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U.M.S.N.H. Año 12/Julio-Agosto/ No. 70
frutos de los árboles, se valieron de varas. En un dimensión simbólica (1974, pp. 23-25; 1977, pp.
inicio, esos objetos no fueron transformados 44-47). Si bien las conductas instrumentales cita-
morfológicamente, bastó con que se les asocia- das no pueden ser consideradas una cultura pro-
ra una finalidad y se utilizara de acuerdo con el piamente dicha, sí puede hablarse ya de compor-
propósito asignado. En este punto es conveniente tamientos culturales que —insistimos— pueden
traer nuevamente a colación palabras de Searle: considerarse como una de las simientes de donde
«Los seres humanos, junto con algunas otras es- emergerá nuestra forma de vida.
pecies, tienen la capacidad de imponer funciones En otros linajes, comportamientos de esta
a los objetos, donde la imposición de la función clase tienen un desarrollo limitado, pues en la
crea un fenómeno relativo-a-la-intencionalidad, gran mayoría de las
la función» (2014, p. 90). Para Searle, el propósito ocasiones su
intenta satisfacer una necesidad y viene de una finalidad
intencionalidad del sujeto que usa el objeto, por es satis-
lo tanto, debe considerarse un fenómeno mental. facer ne-
Hay que resaltar que en la cita se encuentra cesida -
una afirmación que nos sugiere un itinerario para
entender el origen de la cultura: la observación
de los comportamientos de linajes diferentes.
Efectivamente, se ha visto que otras espe-
cies tienen la facultad de atribuir funciones
a los objetos y que, a partir de este hecho,
un ser se interrelaciona de modos particula-
res con ellos, e inclusive con sus semejantes.
Al quedar instituida la función, se genera un
conocimiento, que en estas circunstancias ten-
drá un carácter práctico. Casos llamativos son,
por ejemplo, el de chimpancés que utilizan ra-
mas o lianas cuya morfología debe ser adecuada
para extraer hormigas de sus nidos, el de las nu-
trias marinas que mediante piedras puestas en su
vientre rompen caracoles, o el de los buitres egip-
cios que arrojan piedras para romper los huevos
de avestruz (Sabater, 1992, pp. 56-60; Cernuda,
2005). En todos los casos hay selecciones de
acuerdo con la forma del objeto, puesto que su
manipulación debe estar en concordancia con el
propósito atribuido. https://www.freepik.com/free-vector/mental-health-awarness-concept_7770897.htm#query=semiolo-
Es factible pensar que esta clase de compor- des básicas. Por el contrario, en los humanos g%C3%ADa&position=12&from_view=search&track=ais
tamientos hayan resultado trascendentales en la son prácticamente ilimitados: nuestro accionar
gestación de la humanidad, pues constituyen un cotidiano actual se vale de una multiplicidad de
comienzo de la transformación de la naturaleza y prótesis que se enfocan en la solución de necesi-
de la gran expansión del universo simbólico que, dades artificialmente creadas (por decirlo de al-
después de millones de años en la evolución, se guna manera), como el divertimento a través de
convertiría en el fenotipo ontogénico de la espe- los videojuegos, el uso excesivo de celulares y de
cie. Umberto Eco plantea este argumento a ma- computadoras… Y algo más que es digno de des-
nera de hipótesis, y atribuye a la utilización y a la tacarse, lo constituye la utilización de algunos de
fabricación de instrumentos de uso por parte de esos objetos más allá de sus funciones primarias,
un australopiteco, el inicio del camino hacia esa por ejemplo, en muchas ocasiones se adquiere un
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