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Año 13 /Julio - Agosto/ No. 76 U.M.S.N.H.
Hoy en día, sabemos que la «vida» no radica internos de la materia misma y no a deidades o es-
en los órganos, por lo que armar cuerpos como si píritus vitales. Esto es maravilloso y fascinante.
fueran rompecabezas no tiene sentido. Lo que real- Mary Shelley, en su obra, reflexionó sobre la
mente define a un ser vivo, tanto anatómica como responsabilidad de la sociedad respecto a sus crea-
funcionalmente, e incluso su comportamiento, está ciones, y este es un aspecto destacado del libro.
codificado en sus genes. Así que lo que debemos Víctor Frankenstein abandona a su criatura cuando
manipular no son los cuerpos, sino los genes. Por percibe problemas, lo que desata la tragedia. Esta
ejemplo, ahora entendemos que la simetría corpo- reflexión no es muy distinta de las que debemos
ral, la construcción de segmentos, extremidades y, realizar hoy en torno a la biología sintética. Como
en general, la forma y estructura de un cuerpo es- cualquier tecnología, la biología sintética conlleva
tán controladas por grupos de genes como los Hox, riesgos si se utiliza de manera inadecuada, lo cual
podría ser peligroso tanto para la sociedad como
para el medio ambiente. Algunos de estos peligros
podrían incluir:
a) La liberación accidental de organismos sin-
téticos que pudieran ser perjudiciales para la salud
o el medio ambiente.
b) El diseño intencional de organismos poten-
cialmente peligrosos.
c) Un «exceso de confianza» en nuestra ca-
pacidad para controlar organismos diseñados en
laboratorio.
El libro de Frankenstein o el moderno Prome-
teo anticipó estas y muchas otras reflexiones, lo
que constituye su gran valor. Sin embargo, creo que
el cine no ha abordado adecuadamente esta rique-
za de ideas. A menudo, se ha privilegiado la imagen
de la ciencia como «creadora de monstruos», en
lugar de profundizar en la reflexión ética, filosófi-
ca y científica. Claro está, hay películas más fieles
o respetuosas con la historia original, y otras que
son francamente prescindibles, como las del Santo
y Blue Demon contra Frankenstein, que son tan ma-
las, pero a su manera, resultan entretenidas gracias
al absurdo de su trama.
A continuación, te dejo una lista de las pelícu-
las que he visto, aunque sigo recomendando enca-
recidamente el libro de Mary Shelley por encima de
cualquier adaptación cinematográfica.
Spemann y Nodal, entre otros. Cualquier alteración Frankenstein (1931)
en estos genes puede cambiar radicalmente la for- • Director: James Whale
ma del cuerpo. Del mismo modo, comprendemos • Protagonistas: Boris Karloff como la criatura,
cómo los organismos obtienen energía (no a través Colin Clive como el Dr. Frankenstein
de la electricidad, sino mediante mecanismos qui- • Importancia: Esta es la adaptación cinema-
miosmóticos) y cómo regulan sus procesos vitales. tográfica más icónica de Frankenstein. Boris
Esto nos permite entender cuán lejos estaban Karloff encarnó a la criatura en una de las re-
Frankenstein o el Dr. Moreau de «crear» vida, aun- presentaciones más influyentes y duraderas
que resulta sorprendente la aproximación materia- del personaje. La imagen del monstruo con tor-
lista de sus historias. Se adelantaron, sin duda, a su nillos en el cuello, cabeza cuadrada y un andar
época, al atribuir la propiedad de la vida a factores torpe se ha convertido en el estándar visual de
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