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Año 13 /Enero -Febrero/ No. 73 U.M.S.N.H.
vos que siguen habitando la tierra. Han sobrevi- la capacidad y habilidad que tienen ciertos orga-
vido, por lo menos, a dos extinciones masivas y nismos de suspender temporalmente cualquier ac-
en la actualidad persisten cientos de especies. De tividad física, reduciendo al mínimo permisivo sus
principio, el ancestro original de las tortugas fue un funciones biológicas para lograr entrar en un esta-
organismo completamente terrestre y poco pareci- do de reposo similar al sueño. Este reposo o inacti-
do a las especies actuales, después de 100 millones vidad puede llegar a durar varios años en algunas
de años de evolución, surgieron la mayoría de las especies de plantas o animales.
especies acuáticas y semiacuáticas actuales, y más Existen cuatro tipos de dormancia que pode-
recientemente, hace 50 millones de años solo unas mos identificar en la naturaleza: hibernación, bru-
pocas especies evolucionaron para colonizar el mar. mación, estivación y diapausa. La hibernación, es
el tipo de dormancia que comúnmente la mayor
El letargo de las tortugas parte de la gente conoce o comprende. Quizás de-
Aquí nos detendremos un poco para comen- beríamos agradecerles a los osos (otro carismático
tar sobre las primeras dos versiones biológicas o animal ligado a la humanidad), ya que, frecuen-
formas de vida, es decir, las tortugas terrestres y temente, nuestra mente y cerebro ligan la hiber-
acuáticas. Estos grupos de tortugas, al igual que nación con los osos. Cualquiera podría fácilmente
las especies marinas, han sido el objeto de estudio decir que la hibernación es cuando los osos se duer-
para muchos biólogos y científicos de todas par- men para escapar de los duros inviernos y de la fal-
tes del mundo. Una característica poco explorada ta de alimento. Efectivamente, esto es correcto y
en tortugas (y otros animales) es el fenómeno de así funciona, pero también existen dormancias un
la dormancia o letargo, conocida también como tanto distintas como la estivación.
Hembra adulta de la tortuga casquito de Álamos (Kinosternon alamosae). Fotografía: Ernesto Raya-García.
Coordinación de la Investigación Científica 21