Imagina un futuro en donde los océanos se vuelvan una enorme tina con un líquido corrosivo. Si esto sucede, la vida marina, los restaurantes de mariscos, los buzos y nuestras visitas a la playa correrían peligro. Pero… ¿esto realmente sería posible? Sí, pues actividades como la industria, los sistemas de transporte, la producción de alimentos e incluso el respirar, generan emisiones de dióxido de carbono (CO2). A pesar de que este gas es necesario para la vida, en grandes cantidades cambia la temperatura del planeta, la frecuencia y cantidad de lluvias, la composición de la atmósfera y los ciclos naturales como el del carbono (C).
El Ciclo del Carbono
El carbono es un elemento químico presente en toda materia viva y su ciclo es biogeoquímico, es decir que se realiza entre los seres vivos y el ambiente, ocurre en todo nuestro planeta y es clave para sostener la vida. Una de sus etapas se desarrolla en el océano, donde el C, en forma de CO2, es absorbido por el agua, en donde tiene una función muy relevante, ya que al ingresar al océano se disuelve y se combina con las moléculas de agua (H2O) formando ácido carbónico (H2CO3), molécula que al romperse libera un ion hidrógeno (H+) y una molécula de bicarbonato (HCO3). Después, esta molécula de HCO3 se divide liberando un segundo H+ y una molécula de carbonato (CO3) (Diagrama 1).
El aumento en el ingreso de CO2 acelera el proceso antes mencionado y como resultado, se producen más H+ , lo que disminuye el pH del océano, proceso conocido como acidificación. Esto afecta a la vida marina, en especial a los organismos calcáreos ya que la acidez del agua los corroe .
Diagrama 1. Ciclo del Carbono en el océano y compuestos liberados durante la formación de carbonato.
(Tomado de Ocean Acidification Reference User Group, 2010).
Un hábitat corrosivo
Los organismos denominados calcáreos son todos aquellos que poseen un caparazón, un esqueleto o concha con base en carbonato de calcio (CaCO3), como los corales, almejas, langostas, cangrejos, ostiones, erizos y otros crustáceos. ¿Y cómo es que estos organismos obtienen el CaCO3? Este compuesto se forma por la combinación de carbonato (CO3) y calcio (Ca), proveniente de grandes depósitos en el fondo marino. La acidificación de los océanos reduce la disponibilidad de CO3, disminuyendo la formación de CaCO3, lo que afecta directamente la formación de organismos calcáreos.
La alteración del pH y la escasez de CO3 no solo afectan a estos organismos, sino que también pueden causar la alteración de las redes tróficas y la extinción de la vida marina (Cuadro 1); ya que se convierte en un ambiente corrosivo imposible de habitar.
La extinción de organismos marinos calcáreos y no calcáreos puede darse a escala local o global; y aunque solo afectara a especies sin interés comercial y estético, su colapso podría desencadenar efectos negativos en especies que sí lo tienen.
Cuadro 1. Caracol marino, recogido en la Costa Oeste de Estados Unidos y muestra daños en su concha (Foto de NOOA).
Algunos organismos afectados
A medida que aumente la acidez de los océanos, los arrecifes de coral se corroerán rápidamente superando la velocidad en la que éstos pueden crecer, existiendo la posibilidad de que éstos desaparezcan en todo el mundo. En consecuencia, la pérdida de arrecifes saludables afectaría directamente a los territorios que dependen de éstos para el desarrollo del comercio, consumo humano, el turismo y otras actividades económicas, pero además a todos los organismos marinos que necesitan de este hábitat.
Por otra parte, los caracoles marinos, que representan el 60% del alimento del salmón en Alaska, son particularmente sensibles al aumento en la acidez del océano. Una reducción en sus poblaciones podría afectar los eslabones superiores de la cadena alimenticia; pues una baja en la población del alimento del salmón afectaría directamente a esta especie y resultaría en menos pescado sobre nuestras mesas.
Después de toda esta explicación ¿ya puedes imaginar un futuro con un océano corrosivo? ¿Crees que sea posible evitarlo?
Para tranquilidad de todos, aún es posible impedir que se vuelva una realidad esta relación tóxica del CO2 con las aguas oceánicas. En gran parte, el trabajo de los científicos aporta la información necesaria para buscar soluciones, sin embargo, el resto de nosotros podemos apoyar a la causa. Pero… ¿cómo? Cambiar nuestros hábitos de consumo, reducir el uso de combustibles fósiles, usar eficientemente la energía eléctrica y hacer un uso sustentable de los recursos naturales, con lo que se reducirían las emisiones de CO2 y se frenaría la acidificación de los océanos.
SABER MAS:
Acidificación: ¿Cómo afecta el CO2 a los océanos? Informe de Oceana: Protegiendo a los océanos del mundo. Disponible en: http://oceana.org/sites/default/files/reports/Acidification_Report_2009_Spa.pdf
El calentamiento global y la acidificación de los océanos, reducen la capacidad del fitoplancton calcáreo para absorber CO2 de la atmósfera. Disponible en: https://resumen.cl/2016/12/calentamiento-global-y-acidificacion-de-los-oceanos-reducen-la-capacidad-del-fitoplancton-calcareo-para-absorber-co2-de-la-atmosfera/
La acidificación del océano: situación en aguas mexicanas. Elementos para Políticas Públicas, 1(1), 35-42. Disponible en: http://www.elementospolipub.org/ojs/index.php/epp/article/view/3/3
La acidificación del océano. Resumen del segundo simposio científico “El océano en un mundo con altos niveles de CO2” Disponible en: http://www.igbp.net/download/18.1b8ae20512db692f2a680007764/1376383138984/SPM-ocean_acidification_Span.pdf
Yunuen Arroyo Arroyo y Zaira Guadalupe Moncayo Núñez son estudiantes de la Licenciatura en Ciencias Ambientales (Generación 2015-2019) de la Escuela Nacional de Estudios Superiores de la Universidad Nacional Autónoma de México, Campus Morelia.