EL NIÑO SIN SUEÑO, ¿UN PROBLEMA DE SALUD?

Escrito por Ricardo Ávalos Plata y Alma Delia Ramírez Díaz

 

Cuando un niño dice que no tiene sueño, generalmente los familiares piensan en cualquier cosa, menos en que el niño tiene algún trastorno cerebral que le quita el sueño y que éste, podría ser el inicio de un verdadero problema de salud que lo perseguirá por el resto de su vida.

En realidad, el sueño es un mecanismo reparador del cuerpo, que regula los procesos de crecimiento y funcionamiento del ser humano, sin embargo, para que estas funciones se realicen, el sueño debe ser de calidad. Existen dos tipos de sueño: el sueño superficial, que no es nada reparador ya que el niño escucha y siente el entorno; y el sueño profundo donde se produce la desconexión con el medio, es cuando inicia el sueño reparador, los sueños y las pesadillas. Por cierto, si el niño se despierta en esta fase del sueño, se encontrará confuso y desorientado, pero si continúa dormido su mente y su cuerpo serán reparados.

Hay tres tipos de alteraciones del sueño: en el primero, el niño no puede conciliar el sueño, este trastorno es conocido como insomnio; en el segundo, el niño tiene dificultad para mantener el sueño durante toda la noche; y en el tercero, el niño tiene invertido su ciclo de sueño - vigilia (dormido -despierto). Este último puede traer consigo la consecuencia más temida, la muerte del niño, ya que al quedarse dormido durante la comida el pequeño se puede asfixiar y perder la vida.

Por otro lado, los trastornos del sueño suelen dividirse en dos grandes grupos: en el primero, se encuentran las disomnias,  que  son alteraciones en  la cantidad, calidad y horarios del sueño en las que se encuentran el insomnio, la hipersomnia o  exceso de sueño, las piernas inquietas o la parálisis del sueño entre otros; el segundo grupo, se refiere a  las parasomnias, que se caracterizan por acontecimientos o conductas anormales asociadas a las fases del sueño y momentos de transición en el sueño – vigilia, como los terrores nocturnos, las pesadillas, la pectoriloquia o hablar dormido, el sonambulismo y el bruxismo que es el rechinar de dientes durante la noche.

En consecuencia, si el sueño del niño es inadecuado podemos encontrar un niño cansado, inquieto, apático, agresivo, con disminución de la memoria, miedos, alucinaciones o ataques de locura, que pueden llevarlo a un verdadero trastorno de conducta, que lo alejará de sus actividades escolares, familiares y sociales.

¡Pero alto: no todos los niños sin sueño tienen algún trastorno del sueño!

También existen los malos hábitos para dormir, que son generados por la propia familia y que incluso, en la mayoría de las veces se realizan sin darse cuenta. Entre estos hábitos se encuentran:

  • La hora de dormir tardía de alguno de los padres.
  • El compartir la recámara con los padres o los hermanos e incluso compartir la cama.
  • La temperatura inadecuada de la habitación: ya que el frío o el calor dificultan el sueño.
  • Tener distractores dentro de la recámara como televisores, radios o ventiladores.

Es muy importante que los padres le crean al niño cuando éste dice que no puede dormir, que verifiquen las condiciones del ambiente y propicien las condiciones necesarias para inducirlo al sueño. Si una vez que se han modificado los malos hábitos para dormir, el pequeño continúa con alteraciones del  sueño como insomnio, despertares frecuentes durante la noche, sonambulismo, movimientos continuos de la piernas, rechinar de dientes, hablar dormido o tiene sensación de ahogo, pesadillas, terrores nocturnos con sudoración y  somnolencia, entonces el niño deberá ser llevado  con un especialista, ya que con certeza se tratará de un trastorno del sueño que requerirá un tratamiento multidisciplinario.

¿Pero cómo tratar el trastorno del sueño?

Una vez que se haya identificado el trastorno del sueño, el tratamiento se divide en 2 fases:

La primera fase del tratamiento se realiza por parte del psicólogo, que tiene como objetivo establecer disciplinas tanto a los padres como a los niños mediante algunas restricciones como las siguientes:

 

  1. Evitar que el niño permanezca dormido durante el día, acortar las siestas o incluso suspenderlas, dormirlo temprano y levantarlo por la mañana para incorporarlo a la actividad escolar y física.
  2. No consumir bebidas azucaradas, café, chocolate o té, después de las 7 de la noche ya que éstas estimulan la actividad cerebral y evitan la relajación del niño. Además, esta medida disminuirá las idas al baño durante la noche.
  3. Restringir el uso de equipos móviles como tablets, ipads y celulares, después de las 7 de la noche, sobre todo evitar los juegos de combate. Inducir a la lectura es una buena opción, pero se debe evitar que el niño siga leyendo después de la hora acordada para dormir “por muy bueno que sea el libro”.
  4. Promover técnicas de relajación, que incluyen meditación, musicoterapia y rutinas de yoga o tai-chi, actividades que cansan al niño e inducen la relajación mental y mejoran la comunicación familiar.

 

En seguida se da inicio a la segunda fase del tratamiento, que corresponde al médico pediatra, quien identifica el trastorno del sueño, corrobora si existe enfermedad asociada como la diabetes mellitus, la obesidad, el asma, el déficit de atención o la epilepsia entre otras. Dependiendo del resultado, trata o canaliza al niño a otras especialidades y de no existir otra enfermedad, envía directamente al niño con el neurólogo pediatra, quien a su vez realiza los estudios de electroencefalografía y tomografía, necesarios para el diagnóstico neurológico y tratamiento inicial o definitivo del niño.

En efecto, el diagnóstico y tratamiento de los niños con trastornos del sueño requiere un trabajo en equipo, donde no solo los profesionales de la salud son los responsables, también involucra una participación activa de la familia del niño con este padecimiento. Debemos mencionar que en México solo existe una clínica especializada en los trastornos del sueño, sin embargo, cualquier psicólogo, pediatra o neurólogo pediatra pueden hacer un diagnóstico oportuno y dar orientación para que el niño reciba una atención adecuada.

En el estado de Michoacán, el departamento de neuropediatría del Hospital Infantil de Morelia, cuenta con un servicio de electroencefalografía y tomografía axial computarizada de alta calidad, además de un equipo multidisciplinario altamente especializado en los trastornos del sueño que atiende a la población infantil en general.

En resumen, diremos que el 25 a 30% de los niños menores de 8 años en México presentan algún trastorno del sueño, que del 45% de la población mundial que presenta trastornos del sueño, solamente la tercera parte busca ayuda, pero que la mayoría inició con su padecimiento en la niñez y han vivido su vida con una serie de trastornos que afectan su calidad de vida.

Actualmente la medicina moderna en México nos brinda la oportunidad de contar con herramientas diagnósticas que permiten identificar los trastornos del sueño en niños incluso a edades muy tempranas y sin duda la creación de nuevas clínicas del sueño darán como resultado niños más sanos y con sueño.

Para Saber más:

López Munguía F. 2011. Consenso y guía de práctica clínica de la asociación psiquiátrica mexicana para el tratamiento del insomnio. http://apalweb.org/docs/insomnio.pdf

Masalam P, Sequeida J, Ortiz CM. 2013. Sueño en escolares y adolescentes, su importancia y promoción a través de programas educativos. Rev. Chil. Pediatr. 84(5): 554-564.

http://www.scielo.cl/pdf/rcp/v84n5/art12.pdf

Moya García C. 2011. Guía de práctica clínica de los trastornos del sueño en la infancia y la adolescencia. Ministerio de sanidad, calidad social e igualdad.6-255.

http://www.madrid.org/cs/Satellite?blobcol=urldata&blobheader=application%2Fpdf&blobheadername1=Content-disposition&blobheadername2=cadena&blobheadervalue1=filename%3DVersi%C3%B3n+resumida.pdf&blobheadervalue2=language%3Des%26site%3DPortalSalud&blobkey=id&blobtable=MungoBlobs&blobwhere=1352812946602&ssbinary=true

El Dr. Ricardo Ávalos Plata es Neurofisiólogo pediatra y la Dra. Alma Delia Ramírez Díaz es Pediatra con Maestría en Salud Pública. Son profesores de la Escuela de Enfermería y Salud pública de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo