Los hongos son un extenso grupo de organismos que incluyen desde aquellos conformados por una sola célula y sólo visibles con la ayuda de un microscopio, hasta aquellos con formas tan atractivas a las vista y tamaños variables. Dentro de este grupo se encuentran los mohos, levaduras y setas. Los primeros los encontramos en los alimentos en proceso de descomposición, son de aspecto aterciopelado y algodonoso; los segundos sólo son observables con microscopio, pero sus usos son múltiples en los procesos fermentativos para la producción de alimentos como pan o cerveza; y, los últimos son los más conocidos puesto que son observables a simple vista, y muchos de ellos los usamos como alimento. Aprovechamos que estamos en esta época de fiestas, en la que en muchos lugares del mundo se celebra la navidad, para hablarles de estos hongos que al final mencionamos, pero en particular de uno, la Amanita muscaria. Pero, ¿qué relación hay entre la navidad y este hongo?, precisamente de eso te hablaremos en este artículo.
El mundo de los hongos es verdaderamente fascinante pues, mientras unos son en extremo deliciosos, otros tantos son bastante peligrosos.
Amanita muscaria ¿Un hongo tóxico?
Los hongos comestibles tienen excelentes propiedades nutricionales por ser fuente de proteínas, minerales (ej. hierro, calcio, fósforo, potasio) y vitaminas del complejo B y C. Algunos otros tienen propiedades medicinales debido a su capacidad de estimular el sistema inmunitario y muchos otros tienen propiedades tóxicas como los que pertenecen al género Amanita.
El género Amanita cuenta con unas 600 especies de hongos basidiomicetos, muchos de ellos comestibles, otros extremadamente mortales y otros pocos, alucinógenos. Sus propiedades químicas son las que hacen esta gran diferencia. Tal es el caso de la oronja, científicamente conocida como Amanita caesarea y la falsa oronja, Amanita muscaria, también conocida como mata moscas o mosquero. La primera, según archivos históricos, era el alimento favorito del emperador romano Claudio, mientras que la segunda fue utilizada por su cuarta esposa, Julia Agripina, mezclándola en su comida, para poder asesinar al emperador y que, el hijo mayor de Agripina, Nerón, lograra apoderarse del trono romano.
A pesar de que Amanita muscaria es diferente a Amanita caesarea, ya que son de diferente color, A. muscaria es reconocido por presentar el pileso, comúnmente denominado sombrero, de color rojo con puntos blancos, que después de la lluvia, estos decoloran y los puntos blancos desaparecen, convirtiéndose de la falsa oronja a la auténtica oronja, de ahí su nombre y que Agripina haya podido lograr su cometido sin levantar sospechas ante el emperador Claudio.
Como dijo Paracelso, “Nada es veneno, todo es veneno: la diferencia está en la dosis”, esto aplica también con Amanita muscaria. Una alta dosis genera la muerte, pero una baja dosis hace actuar a la falsa oronja con potencial enteógeno, es decir, con una capacidad de provocar estados de alucinación. El muscimol es el componente psicoactivo que junto con el ácido iboténico son responsables de los efectos psicotrópicos de este hongo. El ácido iboténico, una neurotoxina, al desecarse el hongo, se convierte por descarboxilación en muscimol, siendo éste más estable y más potente a nivel de psicoactividad. Este último compuesto se encuentra en el hongo fresco en proporciones más reducidas. El muscimol es un potente agonista selectivo de los receptores ácido gamma amino butírico (GABA), principal neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso central, que están ampliamente distribuidos en el cerebro y particularmente activos en el cerebro, corteza cerebral y en el hipocampo.
Una leyenda navideña
Una vez que te presentamos a Amanita muscaria, te contaremos su relación con una de las tradiciones más emblemáticas del mes de diciembre o del fin de cada año, la festividad navideña, de la cual estamos seguros, muchos ignoramos su origen. Podemos pensar que esta festividad celebra el nacimiento de Cristo, sin embargo, varios de los elementos añadidos a través de los tiempos tienen orígenes principalmente paganos. La nochebuena es el 24 de diciembre, día en que se celebra también el solsticio de invierno, pero que tradicionalmente los cristianos lo tomaron para festejar la Navidad. El norte de Europa nos aportó el efecto psicotrópico de la Amanita muscaria que ha dado lugar a la recreación de personajes como Papá Noel, el árbol de Navidad y los renos voladores. Continúa leyendo ¡Te contaremos!
Primero, hablemos del origen de Papá Noel, un tipo regordete de redondas y rojas mejillas que baja por la chimenea la noche de Navidad para llevar regalos a los niños, siempre con un traje rojo con blanco característico ¡adivinaste! la combinación de colores de Amanita muscaria.
¿Por qué esta relación? Se debe a diversas tradiciones, la primera de ellas nace en los pueblos Sami de Laponia, en la región nórdica, los que comían habitualmente setas alucinógenas, las que también daban a sus renos en los días posteriores al solsticio de invierno. Ellos vestían atuendos de colores rojo y blanco, regalaban los hongos y se intoxicaban hasta el punto de poder creer que volaban.
Además, también sabemos que los chamanes siberianos utilizaban un traje imitando el aspecto de la Amanita de color rojo con puntos blancos y, con las grandes nevadas, a veces introducían las setas por la chimenea para que no se humedecieran. Esta imagen se afianzó siglos después cuando San Nicolás, un obispo turco, llevaba regalos y dones a los más necesitados, utilizando su traje de obispo con la misma combinación de colores.
Árbol de Navidad, Renos y Amanita muscaria
Sabemos que, en la festividad navideña actual, el árbol es otra tradición ¿qué relación hay entre éste y el hongo?, algo muy fácil de explicar, ya que A. muscaria crece bajo los pinos de las planicies siberianas, y en esta época semejan regalos, como los que suelen poner debajo del árbol para la fiesta de Navidad. Pero aún hay más, ya que los chamanes de las tribus también solían cortar estos hongos y colgarlos de las ramas de los pinos, esto con dos objetivos: el primero, evitar que los renos tuvieran acceso fácil a este hongo puesto que era igualmente codiciado por ellos y, segundo, para poder secarlos y con esto eliminar sus propiedades tóxicas letales, conservando sus características alucinógenas. El efecto de colgar los hongos Amanita en los pinos nos recuerda las esferas que ahora cuelgan del árbol de Navidad.
Debido a la cantidad de nieve que cubre las planicies siberianas durante el invierno, los renos tenían que buscar su alimento escarbando en la nieve, y como estos grandes cérvidos de la tundra y la taiga gustan de alimentarse de este hongo alucinógeno, a pesar de sus propiedades tóxicas, no los mataba, pero sí era común verlos en estado de “posesión”, ya que empezaban a correr y saltar, inclusive tan alto que “parecía que volaban”. Aunque los renos terminaran con estos hongos, las clases populares, que no podían acceder a las setas secas mucho más costosas que consumían los ricos, aún podían disfrutar de los efectos psicoactivos de éstas. Lo que hacían era recoger la orina de los renos, la cual era convenientemente filtrada por sus riñones eliminando casi por completo las toxinas letales de Amanita, dejando una solución limpia y con la suficiente concentración de muscimol para conservar sus propiedades psicoactivas. Al ingerir este “líquido mágico” los chamanes podían entrar en trance y apreciar a los renos voladores.
Es muy curioso apreciar cómo los componentes psicoactivos de un hongo han logrado dejar huella a través de la historia de la humanidad, ya sea como sustancias que utilizaron algunos para matar o para tener alucinaciones. Probablemente, en otras tradiciones que aún se conservan o en fantásticas historias, cuentos, leyendas, etcétera, haya tenido algo que ver alguna sustancia psicoactiva, quizá proveniente de un hongo, como fuente de inspiración para dejar huella como los colores rojo y blanco de Amanita muscaria.
Para Saber más:
Amanita muscaria. (2018). Plantas alucinógenas: Amanita muscaria. Elicriso, Revista sobre el entorno y la naturaleza. https://www.elicriso.it/es/plantas_alucinogenas/amanita_muscaria/
Alejo-Iturvide F., Morales-Rodríguez L.M., Márquez-Lucio M.A., González López C.I. y De la Riva-De la Riva G.A. (2017). Setas Amanita en la Sierra de Santa Rosa Gto.: Un primer acercamiento a su diversidad. Revista de Ciencias Naturales y Agropecuarias, 4(10):29-35. https://www.ecorfan.org/bolivia/researchjournals/Ciencias_Naturales_y_Agropecuarias/vol4num10/Revista_de_Ciencias_Naturales_y_Agropecuarias_V4_N10_4.pdf
Gargantilla P. (2017). Los ritos chamánicos en el origen de la leyenda de Santa Claus. ABC Ciencia. https://www.abc.es/ciencia/abci-ritos-chamanicos-origen-leyenda-santa-claus-201712221831_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com.mx%2F
QFB Gerardo Solís González, estudiante del Programa Institucional de Maestría en Ciencias Biológicas, Opción Biotecnología Alimentaria, Facultad de Químico Farmacobiología, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
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D.C. María Carmen Bartolomé Camacho, Profesor-Investigador Titular del laboratorio de Toxicología Ambiental, Facultad de Químico Farmacobiología, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
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