Las colecciones de plantas secas o herbarios, proporcionan información para conocer la identidad de una planta: la persona que la nombró; sus características; nombre común; lugar donde crece; tiempo en que florece y da frutos; observaciones sobre su abundancia o escasez; y para algunas plantas, el uso que se les da en determinado lugar. Tiene diferentes fines, desde dejar constancia del ejemplar de una especie que se investiga, como prueba de su existencia, hasta resolver un caso policiaco, como el narrado por Agatha Christie en su novela Némesis, donde la evidencia es una planta creciendo donde no debía.
Además de la información de las plantas, también provee información de las personas que las han recolectado: el nombre, la fecha y los lugares que han explorado. Todo esto es la escena perfecta para saber los secretos de las plantas y conocer los caminos que los naturalistas han seguido a través del tiempo.
Un herbario, no siempre ha sido una colección de plantas secas, en la Edad Media, era un libro, generalmente con dibujos de plantas (Figura 1) e incluso de animales y minerales. Muchas veces hacía referencia a sus usos medicinales, con información similar a la de los herbarios actuales pero indicando las propiedades curativas, lugares de recolección, formas de preparación, enfermedades que curan y contraindicaciones y fue el antecedente del libro impreso como lo conocemos ahora.
En México, el equivalente de los herbarios europeos, fue el Códice de la Cruz-Badiano, escrito después de la conquista española, primer documento formal en donde se representan plantas americanas, específicamente mexicanas (Figura 2). Es la fuente más antigua donde los botánicos pueden encontrar figuras de plantas y aunque está escrito en latín, tiene conceptos en náhuatl para referirse a las plantas tal y como eran conocidas por los indios.
La colección de plantas secas de la Facultad de Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo o Herbario EBUM, que son las siglas con las que se le conoce internacionalmente y que significan: Escuela de Biología de la Universidad Michoacana, por que se fundó en 1977 por los maestros José Magaña y Luz del Socorro Rodríguez y un grupo de alumnos entusiastas que recuperaron el patrimonio de plantas de los primeros naturalistas de Michoacán, colecciones con las que se inició el EBUM, apoyados por un eminente botánico, el Dr. J. Rzedowski.
Esta primera colección, tuvo muchas ubicaciones, desde el antiguo Herbario del Museo Michoacano, la Casa de Cristal, Los Laboratorios Centrales de la Universidad Michoacana (dependencias desaparecidas en la actualidad) y en la Escuela de Farmacobiología.
Es ésta, nuestra escena de investigación, con la información de casi 27, 000 ejemplares botánicos entre plantas, hongos y líquenes, que los recolectores documentaron para cada ejemplar y que nos habla de las exploraciones botánicas en Michoacán, principalmente.
Con la información que guardan las plantas del herbario podemos seguir los pasos a través del tiempo de botánicos destacados de principios del siglo XX, como son Manuel Martínez Solórzano y el fraile Arsène, de los que se encuentran ejemplares que se han conservado cuidadosamente desde hace más de cien años, hasta la actualidad; donde destacan los maestros Xavier Madrigal Sánchez y Fernando Guevara Fefer, como los principales colectores del EBUM.
La planta más antigua que existe en el herbario se recolectó por Manuel Martínez Solorzano en 1901, en los jardines del Colegio de San Nicolás en Morelia y fue casualmente, una planta de marihuana (Figura 3). De este naturalista, se conservan 993 ejemplares de plantas y algunos líquenes, del periodo de 1901 a 1923, principalmente de localidades cercanas a Morelia como San Miguel del Monte y Jesús del Monte; en las haciendas La Huerta, El Rincón, La Soledad; el Bosque de San Pedro (actualmente Bosque Cuauhtémoc); la Loma de Santa María y la del Retajo; en montañas como el Quinceo, Cerro Azul y en la propia ciudad. Además de otras localidades del estado y de otros estados de la república. Con información valiosa de sitios que actualmente están urbanizados.
Por otra parte, las plantas del herbario también nos hablan de los pasos por México del Fraile Arsène Gustave Joseph Brouard, francés que radicó en México de 1906 a 1914, se encuentran algunas de sus colectas (Figura 4) de 1906 a 1908 de Puebla y las que realizó durante su estancia en Morelia, en montañas como Quinceo, Punhuato, Coronilla, Cerro Azul, así como en la Loma de Santa María, Jesús del Monte, San Miguel del Monte y en las haciendas de Morelia, entre otras localidades, en 1909. Sus ejemplares suman un total de 451 y entre éstas también se encuentran musgos que colectó en Francia y España entre 1904 y 1095.
Estas plantas que se han conservado como un tesoro histórico para los botánicos, que nos narran los pasos de estos naturalistas, además nos hablan de la flora que se encontraba a principios del siglo XX en lugares que el crecimiento de Morelia hizo desaparecer y que en ese tiempo eran áreas verdes o haciendas. También pueden orientar a un detective botánico para que investigue cuáles especies han desaparecido de la escena ambiental y cuáles aún forman parte de la vegetación y responder preguntas como: Qué plantas han sido afectadas por el desarrollo urbano y los cambios ambientales ocurridos de ese tiempo a la fecha.
Ahora la colección de plantas secas nos trasladarán a épocas más recientes y a otras escenas ambientales, siguiendo los pasos de los maestros Xavier Madrigal Sánchez y Fernando Guevara Fefer, los principales colectores de plantas del EBUM, por el número de ejemplares que de ellos se encuentran y que suman miles de plantas.
La memoria de estas plantas, nos cuenta que el Maestro Xavier Madrigal-Sánchez, durante más de 30 años, “de aquellos campos michoacanos, no ha dejado ni una flor”, retomando lo que su compañera de vida dice, pues, ha explorado y recolectado plantas principalmente del estado, desde los bosques del oriente, la meseta purépecha, la cuenca de Pátzcuaro, el bajío, la tierra caliente hasta la costa michoacana y por supuesto en la sierra madre del sur, donde están sus orígenes, Tumbiscatío; así como en Morelia, donde ha vivido la mayor parte del tiempo. Los ejemplares de plantas (Figura 5), registran sus correrías botánicas desde el año 1977 hasta la fecha y nos dicen que además de Michoacán, pasó por Aguascalientes, Nuevo León, Nayarit, Oaxaca, Querétaro y Sinaloa.
También, nos cuentan del maestro Fernando Guevara Fefer, un botánico bohemio y contestatario, importado desde el Distrito Federal, que desde su arribo a estas tierras en 1978, durante 31 años anduvo entre poemas y plantas del bajío y el occidente, la sierra madre del sur a la costa y la tierra caliente, donde se enamoró de los copales (Figura 6). Anduvo poco en la meseta purépecha, prefería el calor. Sus pasos, que todavía parecen oírse en el edificio “L” de ciudad universitaria, recorrieron 22 municipios de Michoacán, además Guanajuato y Guerrero y han dejado como testamento un importante patrimonio botánico.
Para Saber Más:
Aurora, M.A. 2006. La imprenta renacentista y el nacimiento de la ciencia botánica. El herbario medieval. Publicación: Alicante. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. En:
http://www.cervantesvirtual.com/obra/la-imprenta-renacentista-y-el-nacimiento-de-la-ciencia-botnica-0/
Chávez C., M. A. y M. Gómez-Peralta (Coords.) 2012. Memoria de las plantas, pasado y presente del Herbario de la Facultad de Biología. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Comisión institucional para la Conmemoración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, Instituto de Investigaciones Históricas. Morelia, Mich. 209 pp. ISBN 978-607-424-369-7.
Turner, G. 2007. El Códice de la Cruz-Badiano y su extensa familia herbaria. Anadamio.68:109-122.En: http://www.estudioshistoricos.inah.gob.mx/revistaHistorias/wp-content/uploads/historias_68_109-122.pdf
Página electrónica del Herbario de la Facultad de Biología (EBUM), UMSNH.
https://sites.google.com/site/herbarioebum
La Biól. Marlene Gómez Peralta es Profesora Investigadora del Herbario de la Facultad de Biología (EBUM), Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.