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Año 12 /Enero- Febrero/ No. 67 U.M.S.N.H.
Los sentidos son un sistema que nos permi- Ahora imaginemos el cambio de patrones
te la intermediación entre la naturaleza y nuestro odoríferos en la naturaleza. Por desgracia, no solo
cerebro. Hoy vamos a platicar de uno en particular: hemos cambiado el ambiente con nuestra activi-
el olfato, y lo haremos de la mano de un excelente dad, modificado el uso del suelo, contaminado los
texto de divulgación titulado Una cuestión de olfato, cuerpos de agua, el aire y el suelo, sino que también
del neuroetólogo Bill Hansson (Crítica, 2022). Des- hemos modificado a qué huele nuestro entorno,
de el arranque, Hansson propone una visita al mun- lo cual debe tener consecuencias para el resto de
do antiguo, un panorama de olores muy diferentes los seres que habitan este planeta. Un insecto, por
al que nos enfrentamos en la actualidad y eso, de ejemplo, se guía hacia la hembra o hacia una flor a
entrada, nos plantea varias preguntas: ¿Olemos, través de señales químicas, y si nosotros nos senti-
nosotros y nuestro ambiente, de la misma manera mos confundidos en un ambiente con olores muy
que, digamos, en el siglo XIII? ¿Cómo han cambiado distintos a los que están grabados en la memoria
los olores en el tiempo y nuestra manera de detec- olfativa, piense en la confusión del resto de seres
tarlos? Estamos hablando de evolución sensorial. vivos…
Si a mí me pusieran —por aquello de que los El paisaje de olores está cambiando y mucho
viajes en el tiempo ya fueran posibles— en el me- tiene que ver con nosotros. ¿Cuáles pueden ser las
dioevo, ¿me podría orientar?, ¿sería capaz de iden- consecuencias? Hansson propone un ejercicio: visi-
tificar una señal de peligro? Y lo mismo pudiéramos tar un bosque cercano y tratar de registrar los olo-
ensayar con un hombre de aquella época colocado res, seguramente si intentamos comparar con una
en medio de una de nuestras modernas ciudades o experiencia previa, nos daremos cuenta de que ya
centros comerciales. no huele igual, no están los mismos árboles, ni la
misma hierba, probablemente, ni
los mismos hongos. Ahora el bosque
es un relicto rodeado de cultivos de
maíz o trigo, habrá agroquímicos,
humo de motores y plantas invaso-
ras.
Un mosquito se orienta y locali-
za la fuente de alimento —nosotros—
por nuestra huella de CO2, pero si
este gas está aumentando dramáti-
camente su concentración, ¿qué pa-
sará ahora con el mosquito? Alguien
puede pensar que es una ventaja
para nosotros, pero este aumento de
concentración rompe también otros
ciclos de aromas y altera completa-
mente su paisaje, al cambiar las tem-
peraturas, los patrones de floración y
la emisión de las propias señales odo-
ríferas de las plantas.
Sobre todas estas historias pla-
tica Bill Hansson en este maravillo-
so libro, Una cuestión de olfato, que
nos hará reflexionar sobre un senti-
do muy subestimado. Recomenda-
ble para todos, chicos y grandes y,
en particular, para los profesores de
cualquier nivel. Ojalá comencemos a
prestarle más atención al paisaje de
aromas.
Coordinación de la Investigación Científica 91