El cáncer es una enfermedad en la que las células del cuerpo humano se dividen de manera acelerada y descontrolada. Esta enfermedad puede afectar prácticamente a cualquier parte del cuerpo, como tejidos, órganos, músculos y sangre. Tiene origen cuando las células dañadas evitan los mecanismos propios para el control de la división celular o el crecimiento y desarrollo adecuado que nuestro cuerpo establece estrictamente para mantenernos sanos. Sin este control, las células cancerosas se reproducen descontroladamente. Es posible que este tipo de células también se diseminen a otras partes del cuerpo a través de los sistemas sanguíneo y linfático, lo cual se conoce como metástasis.
Existen varios tipos de cáncer bien definidos, por ejemplo, el carcinoma de piel, o los que inician en huesos, cartílagos, músculos, entre otros tejidos. La leucemia afecta los tejidos donde se forman las células sanguíneas, como la médula ósea, proliferando células sanguíneas anormales. El linfoma y el mieloma múltiple afectan las células del sistema inmunitario, mientras que el cáncer del sistema nervioso central empieza en los tejidos del encéfalo y la médula espinal, a lo que se le llama neoplasia maligna. El cáncer es considerado una enfermedad de alto impacto económico y social, por lo que representa una de las mayores causas de muerte tanto en México como a nivel mundial. Por estas razones es importante buscar, diseñar y desarrollar pruebas de diagnóstico que puedan conducir a tratamientos más efectivos para los pacientes. Con esta intención, se ha trabajado arduamente, desde hace más de dos décadas, en indagar las profundidades de nuestro ADN para tratar de identificar y localizar los genes que indiquen predisposición a padecer esta enfermedad y el tipo de agresividad, todo ello con el objetivo de lograr un diagnóstico a tiempo e incluso previo a los síntomas de algún tipo de cáncer. Como resultado de este trabajo de investigación se localizó el gen p53, el cual promete ser una herramienta diagnóstica de gran utilidad para estos padecimientos. Este gen tiene como principal función suprimir tumores, por lo que ayuda a prevenir el desarrollo de cáncer. Una prueba de laboratorio para detectar anormalidades en el gen p53, es crucial para determinar si un paciente presenta predisposición a un tipo de cáncer. Dicho gen expresa la producción de la proteína llamada PT53, que actúa como «un guardián del genoma» y tiene como función reparar el ADN que, por distintas razones, resulte con daño, o bien, eliminar las células dañadas. Lo anterior se realiza mediante la programación de la célula hacia un proceso de muerte celular por apoptosis, un proceso de muerte celular programada. Cuando este gen muta, es decir, sufre cambios de importancia en su estructura y consecuentemente en su función, se pierde la vital capacidad de regular la división celular y, peor aún, de reparar el ADN, lo que puede llevar al desarrollo de cáncer. En el diagnóstico reciente del cáncer se analiza la presencia y el estado del gen p53, ya que las mutaciones en este se relacionan con varios tipos de cáncer. Identificar de manera precisa estas mutaciones puede ayudar a un rápido y óptimo diagnóstico, permitiendo a los médicos especialistas diseñar tratamientos específicos. Por ejemplo, la detección de una mutación en p53 podría indicar un cáncer más agresivo, lo que llevaría a decidir el uso de terapias más intensivas y especializadas. Aunque hay mucho por aprender sobre este gen, las herramientas moleculares son ahora de vital importancia para la detección de la predisposición en pacientes. Conocer cuáles y cuántos tipos de mutaciones presenta este gen ayudará a un mejor diagnóstico, lo que se traduciría en una calidad de vida adecuada con la implementación de tratamientos según el tipo de cáncer; esto podría ser posible con una prueba de laboratorio rutinaria. El diagnóstico de cáncer mediante el análisis del gen p53 es prometedor a corto o mediano plazo, lo que significaría un avance significativo para la salud de la humanidad. Edgar Romero-Burgos
García-Solorio J. y Cortés-Penagos C. (2022). Valor pronóstico de las mutaciones en DNMT3A, TET2, IDH e IDH2 en la leucemia mieloide aguda. Revista de Hematología, 23(1), 48-57. https://revistadehematologia.org.mx/ingresar-app/download-id/3431/ Cavalcanti-Júnior G.B., Klumb C.E. y Maia R.C. (2002). p53 e as hemopatías malignas. Revista Brasileira de Cancerología, 48(3), 419-27. https://rbc.inca.gov.br/index.php/revista/article/view/2218/1379 National Cancer Institute. Diccionario de cáncer del NCI. www.cancer.gov/espanol/publicaciones/diccionarios/diccionario-cancer Zawacka J.E. (2024). p53 biology and reactivation for improved therapy in MDS and AML. Biomarker Research, 12, 34. https://doi.org/10.1186/s40364-024-00579-9
Estudiante del Programa de Maestría en Ciencias de la Salud,
Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas,
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Michoacán.
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Cáncer y sus nuevas pruebas diagnósticas
Año 14 / Número 82 / 2025