Acostumbrémonos –por desgracia- a estos nombres. Nos referimos a virus que requieren de insectos (artrópodos) para infectar a otros animales o personas. A este grupo en particular de virus se les conoce como arbovirus. Usualmente, los humanos somos huéspedes incidentales que no contribuyen al ciclo de transmisión natural.
Se ha observado una excepción, en el que el ciclo de infección se mantiene en grandes áreas urbanizadas de los trópicos, donde el virus se transmite entre las poblaciones de mosquitos y humanos, sin la participación de algún otro animal. Salvo algunos reportes sobre el contagio en el laboratorio por el manejo de sangre del virus de Chikungunya (CHK), estas enfermedades no se pueden transmitir por contacto directo entre personas.
Los síntomas de las enfermedades causadas por Dengue (DEN), CHK y Zika son muy similares entre sí. Las personas infectadas por cualquiera de los tres virus, manifiestan generalmente los siguientes síntomas: fiebre, dolor de articulaciones, dolores musculares y erupciones en la piel. Estos síntomas hacen que sea muy difícil para el médico tratante establecer cuál es el virus causal de la enfermedad e incluso se puede confundir con otras enfermedades febriles como malaria o fiebre amarilla. Dado esto, es importante recurrir a pruebas de laboratorio ordenadas por su médico, que consisten en detectar los anticuerpos contra los virus e incluso detectar específicamente el genoma viral.
Existen particularidades para cada virus: en caso del DEN tiene dos manifestaciones clínicas, una llamada dengue clásico y otra llamada dengue hemorrágico. La primera se resuelve después de 7 días, sin mayores complicaciones, sin embargo, la segunda en caso de no recibir atención médica puede progresar al síndrome de choque por dengue, el cual puede llegar a ser fatal.
En el estudio de los microorganismos y los virus, se ha postulado una clasificación en serotipos. Un serotipo es una variante de un microorganismo que difiere en las moléculas de su superficie que despiertan una respuesta inmune en el huésped. Existen en la naturaleza cuatro serotipos diferentes de DEN que generan una inmunidad específica y de por vida contra el serotipo infectante, sin embargo, la protección inmunológica cruzada entre serotipos es incompleta y de corta duración. Los cuatro serotipos (del 1 al 4) tiene el mismo ciclo de transmisión y causan las mismas manifestaciones clínicas.
CHK es un virus de reciente introducción en nuestro continente y país. El nombre del virus proviene de la lengua africana makonde, localizada en Tanzania, que significa “doblarse por el dolor”. Los síntomas suelen durar de 1 a 2 semanas. Sin embargo, se ha reportado que el malestar puede durar hasta un año. A pesar de esto, la mortalidad de CHK es muy baja y hasta el momento no se han reportado complicaciones o secuelas de la enfermedad.
Respecto al virus Zika, éste se detectó en un inicio en monos de la selva de Zika en Uganda en 1947 y la primera infección en humanos se reportó en 1954. Se ha localizado al virus en la parte norte del continente africano, así como países del suroeste asiático. Varias investigaciones conducidas por el Instituto Pasteur, Francia, y un artículo aparecido a inicios del 2016 en la revista The Lancet, apuntan a que el virus Zika américano pudo haberse originado en varias islas del Pacífico y de allí se diseminó hacia América del Sur, fundamentalmente a Brasil. Estos estudios señalan que el Zika americano no pertenecen al linaje descubierto en África. Los estudios del genoma del Zika brasileño muestran una homología del 99% con las cepas que causaron un brote en la Polinesia en 2013.
A pesar de su distribución tan amplia, los reportes de las infecciones de Zika en humanos eran esporádicos y limitados, hasta el 2007 donde se reportó en la isla Yap, perteneciente a los Estados Federados de Micronesia, la infección de aproximadamente el 75% de la población. Las personas infectadas muestran una sintomatología semejante a DEN y CHK y en general son leves y duran aproximadamente de 2 a 7 días. Sin embargo, en el brote más reciente en la Polinesia Francesa, la infección por Zika se relacionó con desórdenes neurológicos.
Adicionalmente en su reciente introducción a América del Sur, en Brasil fundamentalmente, se ha observado un incremento en microcefalias congénitas. Este fenómeno emergió meses después de la llegada del virus Zika al país. La evidencia existente de la asociación entre los dos eventos es solo ecológica, y es crucial realizar estudios rigurosos que determinen si esta asociación de verdad existe. Aun no se ha establecido con certeza un nexo causal entre Zika y microcefalia, sin embargo, Colombia, Perú y otros países del sur ya han establecido programas de vigilancia ante esta posibilidad y Estados Unidos ha emitido recomendaciones para los viajeros a estos países advirtiendo del riesgo para mujeres embarazadas. Y recientemente se han reportado fuertes indicios de que el Zika puede estar asociado a múltiples problemas nerviosos.
Actualmente no hay un medicamento antiviral para combatir la infección causada por estos virus y el tratamiento que se le aplica al paciente infectado solo es de soporte en donde se reponen fluidos y alivian los síntomas. Hasta el momento, el control de la enfermedad se basa en frenar el foco de transmisión de estos virus en el mosquito, donde se utilizan diferentes estrategias que tiene como blanco los mosquitos y sus sitios de criadero.
Actualmente solo existe una propuesta de vacuna para uno de estos virus y es para DEN. La eficacia y seguridad de esta vacuna se evaluó por 12 meses en dos ensayos clínicos pediátricos, uno realizado en Asia y otro en Latino América. Esta vacuna mostró ser segura a corto plazo y su eficacia, definida como la capacidad de la vacuna de proteger, fue evaluada durante 25 meses. La vacuna redujo las hospitalizaciones de un 67 a un 80%, sin embargo, la eficacia de protección contra la enfermedad del serotipo 2 de DEN fue de solo de 35 a un 50%.
Por otro lado, en un ensayo de monitoreo de la eficacia a largo plazo mostró que la vacunación incrementa el riesgo de hospitalización entre niños menores de 9 años. Este estudio también reportó que la vacuna no incrementa la forma severa de la enfermedad y niños de 9 a 16 años de edad se han beneficiado. Con esta evidencia se requiere mantener una vigilancia activa a todos los participantes del estudio y las personas que posteriormente vayan a recibir la vacuna.
En México están presentes estos tres tipos de virus (DEN, CHK y Zika), por lo que es importante establecer medidas de prevención contra la picadura del mosquito. Estas medidas consisten en usar repelente contra mosquitos y usar mosquiteros en las residencias. Además de eliminar objetos que sirvan de criaderos para este mosquito. También es importante recalcar que en caso de sospecha de infección acudir al médico y evitar automedicarse.
Dra. Sofía Lizeth Alcaraz Estrada
Originaria de la ciudad de La Paz Baja California Sur. Estudios profesionales de licenciatura realizados en la Facultad de Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, egresada como el segundo mejor promedio de la generación. Estudios de posgrado de Maestría y Doctorado en Ciencias realizados en el departamento de Patología Experimental (ahora Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular) del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional. Estancia de dos años como parte del entrenamiento doctoral en el Departamento de Microbiología, de la Universidad de Georgetown en la ciudad de Washington D.C. E.U. Adscrita al Centro Médico Nacional “20 de noviembre” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, como Jefa de División de Medicina Genómica (2011 a la fecha). Líneas de investigación dedicadas a Flavivirus y al descubrimiento y caracterización de moléculas antivirales, comunicación extracelular mediado por exosomas y biomarcadores de enfermedades.