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Año 14 / Marzo - Abril/ No. 80  U.M.S.N.H.



            Sin embargo, todo esto ha cambiado…                         como si fuéramos esas horribles abejas adictas a la
                  Hace un mes vino de visita la abuelita, doña          cafeína o como a ese escarabajo que se llama Hypo-
            Josefina, y con ella llegaron los más variados men-         thenemus, al que le apodan «la broca del café», que

            jurjes desde su tierra cachanilla, entre los cuales se      puede tomarse hasta 200 expresos diarios, ¡ya me
            encuentra  un  terrible  veneno:  «Café  Colibrí».  Es-     dirás si eso no es adicción!
            cuché que le nombraron así. Es un brebaje amargo                  No entiendo cómo ese aroma que resulta tan
            que se prepara con agua caliente que, al beberlo,           horrible para nosotras, les deleita de una forma que

            los mantiene corriendo de un lado a otro, como si la        estimula sus sentidos y los hace trabajar como lo-
            vida no fuera ya demasiado rápida.                          cos. He escuchado a algunos decir que no pueden
                  Todo transcurría con relativa normalidad has-         vivir sin su café. ¡Dementes! Seguramente, no han
            ta que una de  las niñas  pisó la torre principal de        de saber que el café contiene unas moléculas que

            nuestro hogar. Al salir nuestros valientes guerreros        se llaman diterpenos como el Cafestol y el kahweol,
            a defender con bravura esta ofensa, le ocasionaron          los cuales resultan tóxicos no solo para nosotras, las
            ronchas en la piel a la pequeña, lo que le produjo un       hormigas, sino también para una gran variedad de
            llanto ensordecedor.                                        insectos. La cafeína y el ácido cafeico son muy des-

                  A  partir de  ese penoso  incidente, la abue-         agradables para nosotras.
            la brindó un terrible consejo. Le dijo a doña Irmi-
            ta que el café residual que se desechaba todas las          Huimos de los residuos del café
            mañanas, funcionaba como  repelente  de plagas                    Debido  a los piquetes  que  mis compañeros

            de insectos. ¿Puedes creer que nos llamó plaga? ¡A          dieron a la nieta de doña Josefina, han esparcido
            nosotras, que somos hormigas de bien! Nos tratan            residuos de café por todo el jardín. Para no tener




















































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        Coordinación de la Investigación Científica                                                                     7
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