Al leer este artículo, conocerás a grandes rasgos las amenazas naturales que se presentan en el territorio mexicano, pero espero que también tomes consciencia de que éstas se convierten en un factor de riesgo para la sociedad, en la medida en la que se hace caso omiso de la gestión, planificación, análisis del territorio y riesgo potencial que pueda tener la existencia de ciertas actividades que implican la producción, manipulación y construcción de sociedades en espacios vulnerables, sin priorizar la seguridad de las personas y del propio entorno, el medio ambiente.
¿Por qué es importante conocer estas amenazas naturales donde vivimos?
Es muy importante, ya que de esto depende la seguridad de nuestras poblaciones, que nos permite saber cuáles son las amenazas naturales —fenómenos de la Tierra que pueden poner en peligro a un grupo de individuos —a las que está expuesto.
Nuestro país posee un amplio territorio que se divide en regiones naturales geológicas, hidrológicas y climáticas. Las características de cada una determinan los fenómenos naturales que en ellas suceden. Por ejemplo, las primeras indican qué partes de nuestra entidad federativa son susceptibles a sismos, terremotos, erupciones volcánicas y maremotos, mientras que las últimas señalan la vulnerabilidad a tormentas, nevadas, inundaciones, granizadas, ciclones, huracanes, deslizamientos de tierra y sequías.
Sismos, Terremotos, Maremotos y Erupciones Volcánicas
El hecho de estar situado sobre una de las zonas volcánicas y sísmicas más activas del mundo, el Cinturón de Fuego del Pacífico, hace que parte de la superficie mexicana sea un sitio muy propenso a terremotos, sismos, erupciones volcánicas y maremotos; en especial, la franja central que va desde el estado de Nayarit hasta el de Veracruz, también denominada Faja Volcánica Transmexicana (FVT), curiosamente uno de los lugares más estudiados de nuestro país por su estudio biogeográfico, es decir, por la distribución y transición biológica de diferentes especies ubicadas en esta zona. Los geólogos estiman que diariamente ocurren al menos cuatro sismos de pequeña magnitud en los estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Colima y Jalisco, en mayor medida, mientras que, en Veracruz, Puebla, Estado de México y en la península de Baja California se presentan en menor escala. En lo que respecta a la actividad volcánica se han contabilizado alrededor de dos mil volcanes que pueden entrar en actividad en cualquier momento, por lo que constantemente son monitoreados.
Así, como el Cinturón de Fuego del Pacífico cruza el centro de la República, la actividad sísmica y volcánica ocurre también en el fondo marino, resultando la formación de maremotos o tsunamis en las costas del país. Sin embargo, al ser mar abierto, el litoral del pacífico es el más propenso a sus efectos. En los últimos 250 años se han registrado al menos 60 maremotos en las costas de Oaxaca, Guerrero, Colima, Michoacán, Jalisco, Islas Marías y Baja California.
Huracanes y Tormentas
Es el de Golfo México la zona hidrográfica y climática más propensa a la formación de huracanes—también conocidos como ciclones y tifones— en lo que se refiere a la vulnerabilidad. Bajo el término tormentas severas, el Centro Nacional para la Prevención de Desastres (CENAPRED) monitorea las granizadas, nevadas, heladas, tormentas eléctricas y tornados que suelen ocurrir en todo el territorio nacional durante las temporadas de lluvia y época invernal. Imagínate, ¡se han registrado lluvias con granizos del tamaño de una pelota de golf que arrasan por completo cultivos, lastiman personas y hacen destrozos en bienes materiales como autos y casas! Incluso hay ocasiones en que calles, plazas y campos quedan completamente cubiertos por una capa de granizo de varios centímetros. Por lo general se presentan durante el verano y se producen principalmente en el altiplano central, la Sierra Madre Occidental, la Sierra Madre del Sur y en algunas regiones de Chiapas, Guanajuato, Michoacán, Puebla, Hidalgo, Zacatecas, Estado de México, Durango y Sonora.
Las tormentas de nieve ocurren durante el invierno y sobrevienen en las montañas o sierras de Chihuahua, Durango, Sonora, Coahuila, Baja California y Nuevo León y, con menor frecuencia, en el Bajío, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato, Jalisco, el Ajusco y en el Valle de México, presentándose casos extraordinarios en los que pueden ocurrir en regiones más bajas. Los tornados pueden ocurrir en casi toda la república en los meses de febrero a octubre y se les conoce también como culebras o víboras de agua, granizo o aire, colas de nube, dragones, serpientes, mangas de agua o trombas.
Cuando las tormentas severas azotan con fuerza extraordinaria y descargan más agua de la que el suelo puede absorber, los cauces de los ríos contener o los drenajes de los poblados desembocar, ocurren inundaciones. Veracruz, Tamaulipas, San Luis Potosí, Puebla, León, Hidalgo y Michoacán, son estados con alto riesgo de inundaciones. Los deslaves o deslizamientos de tierra son otra consecuencia de la saturación del suelo con agua proveniente de las tormentas severas. Cuando esto sucede, las laderas de los cerros se desgajan y sepultan todo lo que se encuentre a su paso; sin embargo, este fenómeno también puede ocurrir por la erosión del suelo, por temblores intensos o actividades humanas mal planificadas, como la extracción minera y la excavación en zonas no adecuadas para la construcción. Veracruz, Guerrero, Chiapas, Tabasco, Estado de México, Michoacán y Morelos, han enfrentado serios eventos de este tipo.
Sequías
Finalmente, debes saber que las sequías son muy comunes en las zonas áridas del norte donde las lluvias son escasas como Durango, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Aguascalientes y Zacatecas. Sin embargo, también han llegado a ocurrir en la zona centro —Valle de México, Jalisco, Michoacán y Veracruz— y sur —Yucatán—. Son uno de los fenómenos meteorológicos más inciertos porque pueden durar meses o años y tienden a presentarse de manera cíclica.
¿Cuál es nuestra responsabilidad antes estas amenazas naturales?
Hasta aquí, te he dado un panorama general de las amenazas naturales que existen en nuestro país, aunque esto no quiere decir que estemos totalmente indefensos a recibir su impacto, de hecho, depende de nosotros si causan daño o no en nuestras ciudades. De esta manera, es responsabilidad de los habitantes de cada región estar al tanto de los riesgos naturales que presenta el lugar en el que viven para conocer el grado de vulnerabilidad al que están expuestos.
Y esto, ¿cómo se hace? Bueno, pues entre otras cosas hay que informarse si el gobierno local ha desarrollado algún tipo de medidas de organización para enfrentar contingencias y peligros, es decir, si posee planes de contingencia, instituciones y organizaciones sociales dedicadas a proteger, coordinar y ayudar a la sociedad en caso de un desastre. Además, como ciudadanos es nuestra labor difundir en toda la comunidad y colaborar para que se fortalezcan, y si no, exigir su creación.
Es importante que comprendas, que la vulnerabilidad se define como la incapacidad de un grupo de personas para hacer frente y resistir los efectos de una amenaza natural y, que en gran parte, depende de las características físicas, económicas, sociales y políticas que prevalezcan en su grupo.
Así, mientras más alto sea el grado de vulnerabilidad, mayor será el riesgo de que la amenaza natural desencadene un desastre.
Para Saber Más:
Maskrey, A. (1993). Los desastres no son naturales. La Red, Colombia, Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina. 137 p.
http://www.desenredando.org/public/libros/1993/ldnsn/LosDesastresNoSonNaturales-1.0.0.pdf
Fascículos CENAPRED. Tsunamis. Tormentas Severas. Inundaciones. Volcanes. Terremotos. Sequías. www.cenapred.gob.mx/es/DocumentosPublicos/doc_elec.html
Padilla-Lozoya, R. y de la Parra-Arellano, M. (2015). Sistematización de la recurrencia de amenazas naturales y desastres en el estado de Colima, México. Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, XXI(2):143-165. http://www.redalyc.org/html/316/31639208008/
María del Carmen Carreón Nieto, Técnico Académico del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
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