La segunda barrera de coral más grande del mundo
Las cálidas aguas del Mar Caribe generan un hábitat adecuado para la existencia de los arrecifes de coral, ubicándose aquí la segunda barrera de coral más grande del mundo, con más de 1000 km de largo; abarcando toda la costa de Quintana Roo en México, Belice, Guatemala y Honduras. Los arrecifes dominantes del Caribe son de tipo costeros, los cuales se presentan como un cinturón de corales paralelo a la costa, con un arrecife plano interior y los de plataforma, lo cuales también siguen la línea de costa, pero su crecimiento es considerablemente superior a los arrecifes costeros. Estas formaciones son creadas por los llamados corales duros, su nombre se debe a la capacidad para fabricar un esqueleto duro al extraer carbonato de calcio del agua e incorporarlo a sus tejidos. El continuo crecimiento y acumulación de estos organismos y sus esqueletos forman grandes colonias y poco a poco estas acumulaciones se van haciendo más y más grandes, creando así los grandes arrecifes, los cuales son colonizados por diferentes organismos pertenecientes a muchos grupos animales y vegetales.
¿Qué es un Coral?
Los corales pertenecen al grupo de los Cnidarios (como anemonas y medusas), son animales invertebrados y sedentarios la mayor parte de su vida, sólo se mueven cuando son larvas. Estos animales se reproducen sexual y asexualmente; las larvas de coral son microscópicas, llamadas plánulas, las cuales buscan un sustrato al cual adherirse para formar un pólipo. El pólipo está lleno de tentáculos que les sirven para capturar su alimento, los tentáculos presentan células especializadas llamadas nematocistos, que le sirven para inyectar una sustancia urticante, la cual usan en forma de defensa o para cazar; se alimentan principalmente de plancton. El pólipo crece y se convierte en un coralito, muchos coralitos forman un coral, y después surgen las grandes colonias de coral, constituidas de diferentes especies de éste. Los corales también tienen un tipo de simbiosis muy especial, ya que en el interior de sus tejidos blandos habita un alga llamada zooxantela (Zooxanthellae), ésta produce alimento que intercambian con los corales a cambio de refugio, por lo que los dos organismos, alga y coral, se benefician de esta relación.
Los corales presentan diferentes formas, dependiendo de la especie, en los arrecifes del Caribe podemos encontrar especies de: 1) Agaricia (Coral Lechuga), 2) Montrastea (Coral Cerebro), 3) Acropora cervicornis (Coral hasta de venado), y 4) Porites (Forma de dedo).
Peces de los arrecifes
En el Caribe Mexicano existen aproximadamente 577 especies de peces, desde los más pequeños que se mimetizan con el medio y son muy difíciles de ver, también llamado crípticos (Saber Más No. 18), hasta los grandes depredadores, pero lo que caracteriza a la mayoría de las especies que habitan el arrecife son sus vistosos colores y variadas formas corporales, las cuales son un capricho de la evolución a lo largo del tiempo, lo que les confiere ventajas adaptativas ante el ambiente en el que se desarrollan. Todas estas especies conforman complicadas relaciones ecológicas y alimenticias que abarcan otros grupos animales y vegetales que habitan el arrecife y sus alrededores.
Cada especie explota los recursos que necesita para sobrevivir y sólo compiten con otras especies que ocupen los mismos recursos de la misma forma. Algunas especies son muy territoriales, atacando a todo aquel que se acerque a su casa, como es el caso de los peces Damiselas; en este grupo de organismos los patrones de coloración son muy importantes para que puedan ser identificados por los de su misma especie, o para detectar a sus enemigos.
-Patrones de coloración: Otros representantes muy comunes en los arrecifes son los peces loro, organismos muy variados en coloración, aún en la misma especie, es decir, los juveniles presentan una coloración y al llegar a su adultez ésta es completamente diferente, lo anterior sucede en varias especies.
Otras especies usan los patrones de coloración de su cuerpo para confundir a los depredadores, un ejemplo es el pez mariposa ocelada (Chaetodon capistratus), que presenta un gran ocelo cerca de la cola el cual simula un ojo, lo que confunde a los depredadores y a su vez la protege de éstos. Algunas coloraciones sirven también de camuflaje como protección o estrategia para cazar.
-Variaciones en su forma: La forma del cuerpo de los peces de arrecife también es muy variada, pero dichas modificaciones siempre tienen una función sobre el buen desarrollo del organismo, como es la alimentación, la protección y la reproducción, entre otros. Por ejemplo: los peces que se alimentan de plancton, tienen una boca grande, sin dientes y con unas laminillas que les permite filtrar el agua para retener su alimento; sin embargo, los comedores de coral tienen dientes especializados en forma de placas para morder fragmentos de coral duro; los carnívoros generalmente presentan dientes caninos muy afilados y otros pequeños para sujetar, desgarrar o cortar la carne. Algunos peces presentan el hocico alargado para atrapar su alimento en medio de las grietas o sacar a los gusanos de sus escondites, mientras que los peces con grandes molares son capaces de triturar cochas y caparazones de moluscos y equinodermos (como ostras y estrellas de mar).
Existen peces que se alimentan en el fondo, con una boca modificada ventralmente para facilitar la captura de su alimento. Otros, presentan el cuerpo aplanado dorso-ventralmente, como las rayas y lenguados, lo que les permite posarse e incluso esconderse en los fondos blandos cerca de los arrecifes. También están los que adoptan formas tan caprichosas como los peces pescadores o sapo, que tienen sus aletas ventrales modificadas para poderse sujetar de un sustrato, su cuerpo adquiere formas y colores que se mimetizan por completo con su entorno y las primeras espinas de la aleta dorsal se modifican a manera de caña de pescar, y en ocasiones de carnada, con el cual atraen a sus presas hasta cerca de su boca para luego succionarlas y comérselas.
-Tipos de reproducción: Al igual que la forma o el color, en los peces arrecifales es muy variada la reproducción, algunas especies ponen huevos que se adhieren a un sustrato. Hay especies que abandonan los huevecillos una vez depositados, mientras que otras se quedan para cuidar a las larvas ya eclosionadas, aportándoles refugio y alimento. Hay especies muy interesantes que presentan incubación bucal, guardando los huevecillos en la boca hasta su eclosión, mientras que otros incluso protegen a las larvas dentro de la boca.
Algunos de estos peces arrecifales depositan sus huevos dispersándolos en el sedimento o la columna de agua, quedando los huevecillos y larvas a la deriva, permitiendo que las corrientes los muevan, pero haciéndolos también presa fácil de los depredadores.
En algunas especies se presenta el hermafroditismo reversible, donde los miembros de una especie nacen siendo un determinado sexo (hembra o macho) o presentan ambos sexos, pudiéndose convertir en hembras o machos dependiendo de ciertas condiciones, un ejemplo de ello son los meros, señoritas y pericos.
-Adaptaciones de conducta: Los peces arrecifales presentan también adaptaciones en su conducta que les permiten sobrevivir y adaptarse de mejor manera a su medio, por ejemplo, existen ciertos grupos de especies que, en estadio juvenil o durante toda su vida, se alimentan de los parásitos que se encuentran adheridos a la superficie de otros peces, estos son llamados peces limpiadores, como muchos miembros de la familia de los gobios (Gobiidae). Estos peces prestan un verdadero servicio a otras comunidades de peces, manteniéndolos libres de parásitos mediante la obtención de un alimento fácil. Otra adaptación en el comportamiento son los hábitos diurnos o nocturnos, ya que existen especies que se encuentran activas durante el día, mientras que otras lo hacen durante la noche, pasando la mayor parte del día refugiados dentro de los arrecifes, lo que los hace difíciles de ver.
Una característica de los peces nocturnos son sus grandes ojos que se distinguen en su cabeza, como ejemplo: el pez ardilla (Holocentrus ascensionis),al cual se le puede ver de día rondando cerca de sus refugios, esto hace que la dinámica de un arrecife cambie considerablemente entre el día y la noche y que las especies que podamos observar de día no sean las mismas que observamos de noche, ¿fascinante no?
Los peces viven sobre y dentro de los arrecifes, los cuales, como ya mencionamos, les sirven como refugio permanente o temporal, éstos llegan a alimentarse de corales o de otros organismos, los utilizan como áreas de reproducción, llegan a limpiarse de parásitos, sirven como guarderías donde se encuentran refugiadas muchísimas larvas de diferentes especies de peces o simplemente desarrollan todo su ciclo de vida en él. Es por eso que los arrecifes de coral son tan importantes, gracias a ellos existe la gran diversidad de peces que podemos encontrar en los impresionantes arrecifes del Caribe Mexicano.
El humano y los arrecifes
Los arrecifes de coral con su vasta diversidad han sido indudablemente sujetos a disturbios naturales desde su aparición hace millones de años, estos disturbios juegan un papel importante al determinar la estructura y la dinámica de las comunidades. Sin embargo, los disturbios antropogénicos (cambios producidos por el hombre) se han dado en una fracción muy pequeña de tiempo y son los que más preocupan, ya que la diversidad, frecuencia e intensidad de estos disturbios han ido incrementándose de manera exponencial en los últimos 100 años.
Un alto rango de agentes estresantes locales, regionales y globales (cambio climático) incluyendo la sobrepesca, la destrucción del hábitat, los pesticidas, la acumulación de metales pesados, la sobrecarga de nutrientes, sedimentación y los impactos directos de las actividades humanas, han puesto a los arrecifes en peligro y con ello toda la fascinante vida que albergan. Y si a esto le agregamos las alteraciones a los disturbios naturales (como los ciclones), es de esperarse que resulten en efectos acumulativos mucho más dañinos. Los impactos causados mecánicamente por huracanes o ciclones son mucho menos letales que la mortalidad crónica ocasionada por los cambios hechos por el hombre, pero los impactos naturales juegan un papel crucial en las dinámicas de la comunidad sobre escalas largas de tiempo. Así mismo, los impactos antropogénicos crónicos pueden impedir la habilidad de los arrecifes para recuperarse después de desastres naturales.
Se acepta como regla que una protección adecuada de este ecosistema logrará, además de una exitosa conservación, repercutir en una economía más saludable; en provecho de los pobladores de la zona costera, debido a la gran cantidad de servicios ambientales que brindan estos ecosistemas. Además, se sabe que la diversidad de las comunidades ícticas está correlacionada con la pérdida de coral.
¡Esto quiere decir que mientras menos cobertura coralina exista en un arrecife, menor será la diversidad de peces presentes!
Se han realizado investigaciones cuyos resultados afirman que una pérdida del 10% de cobertura coralina repercute en una baja en la abundancia del 62% de las especies presentes en el arrecife. La muerte de los corales afecta las comunidades arrecifales, ya que, además de ser sistemas complejos y altamente productivos, proveen entre otras cosas de un hábitat estructural para albergar a una gran diversidad de organismos. Además de que estos sistemas son considerados como sumideros o trampas de carbono, por lo que es prioritario llevar acciones eficientes para cuidar a estos frágiles ecosistemas.
Para Saber más:
Douglas A. E. (2003) Coral bleaching: how and why? Marine Pollution Bulletin (version electronica), Vol. 46 (4) 385-392.
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Lesser M. P. (2004) Experimental biology of coral reef ecosystems, Journal of Experimental Marine Biology and Ecology, (versión electrónica) Vol. 300, (1–2), 217-252.
Shaun K. W., Graham N. A. J., Pratchett S. M., Jones, Geoffrey P. J., Polunin, N. V. C. (2006) Multiple disturbances and the global degradation of coral reefs: are reef fishes at risk or resilient?. Global Change Biology, (Version electronica) Vol. 12, 1365-2486.
Mojetta, A. (2006). Guía del Mundo Submarino, Barrera Coralina. Madrid, España: Libsa. 168 pp.
Schmitter-Soto, J. J., Vásquez-Yeomans, L., Aguilar-Perera, A., Curiel-Mondragón, C. y Caballero-Vázquez, J. A. 2000. Lista de Peces Marinos del Caribe Mexicano. Serie Zoogía, Vol. 71 (2): 143-177.
Reyes-Nivia, M. C., Rodríguez-Ramírez, A. y Garzón-Ferreira, J., 2004. PECES ASOCIADOS A FORMACIONES CORALINAS DE CINCO ÁREAS DEL CARIBE COLOMBIANO: LISTADO DE ESPECIES Y PRIMEROS REGISTROS PA R A LAS ÁREAS. Bol. Invest. Mar. Cost. Vol. (33): 101-115. Santa Marta, Colombia.
Omar Domínguez Domíngez Doctor en Ciencias, Profesor Investigador Titular “B” de tiempo completo de la Facultad de Biología de la Universidad (UMSNH), es Miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel II. Licenciado en Biología por la UMSNH; Maestro en Ciencias en Gestión y Conservación de la Biodiversidad en los Trópicos por la Universidad de Sevilla, España; y Doctor en Ciencias por el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM. Su principal interés es entender y conocer los procesos evolutivos que han generado la gran diversidad de peces dulceacuícolas y marinos existentes.
Oscar Gabriel Ávila Morales Biólogo egresado de la Facultad de Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Actualmente, estudiante del Programa Institucional de Maestría en Ciencias Biológicas, en el área de Ecología y Conservación, en la Facultad de Biología de la UMSNH. Su principal interés es el estudio de la Ecología de poblaciones, principalmente de especies de peces exóticos, tanto marinos como dulceacuícolas.