El cáncer no deja cabos sueltos

Escrito por Gerardo Jaret Negrete-Estrada y Rafael Contreras-Chávez

Cuando escuchamos la palabra cáncer, tanto si es la primera vez o ya estamos familiarizados con el término, nos horrorizamos y atemorizamos. Es la mínima reacción que una persona pueda sentir ante una enfermedad tan silente, recurrente y mortal, más aún cuando se presenta en nuestro círculo social o familiares directos. No es raro reconocer que a veces puede hacer más daño a los familiares que al propio enfermo, e implica un desgaste emocional que termina siendo mayor que el propio dinero.

Si bien es conocido todo lo que provoca dicha enfermedad, lo más difícil de entender es ¿Qué es el Cáncer? Y, más aún, ¿cuándo es tema de conversación entre parientes, amigos o las personas de edad avanzada cuando les piden estudios de rutina?

Para comprender qué es el cáncer, hay que entender que el cuerpo humano está formado por pequeños ladrillos individuales dentro de los cuales hay componentes como tierra, agua, cemento, etc., a los que llamaremos «células». Cada uno de los componentes tiene que funcionar de manera perfecta para que, lo que sea que esté construido con ellos, se mantenga firme. De todos los materiales, existe uno que se denomina material genético o ADN, que básicamente es una biblioteca diminuta en la que se encuentra resguardada toda la información de un ser humano, como el color de pelo, el tamaño de las uñas, la estatura, el peso, la forma en que se digieren los alimentos, el tiempo que tarda en dormir, que tan seguido va al baño y hasta cómo serán sus hijos en el futuro. Pero, cuando a esta biblioteca se le pierde un libro, una hoja o inclusive una letra, ocurrirá un cambio en todo lo que esté relacionado con esta información y ya no será tan bonita como lo era antes, y lo más importante, ya no servirá de la misma forma. Por ejemplo, si las células que se encuentran en el estómago eran de cierto tamaño, la que sufrió el daño ahora será diferente a las demás, y lo peor, es que muy probablemente se multiplicará, crecerá de forma defectuosa y podría formar un tumor, es decir, una especie de masa llena de células descontroladas en crecimiento y con fines de dominar el cuerpo, estas son las células cancerosas.

 

¿Todos los tumores son malos?

En lo cotidiano, siempre que una persona habla de tumores, en automático el pensamiento sugiere la idea que la persona tiene cáncer. No obstante, es muy importante recalcar que algunos cánceres son tumores, pero no todos los tumores son cancerosos, es decir, no todos los tumores son malignos. Podemos decir que los tumores benignos —a los que llamaremos «buenos»— tienden a no crecer o lo harán muy poco, a la vez que son extraíbles en operaciones y ahí acaba el asunto. Claro que, cuando hacemos énfasis en las comillas en «buenos», es porque, aunque el tumor sea de este tipo, al momento de presentarse en zonas comprometedoras o importantes de nuestro cuerpo, como en el cerebro u otro órgano funcional importante, ya no nos parecerá tan «benigno», puesto que causará muchísimo daño o incluso la muerte, debido a su crecimiento y al lugar donde se desarrolla. Es decir, el daño lo hace el tamaño y la presencia de la masa en la zona donde crece, más que la interacción química o biológica de la masa con el cuerpo.

Ahora, en contraste, el cáncer o los tumores que consideramos o clasificamos como «malos» o malignos, son llamados así porque tienen una serie de características que los diferencian de los benignos, siendo la metástasis unas de las más graves y que refiere, literalmente, a la diseminación distante, o sea, a la propagación de células cancerosas hacia otros órganos, lo que hace que el cáncer o los tumores se expandan y crezcan más, apoderándose de cada una de las funciones corporales hasta llevarnos a la muerte.

¿Se puede prevenir el cáncer?

Existen tumores benignos que son más pequeños y que tienden a tener buen pronóstico de vida; están los tumores malignos que son el tipo de cáncer más peligroso; y sabemos que hay múltiples factores que pueden provocar un tumor y, prácticamente, están en todos lados: en nuestro entorno, pero también en nuestros genes.

La realidad es que no existe una fórmula mágica o receta que funcione para prevenir todos los tipos de tumores. Qué bien sería decir «deja de hacer esto», «come esto» o, simplemente, «no hagas esto» y que con ello tengas asegurado que jamás desarrollarás un tumor; pero no es así. Si bien no es prevenible, hay hábitos como fumar o tabaquismo, que son detonantes para el desarrollo de cáncer, como el de pulmón, boca o páncreas.

Lo anterior es un ejemplo de varios factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer, además de la obesidad, la dieta, la radiación, la edad, e incluso el sexo. Esto no significa que el cáncer únicamente lo padecen las personas con vicios o malos hábitos alimenticios, sino que también puede ocurrirle a cualquier persona sin importar sus hábitos, sobre todo, porque hablamos de que inicia todo por un daño en la biblioteca de la que hablamos anteriormente, es decir, se originan directamente a partir de defectos genéticos heredados por nuestros padres.

Básicamente, estamos hablando que los tumores, y en especial el cáncer, no dejan cabos sueltos, son tantos factores, condiciones y predisposiciones que se convierte en un juego de ruleta rusa. Qué curioso pensar en cómo suceden las cosas. ¿Por qué a un atleta que se cuida de esos malos hábitos le da cáncer? No hay respuesta clara, es simplemente un juego de ruleta rusa.

Hasta este punto es normal estar confundido y pareciera que casi todo lo que una persona hace en la vida, por el motivo que sea, sea bueno o malo, puede ser cancerígeno. Pero en la ciencia nada está escrito y no todo es blanco y negro, padecer una enfermedad como el cáncer o los tumores, implica diversos factores y, en muchos de los casos, no es tan malo como parece siempre, sobre todo, cuando se detecte a tiempo.

En el prevenir está el buen vivir. Existe certeza que quizá una cura contra mucha enfermedad está por venir, pero la mejor herramienta que tenemos los médicos y los pacientes es la prevención que, en muchos de los casos, es hasta gratuita. Acudir a exámenes de rutina, exámenes de laboratorio, campañas de vacunación, etc., son la mejor manera de vivir una vida plena, sana y duradera.

 

 

Gerardo Jaret Negrete-Estrada. Estudiante de la Licenciatura Médico Cirujano y Partero, Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas «Dr. Ignacio Chávez», Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Michoacán.

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Rafael Contreras-Chávez. Estudiante del Programa Institucional de Doctorado en Ciencias Biológicas, Facultad de Químico Farmacobiología, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Michoacán.

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

 

National Geographic. (2012). National Geographic. Obtenido de Cáncer: https://www.nationalgeographic.es/ciencia/cancer

 

Teixidor-Zúrich P. (2020). Swissinfo. Obtenido de El cáncer es, desde el punto de vista científico, una enfermedad fascinante. https://www.swissinfo.ch/spa/multimedia/-el-c%C3%A1ncer-es--desde-el-punto-de-vista-cient%C3%ADfico--una-enfermedad-fascinante-/45614110