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U.M.S.N.H. Año 13/Mayo - Junio/ No. 75
y formaron una sola. La célula pequeña se convir-
tió en el núcleo y la grande en el citoplasma. Así
nació la primera célula eucariota, que dio origen
a todos los organismos multicelulares que cono-
cemos hoy, desde las plantas hasta los animales.
Esta hipótesis se llama endosimbiosis seria-
da y fue propuesta por la bióloga Lynn Margulis en
1967. Aunque al principio fue muy criticada, hoy
en día cuenta con muchas evidencias que la res-
paldan. Por ejemplo, el ADN del núcleo tiene si-
militudes con el nucleoide de algunas bacterias, lo
que sugiere que proviene de una célula procario-
ta. Además, el núcleo tiene una doble membrana,
como si fuera una célula dentro de otra.
El nucleoide de las bacterias
Las bacterias poseen nucleoide y es una re-
gión del citoplasma donde se encuentra el ADN
Núcleo y nucléolo de la célula eucariota.
bacteriano. El ADN es la molécula que contiene
toda la información genética de un organismo,
como un manual de instrucciones para fabricar
bacterias, pero tienen algunas diferencias impor- todas las proteínas que necesita. El ADN bacte-
tantes en su estructura y en su forma de obtener riano es circular y muy largo, por lo que tiene que
energía. Lo más sorprendente es que las arqueas enrollarse y compactarse para caber en el espa-
podrían ser las responsables de la aparición de cio limitado de la célula. Para ello, cuenta con la
los eucariotas, el grupo al que pertenecemos to- ayuda de unas proteínas especia- les que
dos los animales, plantas y hongos. Y es que todos lo sujetan y le dan forma.
somos un poco arqueas y en este artículo te expli- El nucleoide no está
camos por qué. separado del resto
del citoplasma por
El núcleo de las células eucariotas
¿Sabías que las células de tu cuerpo tienen un
núcleo que guarda tu ADN? ¿Y que ese núcleo es
el resultado de una fusión entre dos tipos de cé-
lulas diferentes hace miles de millones de años?
Todo empezó cuando una célula procariota, es
decir, una que no tiene núcleo, sino nucleoide, se
«comió» a otra más pequeña, pero en vez de «di-
gerirla», la célula pequeña se quedó dentro de la
grande y empezó a colaborar con ella. Así se for-
mó una relación simbiótica en la que ambas células
se beneficiaban de la presencia de la otra. La célu-
la pequeña le proporcionaba energía a la grande,
mientras que esta le ofrecía protección y nutrien-
tes a la pequeña. Con el tiempo, esta relación se
hizo tan estrecha que las dos células se fusionaron
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