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U.M.S.N.H. Año 14/ Mayo - Junio/ No. 81



                  Empero,  la salida  de  la escuela no  solo  es   pación y capacidad de acción-creación con pares,
            una cuestión macro estructural, se va liando en el     profesores, familias y comunidad en favor de una
            cotidiano escolar en el ámbito de las relaciones       transformación social que, en ocasiones, inicia con
            con profesores y pares en el día a día, así como       lograr el acceso a un plantel educativo, el cual no
            en procesos pedagógicos, condiciones materiales        siempre es de su elección, sino su opción ante las
            y toma de decisiones en distintas esferas y dinámi-    distancias, los gastos, las condiciones familiares y
            cas de la vida escolar (reglas, uniformes y aparien-   las exigencias escolares.  La  disponibilidad  y  ac-
            cia, uso del tiempo libre y espacios escolares, entre   cesibilidad  están  determinados  también  por las
            otras), y otras que rebasan los aprendizajes curri-    condiciones geográficas y capitales económicos,
            culares y se insertan en ámbitos de la acción social,   cognitivos o culturales que concretan la aceptabi-
            política, democrática, cultural y ambiental.           lidad y adaptabilidad individual, familiar y comuni-
                  En ese  sentido,  el  derecho  a  la  educación   taria de los servicios educativos.
            difícilmente  opera  y  se ejerce  prescriptivamente,        Actualmente, una de las directrices  de la
            convoca una cultura crítica, democrática y partici-    política  educativa  es  el reconocimiento  de  las
            pativa de las juventudes. De hecho, uno de los ob-     necesidades  y condiciones  reales  del estudian-
            jetivos de la Nueva Escuela Mexicana es el forta-      tado que insta a una perspectiva de juventud para
            lecimiento de corresponsabilidades que impulsen        reconocer  las experiencias  y  la viabilidad  de  sus
            transformaciones sociales dentro de los planteles      demandas desde el género, edad, origen social y
            educativos y las comunidades que históricamente        configuración cultural. Así también, implica reco-
            han sido más que receptoras de escuela, la habitan,    nocer su capacidad política y transformadora en
            la  simbolizan,  la  significan,  construyendo  proyec-  sus propios contextos con miras a trascender eti-
            tos abiertos a partir de la circulación de saberes y   quetas desacreditadoras como jóvenes pobres, ru-
            protagonismos, de conocimientos  y acciones que        rales o vulnerables, las cuales llegan a invisibilizar
            favorecen la interculturalidad y el sentido de per-    condiciones estructurales de precarización que, en
            tenencia.                                              múltiples casos, contrastan con las maneras genui-
                  Las juventudes de sectores desfavorecidos        nas y creativas en que las juventudes evidencian la
            ejercen su derecho a la educación desde la partici-    impostergable tarea de hacer escuela no solo para














































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