¿POR QUÉ SEGUIR CONSUMIENDO E INVESTIGANDO EL AJO?

Escrito por Paola Pérez Polanco y Luis Manuel Montaño Zetina

En el pasado, como en la actualidad, la humanidad se ha visto beneficiada por el consumo de plantas, ya que ellas han servido para contrarrestar algunos malestares. En la antigüedad no se sabía por qué ciertos tipos de plantas ayudaban a aliviar diferentes padecimientos, o inclusive mejoraban el estado físico del cuerpo humano, tanto desde el punto de vista fisiológico como el estético. Gracias a la ciencia, se han aclarado muchas cuestiones de las cualidades curativas y beneficiosas de algunas plantas. Por ejemplo, el eucalipto y muchas hierbas que se usan para hacer té, ayudan a curar la gripa, asimismo existen sustancias para aliviar el dolor de estómago que proceden de algunas plantas como es la manzanilla. Se sabe que, en el pasado, si una mujer quería saber si estaba embarazada, tenía que ver la reacción que presentaban algunas plantas a su orina. Por tanto, podríamos decir que cada planta ofrece a la ciencia una enorme gama de sustancias para su estudio y, con estos estudios, se puede determinar en qué podría aplicarse cada una de ellas a la salud.

De todas las plantas que presentan algún efecto terapéutico de gran interés para la ciencia y para el público en general destacan las diversas variedades del ajo. El ajo se ha utilizado como especia y como medicina popular para curar diversas enfermedades (Figura 1). El fuerte e inusual sabor del ajo, así como de muchas plantas similares, han llamado la atención de los fisiólogos, físicos y químicos por sus posibles aplicaciones médicas.

El ajo (científicamente conocido como Allium sativum L.) ha sido muy estudiado; sus efectos terapéuticos se atribuyen a algunos de sus compuestos solubles en agua como son los compuestos sulfurosos, que son responsables de su característico olor y sabor. Esta planta constituye uno de los remedios herbolarios y es usado comúnmente como especia para la preparación de alimentos. Se sabe que el ajo ha formado parte de la dieta de la humanidad desde el pasado más remoto. De hecho, se han encontrado restos de bulbos de ajo de más de 10,000 años de antigüedad en cuevas que en su momento estuvieron habitadas por el hombre. Tradicionalmente, se ha utilizado para tratar infecciones, heridas, diarrea, reumatismo, enfermedades del corazón, diabetes y muchas otras enfermedades. Además de su uso culinario, el ajo también se ha utilizado como elemento religioso, higiénico, medicinal e incluso mágico, por aquello de dar protección contra los vampiros.  Como podemos apreciar, el ajo es una de las plantas utilizadas por el hombre más antiguas de la que tenemos referencia.

HISTORIA

El ajo nace en el antiguo Turkestán (límite entre China y Afganistán e Irán) desde donde es exportado a China, India, norte de Europa y los márgenes del Mediterráneo. El Codex Ebers, un papiro médico que data del 1550 a. C. contiene 22 menciones sobre el ajo y su aplicación en el control de enfermedades cardiacas, parásitos intestinales y tumores.

En cuanto a sus efectos beneficiosos se sabe que ya en tiempos de los faraones, tal como se indica en el papiro del Codex Ebers, los antiguos egipcios utilizaban el ajo como tónico cardiaco. En la medicina ayurvédica de la india antigua, el ajo era recomendado para personas que sufrían de presión arterial alta, alguna enfermedad cardiaca u otra alteración relacionada con el sistema cardiovascular. En Europa, esta planta solía emplearse para aliviar la dificultad respiratoria en personas que presentaban enfermedades cardiacas graves.

NUESTROS DÍAS

Por la importancia que presenta el ajo en aliviar algunas patologías, recientemente se han realizado diversos estudios que reflejan el interés general de saber más acerca de sus propiedades. Por ejemplo, se encontró que del 2000 al 2014 se publicaron alrededor de 3,500 trabajos relacionados con el ajo. La ciencia moderna ha encontrado que en el ajo existen diferentes compuestos que son los responsables de los efectos terapéuticos. Hasta el presente, han sido identificados cerca de 30 componentes del ajo con efecto beneficioso sobre la salud. Los efectos terapéuticos del ajo se han atribuido a sus componentes sulfurados como es el caso de la alicina.  En el mismo periodo, del 2000 al 2014, se publicaron alrededor de 200 trabajos sobre este tema, reflejando el interés sobre estos compuestos.

Los principales efectos terapéuticos reportados hasta 1980, indicaban que la alicina presentaba un efecto antimicrobiano, antiinflamatorio y antiasmático. Sin embargo, a raíz de los estudios realizados durante los últimos 15 años surgieron alrededor de 150 publicaciones que hablan de otros efectos terapéuticos del ajo, como son el ayudar a descender los niveles de glucosa, colesterol, presión arterial, entre otros. Es importante mencionar que, desde el año 2000, se han reportado solamente 10 publicaciones acerca de los beneficios que produce la alicina a nivel del sistema nervioso.

IMPORTANCIA DE ESTUDIAR EL COMPONENTE SULFUROSO DEL AJO CONOCIDO COMO LA ALICINA

Como hemos mencionado, los componentes sulfurosos como la alicina están presentes en las células del ajo. Sin embargo, para aprovechar los efectos terapéuticos que tiene este compuesto, se debe liberar del interior de las células. Esta liberación se logra masticándolo o cortándolo de alguna manera durante su consumo. Uno de los importantes beneficios de la alicina que se hainvestigado últimamente es el efecto protector que produce durante la enfermedad de Alzheimer, esto es, ayuda a evitar que más neuronas sean dañadas o lesionadas, además de evitar que aumenten los síntomas típicos en esta enfermedad. Para poder explicar dicho efecto, en colaboración con el laboratorio de Investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad Justo Sierra de la Ciudad de México, hemos encontrado evidencias que sugieren que la alicina contribuye a la buena actividad eléctrica de las neuronas (Figura 2). Se piensa que este efecto puede deberse a que la alicina interacciona con alguna proteína encargada de permitir la entrada o salida de elementos químicos como son Na+, K+, Cl- y Ca2+ presentes en todas las células.

Para poder explicar los cambios que produce la alicina en las proteínas presentes en las neuronas, hemos empleado una herramienta computacional que simula la interacción entre ellas. Actualmente, a través de esta simulación estamos analizando con qué proteína se presenta mayor interacción. Asimismo, también mediremos qué tanta alicina se acumula en los diferentes órganos además del cerebro después de consumir un diente de ajo. La importancia de conocer la concentración de la alicina en las células de los diferentes órganos como el corazón o el cerebro, radica en que con esta información se puede investigar posteriormente cómo cambia la intensidad y la duración de los efectos que la alicina produce al cambiar la concentración, lo que puede resultar muy útil al explorar los posibles beneficios de dicha sustancia. Para medir dichas concentraciones necesitamos un aparato especializado en identificar y caracterizar la luz que producen ciertas sustancias al absorber y emitir energía acompañada de calor. A este proceso de absorción y emisión de energía se le conoce como fluorescencia. En el caso de la alicina es necesario adicionar una molécula que le permita fluorescer. Gracias a esta luz de fluorescencia que presentan algunas sustancias se puede saber si éstas están presentes en tejidos sanos o enfermos. Generalmente los instrumentos que miden este tipo de luz son muy sofisticados y costosos. Es difícil conseguir en el mercado un aparato práctico y económico que nos facilite esta investigación. Es por ello que decidimos construir un detector adecuado a nuestras necesidades y que, una vez calibrado, podamos realizar las mediciones antes mencionadas.

En el laboratorio R-14 de Instrumentación en Altas Energías y Física Médica del Departamento de Física del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, se han construido varios aparatos que, al tener integrados dispositivos de luz ultravioleta, invisible al ojo humano pero de alta energía, detectan y caracterizan la fluorescencia de muestras. Hay que resaltar que uno de estos detectores ya fue patentado (Patente Mexicana 310715), por lo que se cuenta con la experiencia para diseñar y construir un aparato para medir la concentración de la alicina.

A manera de conclusión, por todos los efectos terapéuticos que presenta el ajo es importante incluirlo en nuestra dieta, pero, para obtener todos los maravillosos beneficios que produce es muy importante masticarlo para que sus células liberen al componente sulfuroso (alicina) y se tengan los beneficios deseados.

Para mayor información sobre técnicas de extracción de la alicina ver:

1. Rosen R, Hiserodt R, Fukuda E, Ruiz R, Zhou Z, Lech J, Rosen S, Hartman T. 2000. The determination of metabolites of garlic preparations in breath and human plasma. Biofactors, 13(1-4):241-9.

2. Sacilik K, Unal G. 2005. Dehydration Characteristics of Kastamonu Garlic Slices. J BiosysEng, 92(2):207-215.

Para mayor información sobre el efecto terapéutico de alicina ver:

1. Sovová M, Sova P. 2001. Pharmaceutical importance of Allium sativum L. 1. Organic sulfur compounds and their transformation based on present knowledge. CeskaSlov Farm, 50(1):12-20.

2. Song K, Milner J. 2001. Recent Advances on the Nutritional Effects Associated with the Use of Garlic as a Supplement The Influence of Heating on the Anticancer Properties of Garlic. Journal of Nutrition, 131: 1054S-1057S.

3. Zhoua Y, Lib W, Hanc H, Gaoa D, Hea X, Lia L, Songb J, Feia Z. 2014. Allicin protects rat cortical neurons against mechanical trauma injury by regulating nitric oxide synthase pathways. Brain Research Bulletin, 100: 14– 21.

Para mayor información de los beneficios del ajo ver:

http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/druginfo/natural/300.html

http://vivirsalud.imujer.com/2007/09/11/las-propiedades-curativas-del-ajo

http://www.ajosalud.com/todo-sobre-las-propiedades-curativas-del-ajo/

“Dra. Paola Pérez Polanco de la Escuela de Medicina. Universidad Justo Sierra y Dr. Luis Manuel Montaño Zetina del Departamento de Física. Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional.”

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