La fatiga es uno de los síntomas más frecuentes y presentes en cualquier enfermedad y su duración depende del agente que cause el padecimiento en cuestión. Sin embargo, cuando la enfermedad se clasifica como crónico-degenerativa, como la diabetes mellitus, la fatiga también se establece como tal. Es por ello que es de gran interés para los investigadores, médicos y público en general, entender las asociaciones entre la comorbilidad y los orígenes fisiológicos, médicos, metabólicos y endocrinos, así como las complicaciones relacionadas con la diabetes mellitus. Para iniciar, es conveniente definir qué es la diabetes mellitus, qué es la fatiga y qué es la fatiga crónica.
Diabetes mellitus
La diabetes mellitus es una enfermedad metabólica caracterizada por los niveles elevados de azúcar (glucosa) en la sangre. Se considera una enfermedad epidémica y es uno de los desafíos de mayor crecimiento del siglo XXI, debido a que los adultos que viven con diabetes se han triplicado durante los últimos 20 años. Su mayor incidencia está impulsada por una compleja interacción de factores socioeconómicos, demográficos, ambientales y genéticos. El incremento continuo se debe principalmente a la progresiva urbanización, envejecimiento, niveles crecientes de obesidad, dietas poco saludables, consumo de tabaco y la inactividad física generalizada.
Fatiga
Se define como un agotamiento mental y/o físico que es causado por el estrés, trabajo en exceso, enfermedad física y/o mental y por medicación.
Fatiga crónica
Es el agotamiento constante que permanece por más de seis meses y que no está estrictamente diagnosticada a la par de alguna otra enfermedad. Si la fatiga se produce en reposo sin ningún esfuerzo aparente, esto sugiere orígenes psicológicos o centrales. Si los pacientes relatan su fatiga a raíz de la práctica de actividades físicas como el ejercicio, sus síntomas pueden considerarse periféricos.
En conjunto, lo descrito anteriormente reduce la calidad de vida de las personas y representa gastos importantes a nivel personal y gubernamental.
Relación entre la diabetes mellitus y la fatiga
La diabetes está asociada a la presencia de factores proinflamatorios, al índice de masa corporal, a los tratamientos hipoglucemiantes, e inclusive a la depresión. Se ha propuesto que la diabetes y la fatiga tienen una relación bidireccional, puesto que se alimentan y agravan mutuamente, lo que causa un círculo vicioso. Dicha relación se potencializa con la presencia de factores bioquímicos, psicológicos y del estilo de vida.
Dentro de los factores bioquímicos se encuentran el cambio en el equilibrio iónico a nivel muscular, lo que afecta el acople excitación-contracción; la reducción considerable de los sustratos energéticos; el incremento del pH, fosfato inorgánico y potasio; a nivel mitocondrial, el decremento de la producción de adenosina trifosfato (ATP); cambio en las rutas metabólicas por la ausencia de insulina, de carbohidratos a lípidos cuando se han agotado las reservas de glucógeno; y deficiencia de vitaminas.
En el caso del factor psicológico se encuentra la inhabilidad para reconocer que se tiene la enfermedad, así como el manejo mismo del diagnóstico. La respuesta emocional se caracteriza por una extrema aprehensión, malestar y rechazo, lo que causa fatiga y contribuye al círculo vicioso.
Para el caso de los factores asociados al estilo de vida se encuentran las dietas inapropiadas, estilos de vida mentales poco saludables (violencia en cualquiera de sus formas), falta de condición física, hábitos de sueño no saludables, abuso de sustancias (alcohol y cafeína) y el síndrome de abstinencia.
Importancia de un buen diagnóstico
El diagnóstico del síndrome de fatiga crónica durante la diabetes no debe realizarse de forma lineal, sino a través de varios ángulos para identificar la comorbilidad y factores iatrogénicos que el paciente pueda tener. Sanjay Kalra y Rakesh Sahay plantearon en 2018 un acercamiento a los pacientes en dos etapas:
1) Conocer el historial del estilo de vida incluyendo la dieta, llevar a cabo una evaluación psicológica acompañado de un historial de abuso de drogas y capacidad de resiliencia, el índice glicémico y comorbilidad asociada al historial de la medicación del paciente.
2) Conocer la calidad de sueño, llevar a cabo una evaluación psiquiátrica, hacer una valoración de las complicaciones de salud causadas por la diabetes y llevar a cabo análisis de comorbilidad endocrina.
Del análisis llevado en las dos etapas se desprenden recomendaciones importantes como:
a) Modificación en el estilo de vida
b) Intervención psicológica no farmacológica e/o intervención psicotrópica en caso de ser necesario
c) Manejo de los niveles de glucosa evitando las variaciones abruptas e hipoglucemia
d) Mantenimiento del buen funcionamiento de las glándulas tiroideas y sexuales, así como de los niveles de vitamina D.
En la mayoría de las patologías lo ideal sería que se abarcaran con un enfoque multidisciplinario; sin embargo, en muy pocos casos se llega hacer. De allí que la propuesta es sugerir que a petición del mismo paciente y sus familiares, el tratamiento sea holístico y se tomen en cuenta las comorbilidades, de tal forma que el tratamiento se pueda optimizar a petición del interesado según sus necesidades específicas y no necesariamente como un procedimiento estándar donde solo se aborda alguno de los componentes.
Para Saber más:
Federación Internacional de la Diabetes. https://www.diabeweb.com
Kalra, S. y Sahay, R. (2018). Diabetes Fatigue Syndrome. Diabetes Ther, 9(4), 1421-1429.
https://link.springer.com/article/10.1007/s13300-018-0453-x
Síndrome de fatiga crónica. Medline plus.
https://medlineplus.gov/spanish/chronicfatiguesyndrome.html
Rocío del Carmen Montoya Pérez. Profesora e Investigadora del Laboratorio de Fisiología Muscular, Instituto de Investigaciones Químico-Biológicas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
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