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Año 13 /Enero -Febrero/ No. 73 U.M.S.N.H.

plagas para desarrollar resistencia a insecticidas, extraordinarias en las plagas para sobrevivir a as-
sus efectos adversos en el ambiente y en nuestra persiones altamente tóxicas. Actualmente, según
salud. Expondremos las medidas que el agricultor la base mundial de datos sobre casos de resistencia
debe ejecutar para prevenir o mitigar las conse- a insecticidas en condiciones de campo que tiene la
cuencias de este fenómeno evolutivo. Universidad Estatal de Michigan, Estados Unidos,

en todo el mundo existen 17 861 reportes de re-
La resistencia a insecticidas sistencia a diversos insecticidas en 628 especies
Hay un dicho popular que dice «Lo que no de artrópodos plaga.
mata, engorda». Este dicho hace alusión al hecho
de que, si alguna persona consume o ingiere algún Pero, ¿cómo una población de organismos desa-
alimento de dudosa calidad o procedencia y no le rrolla resistencia?
causa ningún daño, entonces fortalece su cuerpo. En el ADN de los organismos están «escritas»
Cuando una plaga ya no es controlada con aplica- las características genéticas del individuo. Para for-
ciones correctas de plaguicidas, es de suponer que tuna de la existencia de la vida en la tierra, el ADN

ha desarrollado resistencia a esos insecticidas. El no es estático, pues experimenta mutaciones que
fenómeno de resistencia se define como «la falta son fuente original de la variación genética que per-
de control en campo de una población a la dosis mite a los seres vivos hacer frente a las fuerzas
originalmente efectiva debido a la selección de ca- de la selección natural. Existen mutaciones que le
racteres genéticos heredables». permiten al organismo llevar una vida «normal»,
Melander, de la Estación Experimental Agrí- a pesar de que el agricultor aplique una dosis de
cola de Washington, publicó en 1914 el primer plaguicida que mata a aquellos que no poseen esa

caso de resistencia a insecticidas. Los revisores ventaja. En subsecuentes generaciones sometidas
consideraron que el título de su manuscrito debía a las aplicaciones de estos agroquímicos, irán au-
modificarse, de lo contrario no lo publicarían, pues mentando la frecuencia de individuos resistentes
no existía evidencia alguna de que una plaga fuera hasta que se hace evidente, ya que la población es
capaz de desarrollar resistencia a insecticidas. Es la resistente. Sin necesidad de hacer evaluaciones, el
razón por la cual su trabajo se publicó con el título productor sin ambigüedad observa que el avance
¿Pueden los insectos volverse resistentes a las asper- implacable de la plaga devasta al cultivo. Pero ya
siones? Ahí se presentaron las evidencias objetivas es tarde para remediar el problema. Por ejemplo,
de que la escama de San José, causada por Qua- el acaricida bifenazate, que se recomienda a dosis

draspidiotus perniciosus (Comstock), ya no podía ser de 1.0 kg/ha, no puede matar a algunos individuos
controlada por el sulfuro de calcio; la dosis comer- que, en condiciones de laboratorio, reciben el equi-
cial solo eliminaba el 10 % de esa plaga. Esta fue la valente de 100 kg/ha. Nadie en su sano juicio po-
primera alerta sobre la existencia de capacidades dría aplicar dicha cantidad, pero deja de manifiesto

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