¿Qué son los hongos gasteroides?
Cuando se habla de hongos nos imaginamos aquellos que aparecen en los dibujos animados como en “Alicia en el país de la maravillas” de Lewis Carroll o en esos seres pequeños que habitan dentro de hongos, los pitufos. Sin embargo, no todos los hongos poseen la misma forma ya que existen hongos en forma de espátula, de coral, de copa, de plato, de coliflor, de oreja y globosa, estos últimos, cuando maduran pueden tener forma de pera, estrella, nidito, jaula, entre otras, pero nunca en forma de paraguas como los típicos “champiñones” (Figura 1).
A estos hongos se les conoce como hongos gasteroides, llamados comúnmente estrellas de tierra, pedos de lobo, trompita de venado, pataratas, huevos, niditos, entre otros.
Morfología de los hongos gasteroides
Los hongos gasteroides comparten una morfología similar, al menos durante la fase juvenil, de ahí su nombre “gastero” o “gastro” que significa estómago y “eidós” que significa con forma de o aspecto de, es decir son hongos con forma o aspecto de estómago. El desarrollo de estos hongos es angiocárpico, que se caracterizan por desarrollar un basidiocarpo en el que el himenio o gleba, lugar donde se desarrollan las esporas, permanece encerrado por una capa externa llamada peridio, la cual funciona como envoltura que mantiene las esporas en el interior del hongo hasta alcanzar su madurez, dando lugar a una masa de polvo o una sustancia viscosa. Las principales estructuras que conforman este tipo de hongos se muestran en la figura 2.
¿Cómo es la dispersión de esporas?
En la mayoría de estos hongos, la dispersión de esporas es a través de una abertura o desintegración del peridio, por ejemplo, en el caso de las “estrellas de tierra” (especies del género Astraeus o Geastrum) o pedos de lobo (del género Lycoperdon) es por medio de un orificio en el parte superior llamado peristoma, por el cual salen expulsadas las esporas en forma de un polvo muy fino (Figura 3).
En otras especies, es a través de la desintegración del peridio, como en el caso de Calvatia cyathiformis, conocida con el nombre común de “pataratas”, hongo comestible muy apreciado en la región de Pátzcuaro; al quedar las esporas expuestas, éstas son dispersadas por el viento, la lluvia y algunos animales.
En los géneros Clathrus, Mutinus y Phallus, conocidos como los “falos hediondos” (Figura 4), presentan olor a putrefacción cuya función es atraer a insectos, principalmente moscas, que ayudan a la dispersión de sus esporas.
Importancia en los ecosistemas
Una de las principales funciones de los hongos gasteroides es degradar la materia orgánica, por lo que estos hongos se involucran en el reciclaje de nutrientes. Otras especies, principalmente del género Scleroderma “chapatas” son micorrízicos, esto quiere decir que existe una relación del hongo con las raíces de las plantas, en la cual ambos organismos se ven beneficiados; la planta le provee al hongo principalmente azúcares, resultado de la fotosíntesis, por otro lado, el hongo permite a la planta mejorar la captación de agua y ciertos minerales como el fósforo, nitrógeno, potasio, entre otros, que son esenciales para las plantas, además le proporciona defensa contra ciertos patógenos.
Usos de los gasteroides
Algunas especies de estos hongos son comestibles en su fase juvenil, cuando la gleba es de color blanca y carnosa como en Lycoperdon perlatum o Calvatia cyathyformis. Además, se han utilizado en medicina tradicional, las esporas de estos hongos las usan como cicatrizante, aliviar quemaduras, cortadas, granos, verrugas, picaduras de avispas o abejas, suavizar la piel, alivio al cordón umbilical, entre otras. Por ejemplo, las esporas de las “pataratas”… (Calvatia cyathyformis) son utilizadas para la cicatrización de las heridas depositándolas sobre las partes afectadas (Figura 5).
¿Por qué estudiar a los hongos gasteroides?
Por un lado, el estudio de los hongos nos ayuda a comprender el funcionamiento de los ecosistemas, debido a que este grupo, establece diversas interacciones con todos los organismos, desde los hongos que se desarrollan y llevan a cabo su existencia sobre tejido vivo (parasitismo), los degradadores de la materia orgánica (saprofitismo) y los que mantienen una asociación con otros organismos, en la cual ambos se ven beneficiados (mutualismo simbiosis), por lo que en general los hongos se encargan de mantener el correcto funcionamiento de los sistemas naturales. Por otra parte, constituyen una fuente de alimento para algunos animales como mamíferos (ardillas, zorros, conejos, incluyendo al ser humano), insectos (escarabajos, moscas y larvas) y algunas aves.
De manera particular, en el grupo de estos hongos existen pocas investigaciones sobre los factores bióticos y abióticos de su crecimiento y desarrollo, sin embargo, estos participan en el mantenimiento de los ecosistemas, ya que se involucran en el reciclaje de nutrientes, haciendo los suelos más productivos, además de evitar la erosión del suelo por medio de rizomorfos, estructuras con aspecto de raíces que liberan sustancias que hace que el suelo se adhiera. No obstante, aún falta mucho por conocer, desde aspectos básicos de taxonomía, hasta profundizar en el conocimiento de las relaciones ecológicas que establecen este grupo de hongos.
Actualmente se está realizando un proyecto en conjunto entre el Herbario EBUM y el Laboratorio de Restauración Ecológica, ambos de la Facultad de Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), en la Estación Biológica Vasco de Quiroga, en el cual se quiere conocer cómo el tipo de vegetación y las condiciones abióticas influyen en la diversidad de especies de hongos gasteroides, tomando en cuenta variables como temperatura, humedad del suelo, tipo de vegetación, entre otras, con el objetivo de obtener información sobre las condiciones ambientales que afectan o favorecen la existencia del número de especies en la comunidad de estos hongos.
Para finalizar, el estudio de la estructura de las comunidades nos permite conocer la distribución y diversidad de las especies, las relaciones existentes de éstas con el ambiente en el que habitan. Toda esta información es útil ya que, al tener mayor conocimiento sobre ciertas especies, nos da un mejor panorama sobre su historia de vida y del papel que desempeñan estos organismos en el ambiente que puede utilizarse en programas de conservación.
Mariela Salinas-Rodríguez es estudiante de Posgrado Institucional de Maestría en Ciencias Biológicas.
D.C. Víctor Manuel Gómez-Reyes es profesor, ambos del Herbario EBUM (Colección de Macromicetos) de la Facultad de Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Saber mas
Ellis M.B. y J.P. Ellis. 1990. Fungi without gill (Hymenomycetes and Gasteromycetes).1a edición. Chapman and Hall. 329 pp.
Esqueda-Valle M.E. et al. 2000. Composición de gasteromicetos en un gradiente de vegetación de Sonora, México. Anales del Instituto de Biología Universidad Nacional Autónoma de México, Serie Botánica 71(2): 39-62.
Guzmán G. 2008. Diversity and Use of Traditional Mexican Medicinal Fungi. A Review. International Journal of Medicinal Mushrooms 10(3): 209-217.