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Año 13 /Julio - Agosto/ No. 76  U.M.S.N.H.



                  La novela gótica  es un género literario de
            finales del siglo XVIII y principios del XIX. Se carac-
            teriza por presentar atmósferas oscuras, lúgubres
            y opresivas, y temas  relacionados con  el  miedo
            y el terror psicológico; fundamentalmente, trata
            sobre la lucha entre lo racional y lo irracional. Aun-
            que  hay muchos nombres asociados al  género,
            el de Mary Shelley resuena por su trascendencia
            hacia otros géneros, incluso, como veremos más
            adelante,  por  las  discusiones  filosóficas  y  éticas
            en torno a varias disciplinas científicas. Podemos,
            con toda justicia, considerar este libro como una
            obra fundacional de la ciencia ficción en su etapa
            más  temprana.  Shelley  trabaja  magníficamente
            el terror existencial, la naturaleza sublime y el ais-
            lamiento de los personajes, además del conflicto
            entre la ciencia y lo desconocido. Tanto Frankens-
            tein como  su criatura son  personajes atormen-
            tados, marginales y  melancólicos.  Tal vez Lord
            Byron influyó profundamente en Shelley. Se sabe
            que las historias del «concurso» eran sometidas a      contrar ideas sobre la creación de vida como mani-
            críticas y sugerencias de los asistentes a esas vela-  festación de deidades o seres escurridizos. La idea
            das en la villa de Diodati.                            de crear vida es armar a los humanos con el poder
                  La novela rápidamente trascendió la historia     de los creadores. Así, el vitalismo se mantuvo muy
            de terror para plantear muchos temas: la responsa-     vigoroso  hasta  finales  del  siglo  XIX  (la  época  de
            bilidad de la humanidad con sus creaciones (algo       Shelley), hasta su derrota definitiva por Louis Pas-
            que después veremos muy desarrollado en Philip K.      teur. La muerte del vitalismo, como se le conoce a
            Dick y su ¿Sueñan los androides con ovejas eléctri-    la corriente de la generación de vida a partir de al-
            cas?). Víctor Frankenstein, al igual que en el mito de   guna voluntad superior, no terminó con los sueños
            Prometeo, desafía los límites de la creación, pero     de «crear vida»; incluso los reforzó al comprobarse
            no  asume  su responsabilidad,  lo  que trae conse-    que la materia orgánica podía ser generada a par-
            cuencias desastrosas. La soledad y el rechazo: la      tir de materiales inorgánicos. La síntesis de urea, el
            criatura, a pesar de ser inteligente  y  sensible, es   descubrimiento de las moléculas especulares y, ya
            despreciada por su apariencia, lo que la lleva a una   en el siglo XX, la estructura polimérica y modular de
            existencia solitaria y amarga. Este rechazo continuo   la vida (proteínas, ADN y ARN) y la autorreproduc-
            convierte su sufrimiento en odio hacia su creador      ción molecular dieron impulso a la creación de vida
            y hacia la humanidad en general. La venganza: la       «artificial», pero esta vez bajo bases científicas.
            criatura busca vengarse de su creador, destruyendo           La época en que Mary Shelley publicó su fa-
            lo que más ama, asesinando a varias personas de su     mosa novela (1818) estuvo marcada por importan-
            entorno. Finalmente, el tema que tal vez nos inte-     tes avances científicos y un creciente interés en la
            resa más en esta columna: los límites de la ciencia.   experimentación y el conocimiento de la naturale-
            ¿Hasta qué punto los alcances de la ciencia pueden     za. El ambiente científico de la época estaba lleno
            considerarse éticos?  ¿Cómo el conocimiento  sin       de  descubrimientos recientes que alimentaron el
            responsabilidad conlleva catástrofes?                  optimismo y, a su vez, despertaron preocupaciones
                  Es en este último punto donde más vamos a        sobre los peligros éticos de los nuevos conocimien-
            profundizar. Podemos decir con  seguridad  que la      tos. Algunos de los hallazgos clave estaban relacio-
            creación de vida ha sido una aspiración histórica de   nados con una nueva forma de energía que prome-
            la humanidad. Durante mucho tiempo se desarrolló       tía mucho: la electricidad.
            una discusión muy acalorada entre las ideas abio-            El médico italiano Luigi Galvani descubrió en
            génicas de la creación mágica. En mitos y leyendas     la década de 1780 que, al aplicar una corriente eléc-
            de casi todos los pueblos del mundo podemos en-        trica a una rana muerta, se producía un movimiento





        Coordinación de la Investigación Científica                                                                    99
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