse, por lo que emprende el más difícil y último viaje, puesto que tiene que nadar contracorriente para regresar al lugar que lo vio nacer. En contraste, la anguila europea se reproduce y nace en el mar de los Sargazos; las larvas son llevadas por las corrientes oceánicas hacia las costas de Europa y del norte de África, ahí crecen y se transforman en angulas, en esta fase habitan en estuarios, posteriormente viven en los ríos hasta alcanzar su madurez, pero para reproducirse tienen que regresar al mar donde nacieron.
El mar de los Sargazos se encuentra entre las costas de Estados Unidos y Cuba. Era muy temido por los navegantes de barcos de vela de la antigüedad, debido a que las corrientes son casi inmóviles y la gruesa capa de algas que flota en el agua puede llegar a ser de un metro de espesor, por lo que los navíos podrían quedarse atrapados.
Hábitos de alimentación de los peces y la variación morfológica del tubo digestivo
Desde el preescolar sabemos que los hábitos alimenticios de los animales —incluidos los peces— se clasifican en carnívoros, omnívoros y herbívoros. Particularmente en los peces, se presentan además variantes especializadas en consumir un tipo de alimento. Los ictiólogos —científicos especializados en peces— han observado que la forma de la boca, dientes, estómago e intestino, puede relacionarse con los hábitos alimenticios.
De acuerdo con ellos, los peces de hábitos carnívoros generalmente tienen dientes cónicos bien desarrollados, estómago grande y un intestino de longitud menor a la del cuerpo del pez. Un ejemplo es el pez ronco (Bairdiella chrysoura) que pertenece a la misma familia que la totoaba o corvina blanca (Totoaba macdonaldi), la cual se encuentra en peligro de extinción debido a su cotizado y mal llamado buche, ya que se trata es de la vejiga gaseosa. En contraste, los herbívoros pueden presentar o no dientes de tipo incisivo, estómago corto e intestino largo que supera por más de tres veces la longitud del pez; el cirujano azul (Acanthurus coeruleus) que habita en los arrecifes mexicanos, es un ejemplo de ellos. Por su parte, los peces omnívoros presentan un estómago mediano y un intestino que representa de dos a tres veces su longitud, un ejemplo de este es la tilapia (Oreochromis niloticus), una especie muy popular en los restaurantes de pescados y mariscos bajo el nombre de mojarra. Además, también podemos mencionar al bagre o pez gato (Ariopsis felis).
Peces especializados
Los peces piscívoros o ictiófagos consumen principalmente peces, tienen dientes cónicos y largos, los músculos de sus mandíbulas son muy fuertes, presentan un estómago grande y algunos desarrollan el ciego estomacal que aumenta la capacidad del estómago, tal como la Barracuda mexicana (Sphyraena ensis).
Los durófagos consumen presas duras como almejas, cangrejos y caracoles. En estos peces las modificaciones más notables son la fusión de los dientes en placas y unas mandíbulas dotadas de fuertes músculos que le permite consumir presas duras; ejemplo es el pez erizo (Diodon holocanthus).
Los detritívoros desarrollan branquiespinas muy finas que les ayudan a separar las partículas de materia orgánica, poseen un estómago corto o modificado en molleja y el intestino es considerablemente largo. En este tipo de peces podemos mencionar a la lebrancha (mugil curema).
Los peces planctofágos normalmente no presentan dientes, poseen branquiespinas muy largas y cercanas, su estómago es corto y puede estar modificado en molleja como en las aves. Sus numerosas, finas y largas branquiespinas funcionan como un filtro, donde el plancton es retenido. Como ejemplo podemos mencionar la lacha escamuda (Brevoortia patronus), las mantarrayas y el tiburón ballena. El plancton del cual se alimentan está compuesto por organismos microscópicos animales (zooplancton) y vegetales (fitoplancton).
Para Saber más:
Aguilar-Medrano, R., Kobelkowsky, A. y Balart, E.F. (2015). Anatomical description of the Cortés damselfish Stegastes rectifraenum (Perciformes: Pomacentridae). Key structures for omnivore feeding. Revista Mexicana de Biodiversidad, 86(4), 934-946. https://doi.org/10.1016/j.rmb.2015.09.008
Kobelkowsky, A. y Rojas-Ruiz, M.I. (2017). Anatomía comparada del sistema digestivo de los lenguados Syacium papillosum y Syacium gunteri (Pleuronectiformes: Paralichthyidae). Revista de Biología Marina y Oceanografía, 52(2), 255-273. https://www.redalyc.org/pdf/479/47952503006.pdf
Kobelkowsky, A. y Castillo-Rivera, M. (1995). Sistema digestivo y alimentación de los bagres (Pisces: Ariidae) del Golfo de México. Hidrobiológica, 5(1-2), 95-103.
https://hidrobiologica.izt.uam.mx/index.php/revHidro/article/view/585
Pérez-Hernández, M.A., Torres-Orozco, B. y Roberto, E. (2000). Evaluación de la riqueza de especies de peces en las lagunas costeras mexicanas: estudio de un caso en el Golfo de México. Revista de Biología Tropical, 48(2-3), 425-438. https://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-77442000000200014
Omar Beltrán-Vinalay. Estudiante del Programa de Doctorado en Ciencias Biológicas y de la Salud, Laboratorio de Peces, Universidad Autónoma Metropolitana, Ciudad de México.
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