En años recientes, un movimiento ha tomado fuerza alrededor del mundo. Y no, no es el movimiento naranja, es algo mucho más grave. ¿En algún momento escuchaste a alguien decir que las vacunas son malas? Pues esos comentarios tienen que ver con el movimiento antivacunas. Pero, vamos a comenzar desde el principio.
¿Qué es una vacuna?
Las vacunas son preparaciones (producidas con sustancias de bacterias y virus atenuados, muertos o modificados), que se administran a las personas para generar defensas activas y duraderas contra una enfermedad, estimulando así la producción de defensas.
Las vacunas son una de las medidas de salud pública más acertadas, debido al gran impacto en la erradicación de enfermedades que tenían un gran índice de mortalidad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cobertura a nivel mundial de la vacunación se mantiene en un 85 %, y se calcula que si se mejora la cobertura se podrían evitar 1.5 millones de muertes.
Existen enfermedades contagiosas que causan un sinnúmero de pérdidas humanas; no obstante, estamos protegidos de ellas gracias a la vacunación. Por ejemplo:
- Influenza
- Hepatitis B
- Virus del papiloma humano
- Sarampión
- Meningitis A
- Parotiditis
- Poliomielitis
- Enfermedades neumocócicas
- Rotavirus
- Rubeola
- Tétanos
Lamentablemente, en estos tiempos, estamos nuevamente en riesgo debido a las personas o grupos “anti-vacunas”. Pero si la vacunación ha salvado a millones de vidas en todo el mundo, entonces ¿Por qué, después de tantos beneficios, existen los movimientos en contra de la vacunación?
¿Cuándo y cómo comenzó el movimiento?
Los movimientos antivacunas no son nuevos, han estado presentes desde el inicio de la vacunación. En otras épocas estaban vinculados al temor por lo nuevo o lo desconocido, mientras que en la actualidad, la clave está en la falta de confianza en las instituciones de salud, en las compañías farmacéuticas, en las organizaciones y hasta en la evidencia científica. Los motivos a lo largo de los años han sido prácticamente los mismos: religiosos, políticos y dudas sobre la eficacia de las vacunas.
No obstante, fue en 1998 cuando el movimiento antivacunas comenzó a tomar relevancia, a partir de una investigación preliminar realizada por el médico inglés Andrew Wakefield, y publicada en la prestigiosa revista científica The Lancet. Los resultados de la investigación preliminar indicaron que 12 niños vacunados habían desarrollado comportamientos autistas e inflamación intestinal grave. Lo que tenían en común, según el estudio, era que los niños tenían restos del virus del sarampión en el cuerpo.
A partir de este hecho, los resultados de esta investigación fueron llegando a la sociedad, que, temiendo las consecuencias, optaron por no vacunar a sus hijos. En 2007, se reveló que el médico había manipulado los datos de la investigación para obtener esos resultados, y poder así, demandar a las farmacéuticas que fabricaban vacunas.
Debido a esto, la difteria, la tosferina, la parotiditis y el sarampión, fueron algunas de las enfermedades que comenzaron a rebrotar y a convertirse en epidemia en distintos lugares.
Si bien la mayoría está de acuerdo en que la vacunación es una de las prácticas de salud pública más importantes, las vacunas siguen siendo infrautilizadas y subvaluadas. En este sentido, y con base en las tendencias actuales en la cobertura de la aplicación de vacunas y la incidencia del sarampión, el Grupo de Expertos de la OMS de Asesoramiento Estratégico en materia de inmunización, concluyó que la eliminación del sarampión se encuentra seriamente amenazada, y que la enfermedad ha resurgido en diversos países donde se había logrado erradicarla o estaban cerca de lograrlo.
Ilustración 1. Cinta Arribas / Agencia Sinc
Y esto ¿Cómo afecta a México?
En 2018, se informó el caso de tres personas con sarampión en la ciudad de México: una mujer de origen italiano, su hijo y la señora que cuidaba al niño. Este caso es serio porque las personas no fueron vacunadas en su país de origen, y al llegar a México, se convirtieron en un importante foco de infección para la población que aun no esta vacunada. El último caso que se tenía registrado en México era de 1996. Recientemente, ha rebrotado en la ciudad de México más de una decena de casos de sarampión, precisamente en niños no vacunados.
Son varias las causas para no llevar a cabo la vacunación en nuestro país: falta de información debido principalmente a la insuficiencia de los mensajes de las campañas de vacunación, falta de decisión de los padres de los niños y de los adultos en general, motivos religiosos, y desabasto de vacunas en el sector salud.
Es muy importante tener en cuenta que la vacunación no solo es una decisión de los padres hacia los hijos, sino también, una decisión que afecta la salud colectiva cuando no se aplican las vacunas, pues las enfermedades se propagan más fácilmente. Para esto último, es importante resaltar la inmunidad de grupo.
La inmunidad de grupo, o inmunidad colectiva, es la protección de una determinada población ante una infección, debido a la presencia de un elevado porcentaje de individuos inmunes en la misma. De manera normal, cuando se produce un brote, al avanzar la epidemia y aumentar el número de individuos inmunes, disminuye la probabilidad de contacto entre un susceptible y un infectado, hasta que llega un momento en el que se bloquea la transmisión del agente infeccioso. El efecto de la inmunidad de grupo, se observa mediante la disminución en el número de infectados, o bien en la disminución en la incidencia de dichas enfermedades.
https://esceptica.org/2015/02/26/charlatan-del-mes-el-movimiento-anti-vacunas/
Para terminar
El hecho de vacunarse, implica no solamente la protección individual, sino también la protección de toda la población, especialmente en aquellos que, por uno u otro motivo, no han podido recibir la vacunación o no han conseguido una protección adecuada.
Por otra parte, si los movimientos antivacunas hubieran sido exitosos ¡seguiríamos muriendo de viruela! Afortunadamente, es una enfermedad que puede prevenirse gracias al 95 % de efectividad de su vacuna. En este sentido, es de vital importancia considerar el avance científico que se ha tenido en el desarrollo de vacunas, y su gran papel en el campo de la salud pública.
En definitiva, es fundamental tener en cuenta que un comentario en una red social o de un grupo de personas, no puede contra la evidencia científica. Como bien dicen:
“Quien no conoce su historia, está
condenado a repetirla”.
Gámez, L.A. (2015). El origen del peligroso movimiento antivacunas. Gizmodo.
https://es.gizmodo.com/el-origen-del-peligroso-movimiento-antivacunas-1709244343
SERENO PONCE, A. (2019). El movimiento antivacunas existe en México y se está expandiendo. Los intangibles.
http://losintangibles.com/2019/01/31/movimiento-antivacunas-existe-en-mexico/
Organización Mundial de la Salud. (2018). Preguntas y respuestas sobre inmunización y seguridad de las vacunas.
https://www.who.int/features/qa/84/es/
José Manuel Manríquez Flores, estudiante del Programa de Maestría en Ciencias de la Salud de la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
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