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U.M.S.N.H. Año 13/Enero - Febrero/ No. 73
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la impresionante capacidad que tienen para vivir y pas. Por este problema, la superficie sembrada de
reproducirse aún en presencia de aplicaciones de algodonero en el norte de Tamaulipas pasó de 450
agroquímicos. 000 ha a tan solo 200 ha. Dichas zonas agrícolas,
que habían ocupado muchos jornales, se empobre-
Consecuencia de la resistencia de las plagas a los cieron por falta de fuentes de empleo.
plaguicidas En los últimos años, a consecuencia de la pan-
«En la ignorancia sobre el combate químico demia que ocasionó el coronavirus, el aumento de
descansa el uso irracional de insecticidas». Esta frase precio en todos los productos fue significativo, y
es del segundo autor de este artículo, y hace alu- los productos químicos no fueron la excepción, aun
sión a que los principales problemas del desarrollo más, por el hecho de que son obtenidos del extran-
de resistencia en una especie plaga, se debe al uso jero. Si un productor gastaba 10 pesos para contro-
desmedido de los insecticidas que conllevan a la in- lar a una plaga, a consecuencia de la baja eficiencia
capacidad de mantener a las plagas a una densidad por la resistencia al insecticida y la preocupación
tolerable. por controlarlo, se incrementaba a 20 pesos, pero
La resistencia a insecticidas es un fenóme- esos 20 pesos en los últimos dos años incremen-
no evolutivo que nos preocupa a todos: agriculto- taron a 60 pesos, amenazando la rentabilidad del
res, jornaleros y sociedad en general. Al agricultor cultivo.
le cuesta mucho dinero «controlar» plagas resisten- Enfrentarse a plagas resistentes incremen-
tes a insecticidas. En México, se han tenido amar- ta el riesgo a la salud de las personas que aplican
gas experiencias al no poder controlar las plagas re- los plaguicidas; los jornaleros deben ingresar a los
sistentes debido a que el dinero ya no alcanzó. Esos campos de cultivo a realizar sus actividades nor-
fueron los casos de la desaparición del algodonero males. En ese proceso, su cuerpo entra en contac-
en Apatzingán, Michoacán y en Tapachula, Chia- to con el follaje tratado con dosis de agroquímicos
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