¿AROMAS QUE CURAN?

Escrito por Rafael Torres Martínez y Rafael Salgado Garciglia

Quizás lo primero que pensarás al oír sobre aromas que curan, es sobre la aromaterapia, una rama de la medicina no convencional que ha venido tomando auge entre las terapias curativas, de la cual podemos encontrar mucha información, pero poca de ésta es considerada científica. Esto ha permitido que haya incredulidad sobre el potencial curativo de los compuestos responsables de los aromas de las plantas y empezaremos diciendo que no todo lo referente a los aromas de las plantas es aromaterapia, para finalmente comprobar con argumentos científicos, ¡que los aromas sí curan!

Otra idea recurrente que tendrás al leer el título de este artículo, es sobre los tés o las infusiones curativas, sobre todo los que se preparan con plantas aromáticas medicinales como la manzanilla, la hierbabuena y el anís. En efecto, éstas son aromáticas y tienen propiedades medicinales, muchos de ellas confirmadas científicamente para aliviar enfermedades gastrointestinales, respiratorias, de la piel y hasta para tratar la hipertensión y la diabetes.

Los responsables de estos aromas son compuestos químicos, conocidos como aceites esenciales o compuestos volátiles aromáticos, los que mayormente se componen de pequeñas moléculas denominadas terpenos, de los que se han reportado más de treinta y cinco mil diferentes. Cada uno produce un aroma característico y cuando éstos se mezclan, el aroma cambia, es por eso que podemos encontrar una gama interminable de aromas en los tallos, en las hojas y en las flores de estas plantas aromáticas.

¿Qué son los terpenos?

La palabra terpeno proviene de “terpentine”, que significa aguarrás en inglés, un producto aromático de la resina de los pinos. Son moléculas muy abundantes en los vegetales, además de encontrarlos en tallos, hojas y flores, también están presentes en raíces, en semillas y en algunos frutos como la uva y los cítricos. Cada compuesto o molécula de este tipo tiene su nombre, generalmente otorgado por el nombre de la planta en donde por primera vez se aisló o mayormente se encuentra. Un ejemplo es el limoneno, presente en los cítricos como la naranja y el limón. Más adelante podremos inferir con sus nombres, en que plantas se producen o podemos encontrarlos.

Los terpenos que dan el aroma particular de las plantas aromáticas medicinales, son de bajo peso molecular y volátiles, que al estrujar las partes que los contienen o bien con el contacto con el aire, éstos se liberan. -Por eso, cuando estrujas una hoja de menta, se libera el mentol, el terpeno mayoritario de esta planta-.

Se clasifican por su naturaleza química, es decir, por la estructura que presentan, los de importancia aromática son de dos tipos, los monoterpenos y los diterpenos. Los primeros se componen de 10 átomos de carbono y los otros de 20, ambos provienen de una unidad carbonada llamada unidad isopreno, de 5 carbonos y 8 hidrógenos (C5H8). Las unidades pueden arreglarse linealmente (como en el mirceno) o cíclicamente (como en el limoneno), su arreglo conformacional, el número de hidrógenos y la presencia de átomos de átomos de oxígeno, es lo que da lugar a los miles de terpenos y por consiguiente a los miles de aromas.

Plantas, aromas y terpenos

El aroma en las plantas difiere por especie y por variedad, debido a pequeñas diferencias en las cantidades de los terpenos. La naranja y el limón contienen limoneno, pero huelen diferente por la cantidad de éste. También hay variaciones del aroma por la edad de la planta, la época de año (si está en floración o no). A medida que la planta madura, los aromas se intensifican; el clima y el tiempo también afectan a la producción de los terpenos; la misma variedad de una especie vegetal, produce cantidades desiguales y diferentes de terpenos cuando se desarrolla en suelos distintos y con fertilizantes diferentes.

Los terpenos se generan de forma constante, pero se volatilizan con la luz del sol y con las altas temperaturas. Las plantas tienen más terpenos al final del periodo oscuro (noche) que después de un día entero de sol. Se puede comprobar fácilmente –Huele una planta por la mañana y nuevamente al final de la tarde en un día soleado, será más penetrante por la mañana-.

¿Pero, qué terpeno contiene mayormente una planta?

Podemos tener cientos de ejemplos, algunos nombres te serán muy comunes, porque se derivan de alguna planta aromática medicinal en particular: se mencionó al limoneno en la cáscara del limón y al mentol en las hojas de menta; pero quizás también te suenen el alcanfor, anetol, citronelol, eucaliptol, geraniol, humuleno, linalol, nerol, pineno y timol. En la figura siguiente, puedes relacionarlos con las plantas que mayormente los contienen, y a éstos se debe su aroma y sus propiedades medicinales.

Propiedades medicinales de los terpenos

Una de las propiedades medicinales de los terpenos, es su actividad antioxidante, ya que actúan como protectores de los lípidos, la sangre y demás fluidos corporales del ataque de radicales libres de especies del oxígeno como radicales hidroxilo, peróxido y superóxido, así también por especies reactivas de nitrógeno como el óxido nítrico. Estas moléculas son las responsables del envejecimiento y están presentes en las enfermedades como el cáncer, la hipertensión, la diabetes y el hígado graso. También hay evidencias científicas de su actividad antiinflamatoria, ya que los terpenos suprimen la activación o producción de las moléculas que producen la inflamación, denominadas citocinas pro-inflamatorias.

Entre los terpenos con efecto antioxidante y antiinflamatorio, tenemos al eugenol, timol, p-cimeno, linalol, β-cariofileno, 4-terpineol, que son componentes del aroma de plantas como el clavo (Eugenia caryophyllus), albahaca (Ocimum basilicum), tomillo (Thymus vulgaris), manzanilla (Matricaria chamomilla) y mirto (Myrtus communis), entre otras. Otros ejemplos de terpenos con estas propiedades, están presentes en el eucalipto, romero, lavanda, pino y mirra; los terpenos p-cimeno y timol de tomillo actúan sobre la inflamación en colon.

Otra importante propiedad de los terpenos es la antimicrobiana, las evidencias indican su actividad contra bacterias (bactericida) y hongos (fungicida), microorganismos que afectan nuestra salud, ocasionando enfermedades de la piel, gastrointestinales y respiratorias.  Diversas investigaciones han probado su efectividad contra bacterias como Escherichia coli, Proteus mirabilis, varias especies de Salmonella, Staphylococcus y otras más. La mezcla de terpenos de clavo, tomillo, pimienta, canela y orégano son muy efectivos contra Clostridium botulinum y Listera monocytogenes; el eucaliptol y linalol de tomillo inhiben el crecimiento de P. mirabilis y S. aureus. El eucalipto posee propiedades antisépticas, especialmente de vías respiratorias, debidas fundamentalmente al eucaliptol; el timol, principal terpeno del tomillo, es antifúngico contra Candida albicans, también el terpineol y el limoneno inhiben el crecimiento de éste.

Ahora podemos entender por qué cuando utilizamos algunas de estas plantas, nos alivian o curan algunos problemas gastrointestinales, como la colitis y las infecciones bacterianas (diarrea, tifoidea, entre otras), y algunas enfermedades de la piel causadas por hongos.

Pero, además, algunos terpenos tienen actividad anticancerígena, como el lupeol, un terpeno del árbol Zanthoxylum monophyllum (palo rubio), que ha mostrado actividad antitumoral contra varias líneas celulares cancerosas. Así, tenemos que también el limoneno, contenido en diversas plantas aromáticas y el elemento de Curcuma aromatica, poseen estas propiedades. El taxol, un diterpeno cíclico, es uno de los anticancerígenos de origen vegetal (Taxus brevifolia) más potentes contra líneas celulares de pulmón, mama y ovario.

Recientemente se ha confirmado que algunas plantas aromáticas, también muestran actividad antiviral, antihipertensiva, antidiabética, antidepresiva, debida al contenido de terpenos. La actividad de éstos también ha sido relacionada con disminuir los niveles de lípidos o triglicéridos.

A pesar de que lo terpenos son considerados compuestos GRAS (Sustancias generalmente Reconocidas como Seguras), éstos pueden presentar ciertos tipos de toxicidad, ya que suelen ocasionar alergias y ser tóxicos para el hígado en concentraciones altas. El safrol (en azafrán, anís y alcanfor) y el estragol (en estragón, albahaca y laurel), si se consumen de manera constante por largos periodos de tiempo, pueden actuar como cancerígenos; la tujona (en especies de salvia, estragón y poleo) ocasiona afección respiratoria y cardiovascular; y la mezcla de terpenos de la nuez moscada y ruda, pueden presentar alteraciones del sistema nervioso y actividad abortiva, respectivamente. Es por esto, que, aunque mayormente poseen propiedades medicinales muy importantes, se recomienda su consumo en dosis bajas cuando sean por vía oral y deben administrarse con mucha precaución en embarazadas y en infantes.

¡Los aromas, o bien, los compuestos aromáticos de las plantas, si curan!

Para Saber Más:

Miguel, M. G. 2010. Antioxidant activity of medicinal and aromatic plants. Flavour Fragr. J. 25: 291-312.

Juárez-Rosete, C.R., et al. 2013. Hierbas aromáticas y medicinales en México: tradición e innovación. Rev. Bio. Ciencias, 2(3): 119-129.

http://biociencias.uan.edu.mx/publicaciones/04-03/biociencias4-3-5.pdf

Marín-Loaiza, J.C. y Céspedes C.L. 2007. Compuestos volátiles de plantas: origen, emisión, efectos, análisis y aplicaciones al agro. Rev. Fitotec. Mex., 30(4): 327-351.

http://www.redalyc.org/pdf/610/61030401.pdf

El M.C. Rafael Torres Martínez, es estudiante del Programa Institucional de Doctorado en Ciencias Biológicas, Opción en Biología Experimental; y el D.C. Rafael Salgado Garciglia es Profesor Investigador, ambos del Instituto de Investigaciones Químico Biológicas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.