Imagen: Rocío del Carmen Montoya Pérez
Es bien sabido que las mujeres sufren cambios hormonales periódicamente y que dichos cambios pueden alterar varias actividades cotidianas (laborales, familiares y de la salud). El hecho de sufrir este tipo de cambios habitualmente, puede tener sus ventajas, por ejemplo, se han identificado varios procesos en los que están involucradas las hormonas tanto femeninas como masculinas, en donde su efecto puede ser benéfico o perjudicial respectivamente. En esta ocasión nos centraremos en un proceso en particular relacionado con los fenómenos de protección del corazón.
Testosterona y enfermedades cardiovasculares
Se sabe que los hombres en edad media tienen mayor propensión a sufrir enfermedades cardiacas que las mujeres en edad reproductiva y esto se ha atribuido principalmente a los efectos negativos que tiene la testosterona sobre el sistema cardiovascular. Por otro lado, se han asociado a los andrógenos al riesgo cardiovascular por el hecho de que afectan la concentración de lípidos en el plasma y por lo tanto el perfil de lipoproteínas, causando trombosis, hipertrofia cardiaca y se sospecha también de efectos pro-ateroscleróticos. Sin embargo, se cree que la testosterona puede influir en la tolerancia del miocardio a la isquemia, este punto sigue aún bajo debate.
Un posible mecanismo de protección
Existe un fenómeno de cardioprotección, el cual consiste en la exposición leve del tejido a periodos breves de isquemia (falta de perfusión sanguínea)/hipoxia (falta de oxígeno) conocido como pre-condicionamiento isquémico (PCI), que se ha estudiado extensamente por casi ya 40 años. Sin embargo, las señales involucradas en el disparo y mantenimiento de la protección son todavía tema de intensa investigación.
A este respecto, se ha demostrado en estudios de PCI que el canal de potasio sensible a la molécula energética adenosín trifosfato, que conocemos como ATP (KATP), juega un papel central en dicho proceso a través de la activación de mecanismos de cardioprotección contra varios tipos de estrés.
Los canales KATP han sido descritos en la membrana plasmática de células cardiacas, pancreáticas, neuronas, músculo liso y esquelético; asimismo en la membrana interna mitocondrial (mitoKATP). Estos canales acoplan el potencial de membrana plasmático en caso de los canales que se encuentran en la membrana y en el caso de los que se encuentran en la membrana interna mitocondrial, acoplan el potencial de óxido-reducción (redox) y/o la liberación de radicales libres al estado metabólico de la célula.
Por otro lado, se ha encontrado que con un periodo de PCI, consistente en breves lapsos de isquemia, o con un tratamiento previo con abridores de canales mitoK, se protege al corazón del daño irreversible. Así, durante la isquemia subsecuente al precondicionamiento, la pérdida de energía en forma de ATP se reduce y el corazón se recupera a una función más cercana a la normal después de la reperfusión.
Esta cardioprotección, tanto la producida con el tratamiento farmacológico como por el PCI, se bloquea con fármacos que bloquean el canal KATP como el gliburide (glibenclamida) y el 5-hidroxidecanoato (5-HD), lo cual apunta al canal mitoKATP como un elemento central en la cardioprotección.
Potencial terapéutico de los canales KATP
Es importante abrir un gran paréntesis en este momento, para aclarar que el daño producido por la isquemia es menor que aquel provocado por la reperfusión. Cuando el corazón recibe nuevamente sangre con nutrientes y oxígeno existe una producción acelerada de especies reactivas de oxígeno y nitrógeno lo que incrementa el daño en los componentes celulares, llámese membranas, lípidos y ADN.
Esto ha producido un gran entusiasmo por estudiar el potencial terapéutico de los canales KATP en el tratamiento de la isquemia aguda del miocardio. Liu y O'Rourke, en el 2001, propusieron que la apertura de los canales KATP mitocondriales tiene un doble efecto, por un lado, disminuye la sobrecarga de calcio en la mitocondria, preservando la integridad de la misma y, por otro lado, estos canales también regulan el volumen del orgánulo. Estos cambios son importantes porque modifican el flujo de electrones a través de la cadena respiratoria, lo cual influye en la transducción de energía para la síntesis de ATP.
La pregunta entonces es: ¿Por qué es un proceso género-dependiente?
La posible explicación acerca del por qué las mujeres son más resistentes a infartos es debido precisamente a la acción estrogénica mensual sobre el corazón, puesto que tienen mayor capacidad de pre-acondicionarse a los procesos de isquemia/reperfusión. Así que en el momento en que sufre un daño más severo por el infarto, el corazón tiene la capacidad de responder y recuperarse más rápidamente. En el caso de los varones, a pesar de que la testosterona puede tener efectos benéficos a través de la activación de los canales de KATP sarcolemales (se encuentran en la membrana celular), no tiene la capacidad de responder rápido como el corazón de las mujeres, por qué no ha tenido ese “entrenamiento” previo que las mujeres tienen mensualmente.
Retomando entonces el hecho de que las mujeres pueden verse afectadas en su vida cotidiana por la inevitable acción de las hormonas, al menos se puede decir que no todo es “tan malo”, si tomamos en cuenta que pueden estar menos preocupadas por los padecimientos cardiacos mientras se encuentran en edad premenopáusica.
“Así pues, las hormonas juegan un papel doble en la vida de las mujeres, por un lado, las hace más sensibles, pero por el otro más resistentes”
Liu, Y. and O’Rourke, B. Opening of Mitochondrial KATP Channels Triggers Cardioprotection: Are Reactive Oxygen Species Involved? 2001. Circ. Res., 88:750-752. https://www.ahajournals.org/doi/full/10.1161/hh0801.090537
García-Rivas, G.J. 2006. Canales mitocondriales de potasio sensibles a ATP y cardioprotección, REB, 25(1):20-25. http://www.facmed.unam.mx/publicaciones/ampb/
Zeledón, S.F., Morales M.O., Méndez J.E., Induni L.E y Gutiérrez S.O. 2005. Cardioprotección mediada por canales de potasio dependientes de ATP. Rev. Costarric. Cardiol., 7(3):11-18.
URL: https://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-41422005000300008
D. en C. Rocío del Carmen Montoya Pérez, Profesora e Investigadora del Instituto de Investigaciones Químico-Biológicas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
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M. en Psic. Karina Salud Montoya Pérez, Estudiante del Doctorado Interinstitucional en Psicología de la Universidad de Colima.
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