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U.M.S.N.H. Año 12/Marzo-Abril/ No. 68
Cuando pasamos a las preguntas, uno de los de gas, poner un foco, freír un huevo o tomarse a la
asistentes intervino haciendo una que, a prime- hora y con la dosis indicada la medicina.
ra vista, podría parecer muy simple, incluso boba, Vivimos rodeados de información que se emi-
pero que en realidad es muy compleja y sofisticada: te a cada momento en cantidades abrumadoras y es
¿Por qué una persona cualquiera debe interesarse de todo tipo. Nuestra vida depende más que nunca
por saber cómo funciona una aspirina y para qué le de la ciencia y de la tecnología, es decir, del cono-
sirve eso? cimiento. Las economías que dominan el mundo lo
Y es cierto, uno no requiere comprender el son porque han aprendido a usar productivamente
principio activo de un medicamento para que este este conocimiento y, sin embargo, las mayorías vi-
haga su efecto, ni nuestra vida cotidiana cambiará vimos presas de la ideología, la manipulación y las
por conocer lo que es un agujero negro, ni por en- mentiras, precisamente porque no sabemos usar
tender que genéticamente los hongos están más re- ese conocimiento y porque el poder se ha afanado
lacionados con nosotros que con las plantas, o que en convencernos de la tiranía del utilitarismo: solo
ciertos materiales pueden emitir un electrón bajo el es útil aquello que te sirve en lo inmediato para re-
influjo de la radiación electromagnética. Desde esa solver un problema, lo demás, es inútil.
perspectiva, es más “útil” saber cambiar un tanque Y si en la ciencia el utilitarismo es demole-
dor, imaginen lo que significa
en la cultura y en las humanida-
des. ¿Para qué sirve un cuarteto
de Mozart, una pintura de Van
Gogh, un poema de Lope de
Vega, leer la última novela de
Fred Vargas o un ensayo como
el que aquí presentamos? Para
nada, desde la visión utilitaria.
Lo mismo podemos de-
cir de la “inutilidad” del cono-
cimiento sobre la síntesis y el
papel del ATP, la secuenciación
del genoma de las arqueas de la
familia Asgard o la organización
de los quarks, los gluones o los
bosones. Para los ciudadanos
parecería que estos saberes, que
escapan de una finalidad utilita-
rista, son una pérdida de tiempo
o, por lo menos, un divertimento
poco menos que absurdo.
Cierto, los científicos ob-
tienen este conocimiento de su
esfuerzo por comprender la na-
turaleza, los tecnólogos le bus-
can aplicaciones particulares en
la medicina, las comunicaciones,
la energía y más aún, la ciencia,
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