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U.M.S.N.H. Año 14/ Marzo - Abril/ No. 80
magina que eres una planta y que estás en el bos- te las plantas responden a las palabras de amor de
que, o en la selva, o en el desierto, donde prefie- nuestras madres y a otros sonidos? Quizás sí, ya
Iras. Piensa cómo te enterarías de lo que sucede que el amor lo puede todo. No obstante, hablando
a tu alrededor, cómo saber si se acerca una abeja o con ciencia, cuando nos referimos a una planta
bien, si hay agua corriendo cerca de ti. Seguramen- que escucha, es porque puede reaccionar al soni-
te en tu mente imaginaste una planta con orejas do emitido por la voz de mamá o de las abejas,
escuchando el zumbido de la abeja o el correr del incluso del ruido que hace el río.
agua, pero esto no es posible, ya que las plantas Las plantas comparten varias similitudes con
para nosotros son objetos que solo saben hacer nosotros, en cuanto a la respuesta ante un estímu-
fotosíntesis y verse bonitas o imponentes, más lo. Por ejemplo, dentro de nuestro oído contamos
como ornato para el paisaje o nuestro jardín con los con receptores mecanosensibles (pequeñas ante-
que no interactuamos e ignoramos. Pero, ¿sabías nas que reciben la señal del sonido) que responden
que nos escuchan todo el tiempo? a vibraciones, mientras que las plantas cuentan
Es desconcertante pensar que las plantas nos con mecanorreceptores similares al de nuestro
escuchan, puesto que no tienen un sistema audi- oído, pero en la raíz, en los tallos y en las hojas.
tivo como nosotros y los demás animales, pero sí Seguro te estás preguntando si estos mecanorre-
presentan diversos mecanismos para percibir el ceptores en las plantas también responden a la vi-
sonido o, mejor dicho, las vibraciones de este. Al- bración sonora como lo hacen nuestros oídos, es
gunas veces, vemos a la señora de las plantas (en el decir, ¿estarán oyendo?, ¿les gustará la música?
mayor de los casos nuestras mamás) hablando con Antes que tú, Charles Darwin ya se había
ellas para que se pongan más bonitas. ¿Realmen- cuestionado si las plantas escuchaban. Él, además
de escribir el libro El origen de las
especies, fue un gran científico que
estudió cómo las plantas respon-
dían al medio que las rodea. Para
ello, analizó el efecto de la luz en
el movimiento de las plantas con
un sencillo experimento en donde
cubrió con una capucha transpa-
rente el ápice del tallo de la avena
expuesta a la luz, notando que esta
se inclinaba hacia la luz, mientras
aquellas que tenían una capucha
negra no lo hacían, concluyendo
que las plantas responden a la luz
y que está controlada por el ápi-
ce de la planta. A este efecto, hoy
en día, le llamamos fototropismo.
Entre los experimentos de Darwin
existe el estudio del sonido en el
movimiento de las plantas. Él com-
probó si las plantas respondían o
no al sonido del Fagot (instrumen-
to de viento) y, para su sorpresa, las
plantas no bailaron a su son.
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