¿Qué son las diatomeas?
Las diatomeas son organismos microscópicos, unicelulares, que pertenecen al grupo protista y son miembros del filo Bacillariophyta. Están ampliamente distribuidos por todo el planeta y ellos producen su propio alimento por medio de la fotosíntesis como las plantas, pero no tienen hojas o raíces como ellas. Su pared celular es dura y porosa, llamada frústula o teca mayormente cubierta por sílice, formada por dos valvas separadas que se superponen entre sí, una de las valvas se le llama epiteca y a la otra hipoteca. La epiteca es ligeramente más grande y se superpone a la hipoteca como las dos mitades de una placa Petri.
Las diatomeas colonizan todo tipo de ambientes húmedos (agua dulce, salobre y marina). Se pueden encontrar en ambientes lénticos (aguas estancadas) y/o ambientes lóticos (ambientes con corriente). Además, se consideran la base de las cadenas tróficas acuáticas tanto en hábitats marinos como en agua dulce (fitoplancton). Son indispensables como alimento para pequeños crustáceos como el krill y esenciales para la dieta de ballenas, focas, pingüinos, peces e incluso aves acuáticas como los flamencos.
Actualmente, se tienen registradas aproximadamente unas 20,000 especies, que se dividen en dos categorías de acuerdo a su morfología: pennales, con valvas con una simetría bilateral, como se observa en la figura 1A; centrales, con valvas con simetría radial, como se aprecia en la figura 1B; y. Su reproducción puede ser de manera asexual y sexual, pueden vivir de forma individual o en colonias.
Importancia de las diatomeas
Las diatomeas son importantes “bioindicadores” de la calidad del medio en donde viven debido a que manifiestan diversos límites de tolerancia a diferentes alteraciones del medio ambiente. Es por ello, que se dice las diatomeas son “insensibles” cuando no soportan nuevas condiciones y se comportan como “intolerantes”. Por otro lado, existen otras que son “tolerantes”, éstas que no se ven afectadas por los cambios en su medio ambiente. Se les considera como organismos indicadores de contaminación en un medio acuático, se utilizan como excelentes indicadores de las condiciones del agua en donde viven (calidad del agua, concentración de nutrientes, acidez en el agua, contaminación, metales pesados, etc.). Por estas cualidades, las diatomeas se utilizan para evaluar el cambio climático a través de las condiciones ambientales.
Cuando un cuerpo de agua muere, las diatomeas nos proporcionan evidencia de las condiciones en las que se encontraba ese medio acuático, son nombrados “tierras de diatomeas”, por la fosilización de las frústulas, las cuales tienen una gran utilidad en el sector agrícola, donde este polvo blanco está enriquecido principalmente de sílice, el cual sirve como nutriente en suelos. Por el alto contenido de sílice, también la tierra de diatomeas es utilizada como insecticida, principalmente contra insectos.
En cuanto al sector industrial, estos bancos diatomíticos se explotan en diversos usos como abrasivos suaves en productos de higiene como las pastas dentales o exfoliantes faciales, absorbentes para líquidos, soporte poroso para catalizadores químicos, antiaglutinante, estabilizador de la dinamita, aislante térmico, adyuvante de filtración, así como en la elaboración de pinturas, barnices, entre otros.
Estos interesantes y diminutos organismos -las diatomeas- tanto vivos como muertos nos proporcionan una gran gama de información y diversos usos, así como aplicaciones en el ámbito industrial y ambiental.
Interesantemente producen alrededor del 20% del oxígeno de nuestro planeta, razón por la que, además de ser la base de la cadena alimenticia en ambientes acuáticos, forman parte vital del equilibrio en el planeta.
Saber más:
Biggs, A. et al. 2012. Biología. Primera Edición. México. Mc Graw Hill.
http://booksmedicos.org/biologia-biggs-3a-edicion-pfd/
Illana C. 2008. Usos industriales de las algas diatomeas. Quercus 267:32-37.
https://www.researchgate.net/publication/286453161_Usos_industriales_de_las_algas_diatomeas
La M. en C. Arcaeli Gabriela Andrade Servín es estudiante del Programa de Doctorado en Ciencias en Desarrollo Sustentable de la Facultad de Economía, Universidad Michoacana de San Nicolás agandrade@fevaq.net