Muchos hemos escuchado acerca de supuestas curas milagrosas, algunas veces resultan creíbles otras increíbles, pero... ¿En verdad existen esas curas mágicas? ¿Es esto realmente cierto? Y si es así, ¿Qué lo hace posible?
¿Cuándo, dónde y cómo surgieron los placebos?
Los placebos surgieron prácticamente al mismo tiempo que el tratamiento médico, y es que la historia de la Medicina está repleta de placebos, dentro de los más utilizados se encontraban; punciones, cataplasmas, ventosas, descargas eléctricas, etc. Hacia finales del siglo XVIII, se reconoció que muchas de las sustancias que se utilizaban para curar las enfermedades no tenían tales efectos y que sólo se administraban con la finalidad de complacer al enfermo o debido a que eran muy pocas las cosas efectivas que tenían que ofrecer los médicos para tratar a los pacientes.
Y no fue hasta 1955 que Henry Beecher demostró que los pacientes respondían positivamente a los placebos, conociéndose desde entonces como un falso tratamiento que servía como instrumento psicológico para la terapéutica de ciertas afecciones mentales, como la neurosis; como recurso experimental para distinguir un efecto medicamentoso real de una sugestión, y como herramienta para estudiar los mecanismos de acción farmacológicos.
Definición actual de placebo
El placebo se define como una intervención diseñada para simular una terapia médica, que no tiene un efecto biológico sobre una determinada enfermedad, sin embargo, hay que tener presente que este no debe reducirse a una sustancia, ya que el placebo puede ser un procedimiento o componente del mismo, como un acto físico o un mensaje verbal.
Cuando se administra el placebo puede aparecer el “efecto placebo”, y éste es la respuesta del paciente a la intervención, es decir, un efecto positivo en la salud del individuo, el cual va a estar fuertemente influenciado por factores como la información que se le da al paciente, la fe, la confianza en el equipo tratante, lo que el paciente espera de dicha intervención, elementos simbólicos o culturales, entre otros.
Mecanismos por los que actúa el efecto placebo
En el efecto placebo hay mecanismos psicológicos y neurobiológicos que propician que se presente una respuesta en el organismo, a favor de la salud. Hoy en día los datos disponibles sugieren que existe un efecto placebo en el alivio del dolor o en ansiedad, es decir, existe una mejoría en estos síntomas, pero no significa que el resultado de este efecto sea la cura. Por ejemplo, la existencia de un efecto placebo analgésico, puede explicarse mediante mecanismos neurobiológicos: la expectativa de mejoría produce la activación de vías neuroquímicas, a través de opioides y dopamina, que están implicadas en la modulación cognitiva del dolor y en los sistemas de recompensa. En un meta-análisis llevado a cabo por Hróbjartsson y Gøtzsche (2004), se reconoció el efecto placebo para el dolor y la depresión.
Es importante mencionar que este efecto placebo, aparece solo cuando se administra un placebo y el paciente cree que está siendo tratado, cuando el placebo se administra sin que el paciente lo sepa, ese efecto no se produce.
El efecto placebo y las medicinas alternativas
Es sorprendente que en la actualidad y con el gran avance científico en el área de la salud, el número de consultas en medicina alternativa supere el número de consultas de médicos de atención primaria. Ya que se estima que el 30% de los norteamericanos usan terapias alternativas y además se cree que más del 90% está basada en el efecto placebo, por lo que sería muy valioso investigar más a fondo cuál es el papel del efecto placebo en cada una de estas prácticas médicas.
Un informe elaborado por el Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes británica, sostiene que los remedios homeopáticos tienen una eficacia similar a la de los placebos. Así mismo existen evidencias que terapias como la acupuntura logran sus resultados en la disminución de dolor y en emesis (vómitos) post quimioterapia, a través del efecto placebo, es por ello que se precisa más investigación sobre sus mecanismos de acción y sobre las implicaciones éticas de su uso con el fin de aprovechar mejor sus efectos en beneficio del paciente.
El efecto placebo y la práctica clínica
El uso del placebo es habitual en la práctica clínica, alrededor del 97% de los médicos reconocen haber utilizado placebos. En la gran mayoría de los casos placebos impuros (sustancias con cierta actividad farmacológica, pero irrelevante para la condición tratada) como antibióticos para infecciones virales, analgésicos, fármacos a dosis subterapéuticas o vitaminas, esto debido a una demanda injustificada de medicamentos por parte del paciente, para calmarlo o debido al agotamiento de otras opciones terapéuticas.
Históricamente, el placebo se ha utilizado sin el conocimiento del paciente cuando el médico lo consideraba indicado, buscando su bienestar. Sin embargo, hoy en día, el engaño asociado al uso del placebo supone un problema ético, porque choca con la concepción actual de la autonomía del paciente y la práctica de las decisiones compartidas.
Por lo que éticamente solo se acepta el uso del placebo en investigación clínica, en circunstancias como: la ausencia de un tratamiento efectivo, cuando el tratamiento con placebo es corto, cuando no agrega riesgo no relacionado a su patología de base y cuando el consentimiento informado firmado por el paciente ha sido claro al respecto.
Claramente hay un extenso camino por recorrer en donde las funciones de nuestro cuerpo nunca dejarán de asombrarnos y las respuestas que se vayan generando a través de los años acerca del efecto placebo es muy probable que nos generen aún más interrogantes.
Sin embargo, el efecto placebo existe, y no podemos menospreciarlo, tal efecto se puede aprovechar por el personal de salud al crear un ambiente de confianza debido a un buen trato y brindando la información de manera apropiada.
Ante un supuesto medicamento milagro:
-Debemos tener precaución, sobre todo con aquellos que prometen curar enfermedades casi de manera instantánea o para las que actualmente no hay cura.
-Tener presente que profesionales expertos llevan décadas trabajando e investigando y se han invertido millones de pesos en tratamientos médicos, los cuales no se puede comparar con tratamientos poco conocidos o inclusive desconocidos que podrían poner en riesgo nuestra salud.
Díaz, R., & Ramírez, P. (2014). El placebo y el efecto placebo. Revista Cubana de Hematología, Inmunología y Hemoterapia, 30(3): 214-222.
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-02892014000300004
Forcades, T., Caminal, J., Rodríguez, N., & Gutiérrez, T. (2007). Efecto placebo frente a efecto terapéutico en la práctica clínica y medicinas complementarias y alternativas. Atención primaria, 39(2), 99-102.
http://www.elsevier.es/es-revista-atencion-primaria-27-articulo-efecto-placebo-frente-
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Guijarro C. 2015. Historia del placebo. Neurociences and history; 3 (2): 68-80
http://nah.sen.es/vmfiles/abstract/NAHV3N2201568_80ES.pdf
La M.C. Eunice Tranquilino Rodríguez es alumna del Programa Institucional del Doctorado en Ciencias Biológicas, opción de Biotecnología Alimentaria.
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El D.C. Héctor Eduardo Martínez Flores es Profesor Investigador, Jefe del Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Alimentos, ambos de la Facultad de Químico Farmacobiología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
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