Cuando escuchamos el término “bacteria” sabemos que se refiere a organismos microscópicos que tienen como característica general que no cuentan con un núcleo que contenga el material genético. Estos microorganismos han sido ampliamente estudiados, pero el conocimiento general se ha centrado casi exclusivamente a los efectos negativos que producen en los seres vivos, como son las enfermedades que producen. Pero las bacterias también pueden ser usadas para obtener un beneficio. Por lo que para su estudio comúnmente se han separado en dos tipos: las patógenas o “malas” como aquellas que son responsables de causar enfermedades; y las benéficas o “buenas” como las utilizadas en la industria alimenticia para la elaboración de cerveza, bebidas y productos lácteos. Aquí te presento ejemplos muy claros de las bacterias “buenas”.
Bacterias en la industria alimenticia
En el sector de elaboración de alimentos es quizá donde más requerimos de la ayuda de microorganismos como las bacterias para transformar las materias primas en productos alimenticios, por ejemplo: los productos fermentados como yogurt, vinos y quesos. Estos microorganismos son sumamente importantes para diversificar y enriquecer la alimentación de la población, ya que pueden mejorar las propiedades alimenticias, el sabor o prolongar el tiempo de almacenamiento. Pero también es un área delicada cuando estos productos alimenticios se han contaminado con bacterias indeseadas, provocando la descomposición de los alimentos o produciendo sustancias tóxicas que al ser ingeridas provocan daño.
Importancia en el área clínica
En el área clínica se han realizado un sinfín de investigaciones de los daños provocados por bacterias causantes de enfermedades y como combatirlas o contrarrestar los efectos dañinos provocados. Algunas de las enfermedades más importantes por su importancia epidemiológica podemos mencionar a la tuberculosis, neumonía, meningitis, gonorrea, cólera, infecciones intestinales, entre muchas otras. Pero también se emplean bacterias con efectos positivos sobre la salud, como lo es el uso de probióticos que mejoran el funcionamiento intestinal, protegen las mucosas intestinales, previenen infecciones urinarias o ayudan a fortalecer el sistema inmune.
También se pueden usar para aislar compuestos benéficos como los diferentes antibióticos producidos por bacterias que se han empleado para combatir enfermedades causadas por otras bacterias y hongos. Aunque lamentablemente se ha abusado del uso de los antibióticos y actualmente esto ha provocado organismos resistentes a los antibióticos más empleados, aún se buscan nuevos antibióticos y otros tipos de compuestos efectivos que las bacterias pueden brindarnos.
Uso de bacterias en el cuidado del medio ambiente
Parece raro asociar el cuidado del medio ambiente con el uso de bacterias, ya que se les considera como contaminantes del ambiente, pero al estudiar ciertas propiedades especiales, se pueden aplicar de forma muy interesante. Por ejemplo, se están empleando bacterias capaces de producir bioplásticos que tienen la ventaja de auto degradarse en un tiempo mucho menor que su contra parte, como lo son los plásticos sintéticos, que incluso tardan cientos de años en degradarse.
Otros microorganismos se han estudiado por su capacidad de degradar compuestos contaminantes que usan como fuente de alimentación, como los generados en derrames de petróleos y otros compuestos tóxicos generados por prácticas industriales, que contaminan suelos y aguas. De esta manera, las bacterias potencialmente pueden remediar los daños causados al medio ambiente, que son muy difíciles de limpiar por otros métodos.
Empleo de bacterias en el área agrícola
Las bacterias conocidas como rizobacterias promotoras del crecimiento vegetal (PGPR, por sus siglas en inglés) se han usado ampliamente en diversos cultivos para favorecer el crecimiento de plantas e incrementar la producción de alimentos. Estas bacterias son obtenidas del por suelo presentar propiedades como la fijación de nitrógeno, la producción de hormonas vegetales y otros compuestos favorables para el crecimiento de plantas, y algunas especies son capaces de eliminar otros microorganismos patógenos causantes de enfermedades en raíz, hojas, tallos, flores y frutos. Este tipo de bacterias PGPR son útiles para aumentar la producción agrícola y se buscan debido a que tienen grandes ventajas en el medio ambiente, a diferencia del impacto negativo que causa el uso excesivo de agroquímicos fertilizantes y plaguicidas. Actualmente se continúan aislando y estudiando bacterias desconocidas y su posible aplicación por esta razón, en diferentes y muy variados ámbitos… Entonces
¿Es un buen sistema clasificar a las bacterias en buenas o malas?
Como se mencionó anteriormente, las bacterias se pueden separar en “buenas” o “malas”; pero no siempre se cumple con esta clasificación, un ejemplo de esto es la bacteria Pseudomonas aeruginosa, que se conoce por ser un agente patógeno o sea que causa enfermedades como infecciones en pacientes con cáncer, trasplantados, quemados y fibrosis cística, y que en años recientes ha atraído la atención como agente causal de infecciones hospitalarias resistentes a múltiples antibióticos, que también se les ha llamado “súper bacterias”.
Sin embargo, compuestos producidos por esta bacteria, conocidos como ciclodipéptidos, inducen el crecimiento y desarrollo de plantas, promoviendo un mayor crecimiento por un mecanismo en el cual parecen sustituir a las hormonas naturales de plantas como son las auxinas, por lo que se podrían usar a nivel agronómico para generar cultivos con un mayor rendimiento. Estas moléculas pueden tener un papel importante para obtener una mejoría en el número y calidad de productos vegetales, necesarios para alimentar a toda la población. Además de esta propiedad, los ciclodipéptidos poseen actividad anticancerígena.
La bacteria P. aeruginosa, también es capaz de producir una gran variedad de compuestos como pigmentos, bactericidas y una variedad de enzimas, con un alto potencial útil para el ser humano. Entonces, el estudio extensivo de los organismos, incluso aquellos que consideramos nocivos nos puede llevar a descubrir compuestos y propiedades de éstos que son benéficas en las distintas áreas del conocimiento. Este microorganismo es un claro ejemplo de que no cumple con la clasificación que expliqué antes…
¿es una bacteria “buena”? o ¿es una bacteria “mala”?
Para Saber Más:
Daza-Pérez, R.M (1998). Resistencia bacteriana a antimicrobianos: su importancia en la toma de decisiones en la práctica diaria. Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud, 22(3): 57-67.
https://www.mscbs.gob.es/biblioPublic/publicaciones/docs/bacterias.pdf
Renneberg, R. (2008). Biotecnología para principiantes. Capítulo 1: Cerveza, pan, queso-suculenta biotecnología. Editorial Reverté S.A., pp. 1-23. https://vdocuments.mx/biotecnologia-para-principiantes-reinhard-renneberg.html
Ortiz-Castro, R., Campos-García, J. y López-Bucio, J. (2012). Comunicación planta-bacteria basada en ciclodipéptidos de origen microbiano con actividad auxínica. Ciencia Nicolaita, 56:59-74 https://www.cic.cn.umich.mx/index.php/cn/article/view/110
M. en C. Omar González López, estudiante del Programa Institucional de Doctorado en Ciencias Biológicas de la Opción en Biología Experimental, adscrito al Laboratorio de Control Traduccional del Instituto de Investigaciones Químico Biológicas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
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