Humanos, mascotas y sentimientos

Escrito por José Herrera Camacho y Liliana Márquez Benavides

Los perros (Canis lupus familiaris) han acompañado a la humanidad casi desde el inicio de la historia, de hecho, puede decirse que las historias de ambos se cruzaron en algún punto (hace cosa de 36 mil años) para ya jamás separarse. En los testimonios de nuestro desarrollo evolutivo —libros, murales, vasijas griegas, frisos babilónicos, coplas populares, códices, y más— el perro es un personaje constante, una presencia familiar que no se aleja, una compañía que no cesa. En particular en la cultura mexicana, el Xoloixcuintle —también llamado perro azteca—, tiene una importancia relevante ya que en la mitología mexica, se creía que acompañaba a las almas de los difuntos en su viaje al Mictlán (el inframundo), por lo que es común verlo representado en los festejos del día de muertos.

Alrededor del mundo, la cantidad de hogares que poseen a un perro como mascota se incrementa, y para muchos dueños, los beneficios superan en gran medida los costos que representan la alimentación, los cuidados médicos y el aseo. Por ejemplo, podemos mencionar que una mascota genera en algunos dueños un sentido de responsabilidad, ya que de ellos depende el cuidado y protección del animal; adicionalmente, mejora la presión arterial, la condición física, mental y emocional, incluso algunos estudios han demostrado que reduce los niveles de colesterol, de ansiedad y de estrés mental, crean menor sentimiento de soledad y depresión, y además generan una mayor autoestima. 

¿Cuántos años puede acompañarnos nuestra mascota?

Su compañía en la familia puede ser en promedio de 16 años humanos, lo que equivale a una edad entre 80 y 123 años perrunos, dependiendo del tamaño de la mascota. Publicaciones de hace algunos años, señalaban que un año humano equivalía a siete años perrunos; sin embargo, actualmente un artículo publicado en la sección Science Alert de la revista Nature, propone una equivalencia distinta dependiendo de la talla de la mascota, aunque en todos los casos inicia a partir de los 14 años. En el próximo cuadro te presentamos estas equivalencias:

Independientemente de la equivalencia que se tome en cuenta, es importante tener presente que el ciclo de vida de nuestros amigos perrunos es mucho más corto que el de un humano, razón por la cual las funciones de los diferentes órganos y tejidos están programados para una funcionalidad a menor tiempo. Algunos signos de deterioro orgánico que podemos observar en las mascotas son: debilidad visual, incontinencia urinaria y afectaciones en las extremidades que comprometen la movilidad. Por ejemplo, en algunas razas como la del Pastor Alemán, la displasia de cadera es común.

Ya sea por enfermedad o bien porque biológicamente el organismo del perro o gato que nos acompaña en nuestra cotidianidad falla de manera natural, debemos tener en cuenta que el organismo de las mascotas envejece más prematuramente que en los humanos.

Despedirnos de nuestra mascota, principalmente de un perro —sin importar la talla que sea o si es raza pura o criollo—, siempre será una situación dolorosa para los dueños que lo han hecho parte de su familia. En esto coincide una colega muy preparada en la clínica de los animales de compañía, quien señala lo difícil que resulta para los integrantes de una familia decirle adiós a su mascota.

 

La oxitocina y su función de apego

Algunos artículos publicados en revistas como Science, señalan que el amor por nuestras mascotas es equivalente al amor que sienten las madres por sus hijos. Esto es posible gracias a las concentraciones elevadas de la oxitocina, una hormona segregada al torrente sanguíneo que cumple con diversas funciones en el organismo, entre otras, crear lazos afectivos entre individuos, por ejemplo, madre e hijo, o entre mascotas y dueños.

Los primeros estudios al respecto —mediada por un componente hormonal—, fueron publicados en la revista Science en el año 2015, por investigadores de la Universidad de Azabu en Japón, quienes demostraron que la interacción visual entre especies, provoca un incremento en la concentración sanguínea de la oxitocina. Otros estudios realizados en Suiza y publicados recientemente, demostraron que en la medida en que el dueño acaricia a su mascota, la concentración de la hormona en sangre se incrementa, tanto en la mascota como en el dueño, logrando aumentar los lazos afectivos, razón por la cual, cuando nuestra mascota nos vuelve a ver después de una ausencia de horas o días, expresa su alegría ladrando y moviendo la cola de manera efusiva.

  

¿Por qué sentimos dolor cuando nuestra mascota muere?

La pérdida de una mascota, cuando forma parte del núcleo familiar por muchos años, siempre provocará un sentimiento similar al que sentimos cuando muere una persona cercana. Algunos psicólogos mencionan que esta situación se presenta porque el perro o el gato, también forman parte de ese núcleo cercano, donde la oxitocina tiene un papel fundamental al crear lazos afectivos entre individuos, ya sea entre la madre y el hijo, o la mascota y sus dueños. Al respecto, investigadores del Istituto Superiore di Sanità, en Roma, Italia, publicaron un artículo titulado “La cara de las mascotas: mecanismos ocultos de las relaciones humano-animal”, donde dejan de manifiesto que una característica importante en el apego entre mascota y humano, es el rostro infantil de la mascota que causa una sensación de ternura y promueve su protección.

Algunas experiencias con amigos cercanos, me han demostrado que cuando una mascota muere, el sentimiento de pérdida permanece entre 6 y 12 meses, tiempo en el cual la familia no acepta a otra mascota en el hogar, los cual es entendible porque se atraviesa por un proceso de duelo en el que se debe aceptar que la mascota fallecida ya no está para recibirnos al llegar a casa.

 

Superando la pérdida de la mascota

En general, las personas a tu alrededor no entenderán tu dolor y pensarán que exageras al expresar tu tristeza. No obstante, algunos especialistas sugieren que, tras la pérdida de una mascota, es válido expresar tu tristeza, reconocer la pérdida y manifestar tu dolor a través del llanto. Es preciso tener en cuenta que cuando la mascota que te ha acompañado durante muchos años ya cumplió su ciclo de vida, tú no eres el culpable, es un proceso biológico de todos los seres vivos donde nacen, crecen, se reproducen y mueren. Ten en cuenta que fuiste un dueño responsable que le brindó la mejor de las atenciones, que tuviste un compañero de juegos que siempre se alegraba de verte moviéndote la cola en señal de bienvenida. Es necesario que sepas que durante las primeras semanas te sentirás triste, así que si no tienes ganas de hablar del tema, no lo hagas; si prefieres quedarte el fin de semana en casa, hazlo; pero ten en cuenta que en algún momento deberás regresar a tu vida habitual.

Por último, recuerda a tu perro o gato haciendo travesuras y estando feliz a tu lado. Trata de no guardar ningún elemento que utilizaba porque te producirá más dolor. Seguramente hay muchos animales sin hogar que necesitan comida, camas o juguetes. Es altamente recomendable esperar un tiempo prudente para llevar otra mascota a casa. Una vez que sepas que no será un reemplazo y estés listo para darle la oportunidad a un nuevo integrante de la familia, ¡hazlo!

 

Componente psicológico de la interacción humanos-mascotas

La antrozoología es la ciencia que estudia la interacción y los vínculos humano-animal. En este sentido, la antrozoología ha investigado, por ejemplo, los factores evolutivos implicados en la biofilia o respuesta al esquema infantil (respuesta a lo adorable o respuesta tierna) y la tendencia humana a humanizar a los animales; los efectos que los animales tienen para la salud humana en programas terapéuticos; la formación de actitudes, las diferencias culturales, de género y de personalidad en el trato, el apego y crueldad hacia los animales; entre otros temas.

El Dr. John Bradshaw, de la escuela veterinaria de la Universidad de Bristol en Reino Unido, publicó recientemente una exhaustiva teoría acerca de que solamente los humanos mantienen mascotas y trata de explicar el porqué. La teoría es polémica ante varios reportes de animales manteniendo mascotas, pero el Dr. Bradshaw explica que lo hacen bajo ciertas condiciones: cuando están en cautiverio o semi cautiverio (zoológicos, santuarios y entornos de laboratorio). En algunos casos de primates, parece que éstos mantienen mascotas, pero usualmente las matan y prefieren jugar con sus cuerpos muertos. La teoría sostiene que en estado salvaje no existe hasta hoy, evidencia de que especies animales mantengan mascotas por lo que no deben confundirse algunas actitudes con lo que en realidad es una adopción.

La pregunta se mantiene y toca a ti responder ¿Por qué tienes mascotas? En todo caso, e independientemente de tu respuesta, recuerda que el ser humano es el único animal que mantiene miembros de otra especie por periodos extendidos de tiempo, únicamente con el propósito de disfrutarlo.

Para Saber Más:

Gómez G.L.F., Atehortúa H.C.G. y Orozco P.S.C. (2007). La influencia de las mascotas en la vida humana. Revista Colombiana de Ciencias Pecuarias, 20(3):377-386.

https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=295023025016

Gutiérrez G., Granados D.R. y Piar N. (2007). Interacciones humano-animal: características e implicaciones para el bienestar de los humanos. Revista Colombiana de Psicología, 16:163-183.

https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=804/80401612

Videla D.M., Olarte M.A. y Camacho M.J. (2015). Antrozoología: definiciones, áreas de desarrollo y aplicaciones prácticas para profesionales de la salud. European Scientific Journal, 10(11):185-210.

https://eujournal.org/index.php/esj/article/view/5592/5388

 

Dra. Liliana Márquez Benavides, Profesora e Investigadora Titular adscrita al Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

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Dr. José Herrera Camacho, Profesor e Investigador Titular adscrito al Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

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