Fenómenos naturales en políticas públicas, ¿para qué?

Escrito por Lucía García-Equihua y Hugo Amador Herrera-Torres

Imagen de Diana Rebolledo Castro en Pixabay

El ser humano, a pesar de las terribles lecciones que la naturaleza le ha enseñado por medio de sismos, inundaciones, deslaves, huracanes, volcanes, pandemias, incendios forestales, hundimientos, lluvias, sequías y más, no parece impulsado a disminuir el peligro, aun cuando la naturaleza nos sigue demostrando, y con gran fuerza, su poderío de destrucción.

El tema de los desastres, surgidos durante el desarrollo de un fenómeno natural, ha incrementado su fuerza en el debate público debido a que han ocurrido fenómenos físico-naturales intensos que han afectado a poblaciones e infraestructura en mayor medida a como históricamente se habían producido. El cambio climático y las acciones del ser humano son factores en casos de desastres.

Este debate ya es prioritario a nivel internacional y la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR) con la elaboración del instrumento Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, manifiesta la necesidad del fortalecimiento en la gobernanza del riesgo de desastres para gestionarlos.

 

Datos que impresionan

En México, los daños y pérdidas en 2015 fueron de más de 17 millones de pesos, lo cual es bastante; pero con respecto a 2014, significó una gran disminución que se mantuvo por algún tiempo. Al contrario, considerando afectaciones desde el año 2000, el 2020 obtuvo una mayor cifra de pérdidas con más de 32 millones de pesos solo ese año, lo que refleja un gran incremento con respecto a 2019 que fue un poco más de 10 millones de pesos. Por supuesto, los fenómenos naturales que se llevan el primer lugar por mayor porcentaje en desastres son los hidrometeorológicos, o sea, lluvias fuertes, ciclones, inundaciones y lo derivado de ellos. En este sentido, si un solo tipo de fenómeno causa la mayoría de las pérdidas, no podemos imaginar qué sucedería si los demás se presentaran con mayor fuerza debido al avance del deterioro a causa del cambio climático. En el tema de los desastres, los gobiernos municipales son la institución más importante, incluso la normativa establece que son las principales instancias que darán respuesta ante fenómenos naturales que afecten a la población, resulten extraordinarios o no.

 

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La importancia de la política pública en la gestión de riesgos por desastres naturales

Entonces, si a través de la historia humana reconocemos los riesgos a los que nos enfrentamos con cada fenómeno natural, ¿por qué se deben realizar políticas públicas para la gestión de riesgos por fenómenos naturales?

En principio, enfrentar cualquier fenómeno natural que perturbe la vida cotidiana no es tarea sencilla, empezando porque su atención no depende de una o de un grupo específico de personas. Ahora se sabe que, ya sea desde el plano mundial, nacional, regional, municipal, local, familiar o personal, es importante que sea atendido desde diferentes perspectivas o áreas para que mediante distintos enfoques se estudie de forma más completa. En este sentido, se requieren personas de conocimientos afines al tipo de fenómeno que se presenta y, asimismo, a los daños que ocasiona; pero eso no es todo, además, hay que planear la estrategia que se buscará implementar para lograr su prevención o mitigación, y es aquí donde se involucran las políticas públicas y la sociedad, más aún, después del conocimiento que genera cada tipo de afectación desde su aparición hasta los resultados que la misma arroje; la política pública buscará mediante acciones de prevención, apoyo, solución y mitigación, atender a la población afectada.

Por lo tanto, «el fortalecimiento de la gobernanza del riesgo de desastres para la prevención, mitigación, preparación, respuesta, recuperación y rehabilitación es necesario y fomenta la colaboración y las alianzas entre mecanismos e instituciones en la aplicación de los instrumentos pertinentes para la reducción del riesgo de desastres y el desarrollo sostenible», así lo ratifica la UNISDR desde 2015.

Debido a lo anterior, es necesario que la normatividad que interviene en la prevención del desastre ante fenómenos naturales, esté creada con base en la identificación del lugar, describiendo sus formas, tipo de suelo, colinas, llanos, ríos, etc., por una parte, y por otra, el tipo de fenómenos y sus afectaciones al territorio, tomando en cuenta a la población (quién comúnmente sabe todo detalle de lo que le afecta) para así desarrollar políticas que sustenten el posible origen de la vulnerabilidad, confirmando la importancia para que estas sean creadas de acuerdo a las características del lugar y así prevenir eficientemente desastres y daños por medio de la administración y política pública municipal en primera fila y, en adelante, estatal y nacional. Al final de cuentas, será al municipio a quien pediremos intervenga para «solucionar» un daño o desastre.

Las leyes nacionales han sido utilizadas para los estados y municipios; ahora bien, es a veces tarea imposible aplicarlo en la prevención porque cada lugar es afectado de manera distinta, aun siendo el mismo fenómeno natural. Por eso, es tan importante la política pública en los desastres naturales; el proceso de creación de dichas políticas, nos lleva a buscar hasta las raíces del problema y a afrontarlo de distintas formas, pero debe realizarse desde el sitio para darle certeza y realidad, lo que permitirá que la población pueda disminuir los riesgos que la amenazan.

 

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¿Quién está en riesgo?

El riesgo depende de las condiciones específicas de cada sitio, tanto por las diferencias con que se manifiestan los fenómenos de uno a otro lugar, como por las distintas características de vulnerabilidad de las construcciones, de la infraestructura y del territorio, por otra parte, «los métodos para el diagnóstico de riesgos y para su representación, son propios de cada fenómeno y de la aplicación que se le quiera dar al diagnóstico», según lo señala el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), desde 2001.

En cada región existen sistemas que se exponen a los riesgos, por ejemplo, población, viviendas, escuelas, hospitales, infraestructura pública y privada, presas, zonas de reserva natural, etc., es decir, todos estamos en riesgo frente a un fenómeno natural. La fuente principal de consulta pública actual sobre estos sistemas y los estudios de los fenómenos naturales que se han realizado en cada municipio, debe encontrarse en cada atlas de riesgo municipal; sin embargo, en Michoacán, de sus 113 municipios, solo 28 cuentan con él. Para ejemplificar, en la región oriente (Zitácuaro), la mayoría de sus atlas fueron elaborados en 2012, principalmente con información recopilada de eventos sucedidos y de datos muy generales del territorio. Algunos de estos datos ya son antiguos, por lo que necesitan de constante actualización y medición, puesto que los atlas son continuamente presentados; asimismo, nuevos eventos de mayor intensidad, así como la elaboración y aplicación de políticas públicas, apoyan estas publicaciones.

Así, la gestión de riesgos naturales se ha abierto paso lentamente en el país, trabaja como un ente independiente de las actividades políticas y sociales, lo que permite que forme parte esencial de la transición de lo que define al desastre y de lo que representa la prevención. Finalmente, se necesita de la política pública para realizar ese enlace y lograr prevenir o mitigar esos riesgos, así como de la participación de la sociedad para la identificación y elaboración de ellas. 

 

 

Para Saber más:

Atlas Nacional de Riesgos. http://www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx/ 

Centro Nacional de Prevención de Desastres. http://www.gob.mx/cenapred

Organización de las Naciones Unidas (ONU). (2015). Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres. 2015-2030. https://www.unisdr.org/files/43291_spanishsendaiframeworkfordisasterri.pdf

 

Lucía García-Equihua. Estudiante del Doctorado en Políticas Públicas, Instituto de Investigaciones Económicas y Empresariales, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

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Hugo Amador Herrera-Torres. Profesor-Investigador de TC, Facultad de Economía "Vasco de Quiroga", Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

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