La familia Rubiaceae, mejor conocida como la familia del café, es una de las más diversas entre las plantas con flores, ya que ocupa el cuarto lugar de diversidad entre las angiospermas. En México, se cuenta con un gran número de Rubiáceas, ya que se tienen alrededor de 700 especies, algunas de las cuales son muy apreciadas por sus flores como plantas de ornato y otros usos que se les ha dado, por ejemplo, medicinal o alimenticio, donde la joya de la corona es el café (Coffea arabica), uno de los productos vegetales con mayor derrama económica mundial.
No obstante, para todo buen observador, la diversidad biológica no solo son números en una lista, sino que se traduce en colores, formas, especializaciones e interacciones con otros organismos, en todos estos aspectos, las Rubiáceas son excepcionales.
Las flores son sin lugar a duda el atributo más llamativo en las plantas
Las flores deleitan con sus formas, colores y olores a quien las tenga en su jardín o al paseante en zonas naturales; pero más allá de su cualidad estética, las flores cumplen funciones más especializadas de reproducción.
Las flores son ampliamente consideradas adaptaciones de las plantas para la atracción de polinizadores, y varias características de ellas definen la forma de polinización y a qué polinizador atraen, como su color y forma: flores rojas en forma de tubo cautivan aves o mariposas, mientras que flores amarillas aplanadas atraen abejas. Otra característica es la hora de apertura: flores que abren de noche son propias de ser polinizadas por animales de hábitos nocturnos como murciélagos o polillas. También el tamaño, largo y diámetro de la flor define qué tipo de polinizador atrae y a menudo el largo del tubo floral está correlacionado con el largo de la lengua del polinizador.
Una vez atraídos los polinizadores por el color o el aroma de la flor, estos animales en su interés de consumir el néctar en una flor, invariablemente se rozan con las estructuras masculinas de las flores (las anteras) y se impregnan del polen, posteriormente, en su afán por seguir alimentándose, van visitando numerosas flores de diferentes individuos, trasladando así el polen de una flor a otra, propiciando la polinización y, por ende, la fecundación de los óvulos y potenciando así la reproducción de la planta. Pero los polinizadores a veces están especializados en un tipo de flor, y las flores a veces también se especializan en un solo grupo de polinizadores, en una interrelación muy estrecha.
Fotografía: Alejandro Torres Montúfar.
Las flores de las Rubiáceas
En las Rubiáceas, los caracteres florales se conjugan para brindar un crisol de diferentes tipos de polinización, por ejemplo, las flores de la Trompetilla (Bouvardia ternifolia) —arbusto de flores rojas o con tonos anaranjados—, forman un tubo de cerca de 5 cm cuya apertura es durante el día y al observar una de estas plantas durante un periodo de media hora, será común ver un sinfín de insaciables colibríes que buscan su néctar.
Otras flores diurnas son aquellas blancas o amarillas y con el tubo acortado menor de 2 cm de largo, flores a las cuales las abejas se aglomeran formando auténticas colmenas a su alrededor. Ejemplos de estas hay varias en la familia Rubiaceae; no obstante, la más importante es sin lugar a duda la flor del café sin cuyos polinizadores, la producción de frutos podría mermar notablemente y eso traducirse en pérdidas económicas para los productores cafetaleros.
Por otra parte, las mariposas son asiduas visitantes de algunas flores de colores amarillos o con tonos claros con tubos de tamaño mediano, que oscila entre 2 y 5 cm de largo, como aquellas de la Hierba del Cargapalito (Psychotria erythrocarpa) o flores de Coralito (Hamelia patens), sobre las cuales se posan frecuentemente a extender su probóscide o lengua para alcanzar el néctar.
Mención especial son las flores nocturnas del Jazmín de Monte (Posoqueria latifolia) o los arbustos epífitos del género Hillia, cuyas flores son imponentemente grandes, con tubos de hasta 20 cm de largo, blancas, cuya polinización depende de polillas o mariposas nocturnas cuya lengua mide lo mismo que el tubo de la flor.
Fotografía: Alejandro Torres Montúfar
Relación entre las flores y los polinizadores de las Rubiáceas
Para definir los polinizadores se utilizan las características mencionadas anteriormente de una flor, a eso se le conoce como síndrome de polinización; no obstante, las indagaciones en campo aún son necesarias para corroborar o registrar qué animales visitan las flores. Ejemplo de esto son algunas flores diminutas de Rubiáceas, que gracias a observaciones personales son frecuentemente visitadas por hormigas, aunque eso no significa que sean polinizadas por ellas. Es decir, existen pocos estudios enfocados en la polinización efectiva de estas plantas, donde seguramente también muchos otros grupos de insectos se benefician de sus recompensas de néctar y, de paso, efectúan la polinización.
Actualmente se considera que existe una crisis de polinizadores, donde muchos insectos están declinando sus poblaciones debido a causas como el uso indiscriminado de insecticidas en zonas agrarias o la prevalencia de monocultivos que reduce notablemente poblaciones locales de polinizadores, por tanto, es imperativo conocerlos y protegerlos. Albert Einstein, quizás el científico más famoso de la historia, quien además era un entomólogo aficionado, se preocupó por la crisis de los polinizadores, vaticinando que si desaparecieran «Al ser humano solo le quedarían cuatro años de vida. Sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres».
Borhidi A. y Diego-Pérez N. (2002). «Introducción a la taxonomía de la familia Rubiaceae en la Flora de México». Acta Botanica Hungarica, 44, 237-280. http://repositorio.fciencias.unam.mx:8080/xmlui/handle/11154/141531
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Coro Arizmendi M. (2009). «La crisis de los polinizadores». Biodiversitas, 85, 1-5. https://www.uv.mx/personal/asuarez/files/2011/08/Crisis-de-polinizadores1.pdf
Alejandro Torres Montúfar. Profesor-Investigador en la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán y curador del Herbario FES-Cuautitlán, Departamento de Ciencias Biológicas, Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, Universidad Nacional Autónoma de México, Cuautitlán Izcalli, México.
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