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En la cultura popular se ha arraigado la creencia de que la música y los sonidos agradables propician un crecimiento y desarrollo mejorado de las plantas y vegetales. ¿Cantarles a las plantas o ponerle música, hace que crezcan más rápido o de mejor manera? En este artículo te presento algunos resultados y contradicciones dentro de las afirmaciones relacionadas con la mejora de la calidad y de la velocidad de crecimiento en las plantas cuando se exponen a música de diferente tipo o sonidos intensos.
¿La música ayuda al crecimiento de las plantas? ¿El rock las marchita? ¿Cantarles cosas tiernas hace que las flores sean más bonitas?
Se ha pensado que los estímulos acústicos durante el proceso de germinación y/o crecimiento de las plantas juegan un papel importante en el mismo. Hay diversos artículos, unos científicos y otros no tanto, que hacen diferentes afirmaciones al respecto.
Pero vamos por partes, ¿de dónde viene este asunto? Es posible que alguno de nosotros, en algún momento, hayamos escuchado a alguien hablar mientras está realizando labores de jardinería (regar, podar el césped, plantar arbolitos o cortar flores). Algunas personas afirman que cantarles a las plantas es uno de los mejores abonos. Otros aseveran que las plantas expuestas a los entornos violentos, en los cuales es común el uso de groserías, malas palabras o palabras hirientes, son propensas a marchitarse.
Entonces, ¿poner música hace que las flores y las plantas tengan un crecimiento mejorado?, ¿el rock, el metal pesado marchita a las plantas? Seguramente ya hay más de una persona que está afirmando que diariamente, al regar sus plantas, les canta dulcemente y estas han desarrollado unas flores increíbles, mientras que las del vecino están todas marchitas, porque diariamente se exponen a música estridente, grotesca y a un volumen alto.
Por otro lado, está la afirmación de que las «malas palabras» por encima de las palabras «bondadosas», «llenas de amor», son las que terminan destruyendo la vitalidad de las plantitas. Otros afirman, categóricamente, que con las «Cuatro estaciones» de Antonio Vivaldi, sus cultivos se han visto más productivos en comparación con los cultivos donde no se exponen a música alguna. En la cultura popular se han realizado algunos esfuerzo por tratar de verificar el efecto acústico en las plantas, por ejemplo, en el episodio 15 de la segunda temporada de los Cazadores de Mitos (16 de noviembre de 2004, Discovery Channel®) exploran la manera de verificar o desmitificar esta popular creencia de que la música afecta el crecimiento de las plantas.
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En el experimento colocaron cinco invernaderos con plantas, cada uno en condiciones diferentes: el primero se dejó sin ninguna interacción emocional, el segundo fue tratado y hablado con «amor», el tercero fue tratado con insultos y groserías, el cuarto escuchó a Mozart ininterrumpidamente y el quinto escuchó música de metal pesado. Según lo que ahí reportaron, los resultados fueron:
El primer grupo, los que no tuvieron una interacción emocional fueron las plantas más débiles.
El segundo y tercer grupo, los que gozaron de un trato amoroso y los que fueron insultados y tratados mal, crecieron de igual manera.
En el cuarto grupo, los que escucharon a Mozart crecieron fuertes y muy sanos.
Y el quinto grupo, para sorpresa de muchos, al escuchar música pesada crecieron más grandes y fuertes que cualquiera de los demás grupos.
Desafortunadamente, lo anterior no deja de ser más que una mera curiosidad; el diseño experimental y su metodología es, por decir lo menos, ingenua y apta para un estudiante de secundaria. Por supuesto, el tratamiento estadístico y el manejo de errores y de los factores que podrían afectar, de alguna manera el experimento, son los mínimos necesarios para el show de televisión, cuyo resultado y entretenimiento debe de caber en un segmento de algo así como 15 minutos. El esfuerzo es válido en el contexto de la exploración casual; solo eso.
Con tanta información, datos de la cultura popular, recetas aderezadas con cuentos, programas de televisión y vecinos o conocidos del primo de un amigo de la tía que no conocemos, que dicen «la mera verdad si les pongo Mozart, las plantas crecen más rápido, verdad de Dios». Para ese momento ya no supe a donde hacerme, me puse a preguntar a amigos y conocidos, pero siempre llegaba al mismo lugar.
Finalmente, decidí acceder a bibliografía especializada y me puse a peinar lo que encontré en los artículos de revistas indexadas, excluyendo la información de fuentes poco fiables. Me quedé con ocho artículos como la muestra que aborda el tema del sonido y las plantas.
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Encontré cosas muy interesantes; comencé con un artículo de manera ingenua
«Medición de los efectos de la música, el ruido y la energía curativa mediante un bioensayo de germinación de semillas» de Creath y Schwartz (2004), tiene el objetivo de medir los efectos biológicos de la música, el ruido y la energía curativa sin preferencias humanas o efectos placebo, utilizando la germinación de semillas como un biomarcador objetivo. En un principio no le puse mucha atención al término Healing Energy (energía curativa), el cual aparece de manera recurrente durante toda la redacción del documento. Inocentemente pensé que podría tratarse de un término en agrobiología o algo por el estilo. El punto es que, el artículo afirma que las semillas tratadas con música presentaron un efecto estadístico significativo sobre las semillas que no fueron tratadas con música. Desafortunadamente, el nivel de seriedad del artículo hace que los resultados presentados no puedan tomarse como científicos. La energía curativa no es algo que pueda medirse, validarse o ser susceptible de análisis dentro del campo de la ciencia (Healing energy fue popular hace unos 15 años con las famosas fotos de agua congelada mientras les gritaban palabrotas o palabras llenas de bondad, mostraban patrones cristalinos que podrían interpretarse a voluntad, este asunto ya fue tratado y clasificado como no cierto y con fines meramente comerciales).
Por otro lado, en 2014 se publicó el artículo «Actualización sobre los efectos de las ondas sonoras en las plantas» de Chowdhury et al., el cual aborda el tema del efecto del sonido en las plantas, pero de manera conservadora, incluye al sonido dentro de un montón de otros factores que pueden afectar su desarrollo como temperatura, humedad, contaminación, luz, viento, y en esta actualización utilizan frecuencias específicas de sonido con una intensidad específica. En este artículo se concluye lo siguiente:
El crecimiento, el desarrollo y las características genéticas de las plantas están muy influenciados por diferentes factores ambientales. Sin embargo, los mecanismos por los cuales la estimulación de las ondas sonoras influye en el crecimiento y desarrollo de las plantas siguen siendo oscuros.
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En 2010 se publicó un artículo titulado «Mejora de la germinación de semillas de cuatro especies de cultivos mediante una técnica ultrasónica», de la autoría de Goussous et al., donde reportan los resultados de experimentos realizados utilizando sonido (ultrasonido, US, 40 kHz, sonido inaudible para los humanos) en las semillitas de cuatro especies de plantas. El trabajo (de 13 páginas) presenta una discusión interesante sobre el efecto estudiado.
Los resultados de esta investigación indicaron que el tratamiento US mejoró efectivamente la velocidad de germinación de las semillas de garbanzo, trigo y sandía (pero no de pimienta) en diversos grados. Este aumento en la velocidad de germinación podría tener un impacto positivo en el éxito del establecimiento temprano en el campo de estos cultivos, lo que conduciría a mayores rendimientos.
Resultados similares son reportados en el artículo «Efectos del campo sonoro en el crecimiento de cultivos celulares (callos) de crisantemo» (Yiyao et al., 2002):
Según nuestros experimentos, encontramos que los efectos de crecimiento del campo de sonido en el crisantemo dependían en gran medida de la intensidad y frecuencia del campo de sonido. Nuestros experimentos también indican que la estimulación del campo sonoro tiene efectos duales, a saber, que pueden mejorar o inhibir el crecimiento de callos de crisantemo.
En el experimento utilizaron intensidades de sonido de entre 90 y 110 decibeles (como comparación, un camión pesado moviéndose produce sonido con intensidad ~90 decibeles, el claxon de un auto produce sonido con intensidad ~110 decibeles). Un verdadero infierno de sonido.
Otros más de los estudios que encontré ¿Ciencia o anécdotas?
Por otro lado, encontré un montoncito de estudios publicados por ahí, de manera casi anecdótica, pero que de alguna manera representaron un gran trabajo para los autores. Los resultados presentados en casi todos se contradicen entre ellos.
Chivukula y Ramaswamy (2014) escribieron un artículo titulado «Efecto de Diferentes Tipos de Música en las Plantas Rosa chinensis»:
Está claro que el sonido y la música tienen un impacto significativo en el crecimiento y germinación de Rosa chinensis. Si el impacto es estimulante o perjudicial depende del tipo de música. También se puede afirmar que los cantos védicos y la música clásica india son opciones ideales mientras que la música rock crea un caos evitando así que las plantas crezcan al máximo. Dado que la longitud del brote, la longitud del entrenudo, el número y el diámetro de las flores aumentan cuando se someten a este tipo de música, podría aplicarse en invernaderos y campos para mejorar el crecimiento de las plantas resultando en una mejor producción.
Me puse a escuchar cantos védicos y música clásica india (que hasta hace poco no sabía qué era exactamente, pero el artículo es claro: «Música clásica india (música de violín de Raaga Sindhu Bhairavi), cantos védicos (Rig Veda), música clásica occidental (Canon de Pachelbel) y música rock (Hate Eternal “Bringer of Storms”)». El tratado de la información es ambiguo y se queda como una curiosidad que no se soporta por sí sola.
Otros estudios reportan resultados muy similares, sin embargo, estos son subjetivos. Si el estudio es Chino entonces la música «clásica» o tradicional china es la que arroja de manera evidente (según los autores) mejor desarrollo y nuevamente, pareciera que satanizan el rock, pues resulta que es el que peores resultados arroja. No obstante, en el capítulo de los Cazadores de Mitos, el rock produce los mejores efectos sobre las plantas, si el estudio lo hace un equipo árabe entonces la música árabe es la que se llevará el crédito.
¿Entonces?
En resumen, se ha mostrado que el sonido afecta el desarrollo de algunas plantas (no todas), pero no es todo el sonido, solo el que es de alta frecuencia utilizado para tratamiento previo en las semillas para germinar. También se ha mostrado que el sonido intenso en frecuencias de 800 Hz a 1000 Hz (exposiciones medianamente prolongadas, podría causar daño permanente al oído), también afecta a las plantas en las etapas de germinación. Fuera de eso, parece que las plantas resultan ser indiferentes al silencio o al ruido, la música clásica, la espiritual, el rock pesado o cantos Góspel, que les hables bonito o feo pareciera que es un asunto meramente subjetivo, desde las perspectivas del cuidador.
De lo anterior, llego a la conclusión de que las personas que les hablan, cantan o ponen música a sus plantitas, le están dedicando tiempo y recursos de calidad a su cuidado, cuyo resultado se podría reflejar en plantas saludables, independientemente de la música o sonidos a su alrededor.
Para Saber Más:
Chivukula, V. y Ramaswamy, S. (2014). Effect of different types of music on Rosa chinensis plants. Inter. J. Environ. Sci. Develop., 5(5), 431-434. http://www.ijesd.org/papers/522-CD0162.pdf
Chowdhury, M.D., Lim, H. y Hanhong, B. (2014). Update on the Effects of Sound Wave on Plants. Research in Plant Disease, 20(1), 1-7. 10.5423/RPD.2014.20.1.001
Creath, K. y Schwartz, G.E. (2004). Measuring effects of music, noise, and healing energy using a seed germination bioassay. J. Altern. Complement. Med., 10(1), 113-22. doi: 10.1089/107555304322849039. PMID: 15025885
Goussous, S.J., Samarah, N.H., Alqudah, A.M. y Othman, M.O. (2010). Enhancing seed germination of four crop species using an ultrasonic technique. Experimental Agriculture, 46(2), 231-242. https://doi.org/10.1017/S0014479709991062
Yiyao, L., Wang, B., Xuefeng, L., Chuanren, D. y Sakanishi, A. (2002). Effects of sound field on the growth of Chrysanthemum callus. Colloids and surfaces B: Biointerfaces, 24(3-4), 321-326. https://doi.org/10.1016/S0927-7765(01)00275-2
Cederik León de León Acuña. Dirección de Tecnologías de la Información y Comunicación, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
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