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Año 12 /Mayo-Junio/ No. 69 U.M.S.N.H.
hace siglos, se le considera un manjar muy aprecia- en solo media hora. Entraban en una especie
do por su efecto anestésico progresivo, además, su de letargo catatónico, conscientes, pero in-
potencial letal provoca al que lo ingiere un estado sensibles al dolor con un efecto similar al cu-
entre el éxtasis y la muerte. Existe una extensa li- rare, un alcaloide despolarizante que se une a
teratura biomédica sobre ello donde aparecen los receptores nicotínicos de la placa neuro-
descripciones de casos que eran iguales a los de la muscular.
«zombificación» en Haití, en el que individuos de-
clarados muertos despertaban días después, todos Otros compuestos que zombifican
ellos víctimas de envenenamiento por fugu. La tetradotoxina no es el único componente
Las muestras traídas desde Haití fueron lleva- que juega un papel importante en las historias de
das al Hospital Presbiteriano de Columbia, en Nue- «zombificación», ya que otra planta de la familia
va York, probándose sus efectos clínicos. El profesor de las daturas, la «hierba del diablo», aparece y su
de neuropatología de la Universidad de Columbia, intoxicación puede provocar desde delirios y alu-
Leon Roizin, le dijo a Newsnight que, cinaciones hasta desorientación, comportamiento
sumiso y apático. Los bòkòs haitianos, es decir los
… después de seis a nueve horas, los rato- sacerdotes, creaban zombis mediante el uso de es-
nes dejaron de responder a estímulos. Poco tas dos sustancias. Con la primera, llamada coup de
a poco, los animales dejaron de moverse. poudre (golpe de polvo), la TTX inducía en la víc-
Desde lejos parecía que habían muerto. Sin tima la parálisis de la placa motora administrando
embargo, pudimos ver que respiraban y que una dosis semiletal y creando un estado de muerte
su corazón latía. Algunos de estos ratones aparente durante varios días en los cuales seguía la
permanecieron en esta situación hasta por consciencia. Sus parientes y amigos lo daban por
24 horas. En los monos, la droga cambió por muerto y lo enterraban, y poco después, era desen-
completo el comportamiento de los animales terrado y revivido por el bòkò. En ese momento en-
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