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U.M.S.N.H. Año 13/Marzo-Abril/ No. 74



            nación, entendida ésta última, como la soberanía       revolucionaria, la llegada de los refugiados euro-
            del pueblo.                                            peos y el nacionalismo mexicano.
                  En especial, desde la historia social y regio-         Las nuevas generaciones de historiadoras e

            nal enfoqué mis principales preocupación de in-        historiadores han continuado esas contribuciones
            vestigación, las cuales estaban dirigidas al estudio   al conocimiento, incorporando nuevas preguntas
            de lo que sucedía en Michoacán y con los intelec-      y fuentes documentales relacionadas con el orde-
            tuales michoacanos. Otro aspecto en que centré         namiento de archivos públicos y privados. Duran-
            mi  atención  fue  la  historia  cultural,  las  fiestas  y   te los años en que escribía estas obras, muchos de

            diversiones públicas. De esos años y la siguiente      estos archivos aún no estaban organizados y sus
            década son mis libros: El Problema agrario en la no-   documentos no estaban clasificados en expedien-
            vela michoacana: 1900 1940,(1982: ISBN: 968519-        tes.

            003-8); Lázaro Cárdenas y su proyecto cultural en
            Michoacán, (1995: ISBN: 968-7469-12-9) y algunos       En los proyectos de investigación que ha desa-
            de los ensayos que inaguraron nuevas orientacio-       rrollado actualmente ¿hacia dónde los ha dirigi-
            nes metodológicas para abordar aspectos de la          do?
            vida social y cultural de nuestro estado, como la            Anteriormente, he mencionado que los ca-

            historia del Teatro Ocampo, los inicios del cine en    minos de la vida pueden ser sinuosos y llenos de
            Michoacán y sus primeros empresarios, la prensa        sorpresas, pero cada giro y vuelta representa una
            periódico y el nacimiento de las revistas literarias   oportunidad para aprender y crecer al interactuar

            en el Colegio de San Nicolás, la vida cultural pos-    con distintos grupos de especialistas y redes cien-
                                                                                       tíficas. También he destacado
                                                                                       que mis estudios de posgra-
                                                                                       do  en  la  Facultad  de  Filoso-
                                                                                       fía y Letras de la UNAM y en

                                                                                       la  Universidad Complutense
                                                                                       de Madrid enriquecieron mi
                                                                                       perspectiva de la historia de

                                                                                       México y América.
                                                                                             Actualmente, mis pro-
                                                                                       yectos se centran en la histo-
                                                                                       ria de Puerto Rico, una nación
                                                                                       que a lo largo de su historia

                                                                                       no ha logrado alcanzar un
                                                                                       Estado libre y soberano, y
                                                                                       que permanece bajo el do-

                                                                                       minio de los Estados Unidos.
                                                                                       Después de 126 años de co-
                                                                                       lonialismo norteamericano,
                                                                                       durante los cuales se ha im-
                                                                                       puesto el inglés como idioma

                                                                                       oficial,  Puerto  Rico  conserva
                                                                                       como símbolos de resistencia
                                                                                       e identidad el español, su cul-

                                                                                       tura afroantillana y latina, y el
                                                                                       orgullo por su historia.






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