Cuando hablamos de hongos, lo primero que nos viene a la mente es la típica imagen de un champiñón, un hongo con «sombrero». Lo segundo son preguntas, por ejemplo, ¿cómo saber si es un hongo comestible?, ¿qué pasa si lo ingiero y es alucinógeno? Y quizás muchas otras relacionadas con estos increíbles organismos.
El micólogo, especialista en estudiar a los hongos, es el más indicado para responder qué, cómo, cuándo, dónde y por qué de estos organismos. En este artículo, te hablaré de los hongos alucinógenos, particularmente de los del género Psilocybe.
¿Quiénes son los Psilocybe?
Son hongos macroscópicos pertenecientes a la familia Strophariaceae, basidiomicetos del Orden Agaricales, de 2.5 a 10 cm de altura, con tallo delgado, largo y fibroso; su «sombrero» mide entre 1 y 3 cm. Comúnmente se denominan hongos sagrados (tema que retomaré más adelante) y se encuentran distribuidos prácticamente por todos los continentes (a excepción de la Antártida).
En el mundo existen alrededor de 230 especies de Psilocybe (al menos 144 con propiedades alucinógenas), de las cuales 53 se distribuyen en México, siendo el país con más especies alucinógenas a escala mundial. Y eso no es todo, ya que en el estado de Oaxaca se conocen 31 especies de este género, 27 de ellas son alucinógenas, es decir, el 50 % de las especies a nivel nacional.
Las especies más comunes o utilizadas son Psilocybe mexicana (pajarito, angelito, hongo santo de las praderas, «teotlaquilnanácatl» u hongo sagrado que pinta o describe), P. zapotecorum (pajarito de monte o gran hongo sagrado), P. caerulescens (derrumbito u hongo de la razón), P. hoogshagenii, P. cordispera, P. cubensis (hongo divino del estiércol del toro) y P. yungensis (pajarito de monte). Todos los nombres comunes provienen de los grupos étnicos donde se utilizan.
Pero, ¿por qué son alucinógenos?
Empecemos por definir qué son los alucinógenos: son sustancias que provocan ilusiones (percepciones inexistentes o distorsiones), sin producir pérdida de conciencia, siempre y cuando se tomen en dosis no tóxicas. También son llamados agentes psicodélicos o enteógenos, por «abrir la mente» o proporcionar «una experiencia divina». En general, todos los hongos con propiedades neurotrópicas son conocidos como sagrados, divinos, mágicos, niños santos (como los llamaba María Sabina) o pequeños que brotan.
El principio activo (sustancia) de los hongos del género Psilocybe es la psilocibina, que ingerida por el humano se transforma en psilocina, la cual tiene una potencia alucinógena más fuerte que el activo principal. No obstante, esta potencia puede variar dependiendo de factores como altitud, clima, época del año, tipo de suelo y bosque, lugar de colecta y fundamentalmente, de la especie o variedad y el estado en que el hongo se encuentra (fresco, seco o tratado).
¿Qué efectos provoca?
Al consumir cierta porción de un hongo Psylocibe, un primer efecto es la manifestación de euforia, seguida de la despersonalización, distorsión del campo visual y alucinaciones con colores muy vivos. Todos estos efectos dependen de la persona (rubor, sudoración, taquicardia y aumento de la presión arterial) y suelen durar de cuatro a seis horas. Aún no se conoce una dosis letal para el organismo humano, pero dosis elevadas de psilocibina (20-30 mg), pueden provocar sequedad de boca y un aumento de las alucinaciones. Dependiendo de la dosis consumida, el efecto termina o bien, puede persistir por varios días. Es por ello que su uso, venta o cultivo está prohibido a nivel mundial, lo que también limita la realización de investigaciones científicas y médicas.
El legado de los Psilocybe
Estos hongos eran utilizados en México desde las culturas precolombinas, pero al ser vistas por los españoles como una práctica «demoníaca» quedaron prohibidas y permanecieron ocultas por muchos años. En las ceremonias, el chamán o sacerdote era la conexión entre el mundo físico y espiritual, es decir, entre lo natural y lo sobrenatural. Dichas presentaciones se realizaban con el fin de adquirir conocimientos sobre plantas, cosechas y cultivos, temporada de lluvias, enfermedades, etc.
En Oaxaca, al hablar de hongos alucinógenos, hay una relación con el nombre de María Sabina, reconocida como «la sacerdotisa» o «la sabia de los hongos», puesto que poseía una enorme experiencia en el manejo y reconocimiento de los hongos, o niños santos como ella les decía. No fue la única, pero sí la más famosa. Muchos investigadores como Robert Gordon Wasson (el padre de la etnomicología) y Albert Hoffmann (quien aisló la psilocibina), fueron parte de los rituales paganos-católicos.
Hoy en día, son cinco los grupos étnicos de este estado que están relacionados con los hongos alucinógenos: los chatinos de San Juan Juquila y Yaitepec; los chinantecos de Quetzaltepec y Quiotepec; los mixes de San Juan Mazatlán, Santa Ma. Coatlán y Santiago Zacatepec; los zapotecos de San Agustín Loxicha y los mazatecos de Huautla de Jiménez. Además, como parte de la cultura son también atractivos turísticos, tal es el caso de San José del Pacífico.
En cuanto a la experimentación científica o médica, la psilocibina presenta gran potencial para su uso en el tratamiento de enfermedades mentales o de salud mental, como para las personas que presentan migrañas de racimo (en múltiples zonas de la cabeza), alteraciones neuropsicológicas y la profundidad de visión, así como para el tratamiento en pacientes con cáncer, entre otras.
Para Saber más:
Carod-Artal F.J. (2015). «Alucinógenos en las culturas precolombinas mesoamericanas». Neurología, 30(1), 42-49. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0213485311002696?via%3Dihub
Guzmán, G. (2011). «El uso tradicional de los hongos sagrados: pasado y presente». Etnobiología, 9(1), 1-21. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5294476
Ramírez-Cruz V., Guzmán G. y Ramírez-Guillén F. (2006). «Las especies del género Psilocybe conocidas del Estado de Oaxaca, su distribución y relaciones étnicas». Revista Mexicana de Micología, 23, 27-36. https://www.scientiafungorum.org.mx/index.php/micologia/article/view/975
Perla Guadalupe Marín González. Estudiante de la Licenciatura en Biología, Universidad del Mar campus Puerto Escondido, San Pedro Mixtepec, Oaxaca, México.
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