¿Qué te viene a la mente cuando escuchas la palabra campesino? ¿acaso piensas en una milpa o maíz, en tractores, vacas, o sombreros? Quizá tus pensamientos te acerquen a una parte de la realidad ya que en la actualidad en un gran número de comunidades de nuestro país esto ha cambiado debido a diversos factores, como el aumento en los costos de producción de los cultivos, la migración del campo a las ciudades, el envejecimiento progresivo de las y los campesinos, y en general el fenómeno de la globalización económica.
Estos fenómenos han contribuido a acelerar la entrada de nuevas estrategias para que los habitantes de comunidades productoras de cultivos aspiren a satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, vestido y vivienda. Al conjunto de actividades que los campesinos, tanto hombres como mujeres, llevan a cabo para satisfacer necesidades básicas, las cuales no se concentran únicamente en actividades agropecuarias, le han denominado pluriactividad campesina o multifuncionalidad del medio rural.
Esta acción no es solamente de ese siglo; la estrategia de realizar múltiples actividades es un proceso dinámico y complejo que a lo largo del tiempo se ha llevado a cabo en las comunidades rurales. En la actualidad –por diversos factores– la diversificación se ha desconcentrado de las actividades netamente agropecuarias, sin que estas desaparezcan en su totalidad, variando dicha diversificación de comunidad en comunidad. En esta ocasión vamos a platicar cómo es la pluriactividad en una comunidad serrana del estado de Oaxaca.
Una comunidad con pluriactividad, Santa Catarina Lachatao
Oaxaca es la entidad federativa con mayor superficie de tierras comunales que alberga la mayor diversidad biocultural en el país, es decir, allí coexisten una gran cantidad de especies de animales, plantas y hongos, que se desarrollan en diferentes ecosistemas y que mantienen una relación directa con los 16 grupos étnicos que habitan en la entidad. En uno de estos grupos, entre los zapotecos de la región de la Sierra Norte se encuentra la pequeña localidad de Lachatao, comunidad en donde confluye un gran cúmulo de tradiciones y prácticas de diversa índole, arraigadas a lo largo de los últimos siglos y las cuales se relacionan con sus actividades cotidianas, desde la preparación de sus alimentos, la fiesta patronal, los tequios, ayuda comunitaria o faenas, y el manejo de sus recursos naturales, entre muchas otras actividades que dan muestra de su gran riqueza biocultural.
¿Por qué realizan los campesinos múltiples actividades?
Las familias de Lachatao hasta hace algunas décadas se dedicaban principalmente a la producción agropecuaria, y vendían sus excedentes para obtener ingresos que los ayudaba a subsanar diversas necesidades de productos generados fuera de la comunidad, perecederos y no perecederos. En una investigación más amplia sobre esta localidad identificamos que esta tendencia ha ido cambiando con el paso de los años, y las actividades que realizan los habitantes para satisfacer sus necesidades se han diversificado paulatinamente, surgiendo unas que antes no se realizaban y desapareciendo algunas otras.
En este sentido, los habitantes de la comunidad llevan a cabo distintas labores para satisfacer sus necesidades básicas que podemos dividir en cuatro grandes grupos:
- las actividades agropecuarias
- el huerto familiar
- actividades complementarias
- ingresos provenientes de familiares que viven fuera de la comunidad.
Actividades agropecuarias
Para el caso de las actividades agropecuarias, los habitantes de Lachatao cultivan la milpa (maíz-frijol-calabaza o maíz-frijol), el chícharo, el haba, la alfalfa y hortalizas como zanahoria, acelgas, cebolla, chayote. En el espacio donde pueden producir dentro del terreno de sus casas, llamado huerto familiar, solar o traspatio, se siembran diversos tipos de plantas, árboles y arbustos con diversos usos, especialmente de índole alimenticio y medicinal. En los solares se lleva a cabo la producción a baja escala de frutales típicos de la región como la manzana, el durazno, el membrillo y la cereza.
La mayor parte de las familias tienen animales de traspatio como gallinas y guajolotes, los cuales son utilizados para consumo de carne y huevo. Cabe hacer mención que tanto en las parcelas como en los huertos familiares o solares los adultos de más de 55 años, en promedio, son quienes realizan la mayor parte de las actividades, por lo que se observa que en un periodo corto el número de campesinas y campesinos en la localidad irá disminuyendo paulatinamente, lo que pondría en riego el cumulo de conocimientos tradicionales adquiridos a lo largo de mucho tiempo.
Cuando llegan a generarse excedentes de los productos obtenidos en el solar y en las parcelas estos son vendidos, entre los vecinos y en menor medida fuera de la localidad, en el mercado regional de Ixtlán y en la ciudad de Oaxaca. La venta en mercados regionales ha estado ligada por generaciones a la vida de los lachatenses; sin embargo, durante las últimas décadas esta actividad ha ido a la baja. La gran mayoría de las 70 familias de Lachatao aún se dedica a actividades ligadas al campo, pero éstas no constituyen el aporte principal, encaminándose hacia otras áreas que determinan su pluriactividad.
Ecoturismo
En la última década el ecoturismo ha sido una de las actividades complementarias que atrae a visitantes para admirar las riquezas naturales y culturales de la comunidad, generando con esto fuentes de empleo que impactan en los ingresos de algunos de los habitantes. Aunado a esto se cuenta con algunos otros servicios que generan ingresos complementarios para algunas familias. Otros habitantes consiguen empleos fuera de la comunidad y regresan el mismo día o pueden prolongar su regreso en periodos de una semana hasta un mes, contratándose en diversos empleos, principalmente como albañiles, choferes y jornaleros.
De esta manera es como las y los campesinos de Lachatao actualmente a través de estas actividades satisfacen gran parte de sus necesidades básicas. Un fenómeno que se ha hecho presente en las últimas décadas en la comunidad, y que incide directamente en su diversificación de actividades, es la migración. Debido a factores como la falta de oportunidades de educación formal, pero sobre todo la situación económica precaria, un gran número de habitantes han tenido que abandonar la localidad y en muchos de los casos ya no regresan. La mayoría de los migrantes acuden únicamente en fechas especiales como la fiesta patronal, navidad, día de los fieles difuntos o vuelven en edades avanzadas después de concluir su vida laboral. En este sentido, los ingresos ya sean de origen nacional o internacional representan un aporte importante para los ingresos de varias familias.
Efectos generados por la pluriactividad en Lachatao
Los habitantes de Lachatao identifican dentro de la pluriactividad campesina beneficios que los lleva a obtener mayores ingresos económicos por los servicios que prestan, y de manera paralela la pérdida del conocimiento de los cultivos, que cada vez se siembran menos. Ellos identifican que, a medida que pasa el tiempo, habrá una mayor dependencia de elementos externos para su alimentación, lo que limitará su seguridad y soberanía alimentaria. El cambio en los agricultores, su conocimiento e importancia dentro de la comunidad se relaciona en gran medida a la migración, el envejecimiento gradual de la población, la falta de un relevo generacional que los sustituya y el descenso en la tasa de natalidad de los habitantes.
Las regiones rurales de nuestro país cada vez son menos, al igual que sus agricultores. Los múltiples cambios sociales y económicos que han vivido a lo largo del tiempo los campesinos lachatenses están entrelazados con su pluriactividad con el objetivo de lograr la subsistencia y satisfacer sus necesidades básicas. Por lo tanto, el conocer cómo las comunidades rurales de nuestro país diversifican sus actividades en la vía campesina hará posible, por un lado, visibilizar el detrimento de su patrimonio biocultural y su limitada autosuficiencia alimentaria. Es necesario un auto-reconocimiento de la importancia de la pluriactividad y de la memoria biocultural, pero también es importante que se conozca en otros ámbitos su importancia para la toma de decisiones y se generen los programas y políticas públicas que puedan reconocer, y subsanar, las necesidades del agro mexicano.
Saber más:
Grammont, H.C. de. (2009). La nueva estructura ocupacional en los hogares rurales mexicanos. En: La pluriactividad en el campo latinoamericano (Grammont, H.C. de y Martínez V.L., Coords.), pp:273-307.
http://www.flacsoandes.edu.ec/libros/digital/41536.pdf
Toledo, V.M. (1993). La racionalidad ecológica de la producción campesina. En: Ecología, campesinado e historia (Sevilla G.E. y González de M.M., Eds.), pp:197-218.
http://www.contemporaneaugr.es/files/Toledo%20V,%20La%20Racionalidad%20Ecol%C3%B3gica%20de%20la%20Producci%C3%B3n%20Campesina(1).pdf
CONACYT. (2012). Red de Etnoecología y Patrimonio Biocultural. México, D.F. 33 p.
http://etnoecologia.uv.mx/pdfs/Red%20de%20Etnoecolog%C3%ADa-22.pdf
Edgar Alan Montaño Contreras es estudiante del Doctorado en Ciencias en Desarrollo Regional y Tecnológico en el Instituto Tecnológico de Oaxaca.Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Yaayé Arellanes Cancino es investigadora CONACYT adscrita a la Facultad de Economía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
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