ARTÍCULO
¡Al rescate de la biodiversidad! ¿Misión imposible?
Martín Martínez-Torres y Yabín Josué Castro-Camacho
Resumen
La extinción de especies es un proceso natural que se ha presentado de manera constante en la historia de la vida del planeta; es parte del proceso evolutivo que permite el recambio gradual de la biodiversidad manteniendo el equilibrio ecológico. Sin embargo, cuando la extinción de especies es masiva y global, lo que se entiende como la desaparición de al menos el 75 % de las especies que habitan en el planeta, es un proceso que pone en riesgo el equilibrio de los ecosistemas. Muchos científicos aseguran que estamos viviendo la sexta extinción masiva y que los humanos somos los responsables, ya que hemos alterado todos los ecosistemas, reduciendo y alterando constantemente el hábitat de la fauna silvestre.
Palabras clave: Biodiversidad, ecosistemas, extinción, fauna.
RECIBIDO: 26/02/2024; ACEPTADO: 08/07/2024; PUBLICADO: 22/09/2025
Extinción
Se calcula que actualmente existen alrededor de 8.7 millones de especies de eucariontes (seres constituidos por células que presentan núcleo), de las cuales 6.5 millones se distribuyen en la superficie terrestre y 2.2 millones en los océanos. Sin embargo, el 86 % de las especies terrestres y el 91 % de las especies marinas, están aún sin descubrir, describir y catalogar. Solo se han descrito alrededor 960 000 y se estima que se están perdiendo entre 11 000 y 50 000 especies cada año antes de que ni siquiera fueran identificadas. En 2014, el Dr. Rodolfo Dirzo y sus colaboradores aplicaron el término «defaunación» para describir la gravedad del problema de la pérdida de especies, así como de la reducción de individuos en las poblaciones y sus consecuencias en la conservación de la diversidad.
De acuerdo a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés), hasta ahora, se han evaluado alrededor de 150 300 especies. De estas, más de 42 100 especies animales están en categoría de riesgo, de las cuales 26 % son mamíferos, 13 % son aves, 21 % son reptiles, 41 % son anfibios, 28 % son peces y 37 % son rayas y tiburones. Se tiene documentado que la población mundial de vertebrados ha disminuido un 60 % desde 1970 a la fecha, lo que a mediano plazo las colocará en una situación de riesgo.
Esta situación es alarmante, pues es un claro indicador de una extinción masiva inminente. En 2019, la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas, estimó que tres cuartas partes del medio terrestre y dos tercios del ambiente marino estaban significativamente alterados por el humano. Esto plantea otra dificultad a superar para la conservación: la restauración ambiental.
Un aspecto que hay que destacar es que la crisis de extinción que estamos viviendo es cuantitativa y cualitativamente diferente de las extinciones «naturales» pasadas en términos de patrones, factores y tiempos. La actual se caracteriza por la extinción sin reemplazo, con un marco de tiempo operativo ecológico rápido, en lugar de un tiempo evolutivo a más largo plazo. Esto se debe a que mientras las extinciones masivas previas ocuparon cientos de miles a millones de años, la crisis actual tiene una tasa de extinción de 100 a 1 000 más rápida (dependiendo del grupo de vertebrados) que la natural. Esto sugiere que tardará algunos cientos de años en consumarse.
Las tasas tan elevadas de extinción son el producto del cambio lesivo causado a todos los ecosistemas ocasionados por la actividad humana. Esta velocidad en la disminución de la biodiversidad amenaza también nuestra propia supervivencia.
Conservación
Ha sido tan impactante el efecto sobre la biodiversidad que se han prendido los focos rojos para tratar de detener el deterioro ambiental, la reducción de las poblaciones y la extinción de especies. Sin duda, la mejor estrategia para la conservación de la biodiversidad es la preservación del medio natural donde habita la flora y la fauna. Por esta razón, se han destinado para este fin amplias extensiones (tanto terrestres como acuáticas) en el mundo, conocidas como Áreas Naturales Protegidas (ANP).
Las ANP son espacios de extensión variable para preservar espacios que permiten el mantenimiento de las características de los ecosistemas con la flora y fauna que ahí se albergan. En México existen 203 ANP, las cuales comprenden alrededor de 110 millones de hectáreas. Es necesario hacer notar que en muchas ocasiones la preservación del medio natural no es una estrategia posible, al menos al nivel de lo que sería el adecuado, ya que hay una serie de situaciones que lo impiden, por ejemplo, una limitante importante es el constante crecimiento de las poblaciones humanas (urbanas o rurales) o el deterioro de los ecosistemas. A pesar de los esfuerzos ya realizados, la pérdida de la biodiversidad continúa, por lo que se están desarrollando otras estrategias que ayuden a la conservación de los vertebrados.
Reproducción en cautiverio. La reproducción en cautiverio (que a veces se convierte en la única disponible), es una estrategia que puede ser muy importante para la conservación de especies en peligro de extinción. Los zoológicos y las unidades de manejo ambiental (UMA) fueron creados con el propósito de contribuir a la conservación de especies porque cuentan con proyectos de reproducción de la fauna silvestre que ahí albergan. Sin embargo, tienen serias limitaciones para lograr este cometido, pues los programas de reproducción no tienen las condiciones adecuadas para mantener la diversidad genética. Esto se debe a que cuentan con escasos ejemplares que les imposibilita cumplir con este requisito indispensable. No olvidemos que el objetivo más importante de la conservación es mantener poblaciones lo suficientemente grandes y con suficiente diversidad genética para ser sostenibles a largo plazo para permitir la selección natural y con ello la evolución. Otra limitante que se presenta en diversos zoológicos es que, de las especies que albergan, pocas están en alguna categoría de riesgo.
Reproducción asistida. Diversos investigadores consideran que la Reproducción Asistida (RA) (conjunto de métodos que reemplazan y facilitan el proceso reproductivo) constituye la mejor estrategia para la conservación de especies que se encuentran en alguna categoría de riesgo. Se ha desarrollado una amplia variedad de métodos de RA, inicialmente para facilitar la reproducción en humanos. A mediados del siglo pasado, la RA empezó a utilizarse en especies domesticadas (perros, caballos, cerdos, etc.) y, más recientemente, también ha sido aplicada a la fauna silvestre. Estos métodos van desde la inducción del estro (periodo de ovulación y receptividad para el apareamiento), hasta aquellos que permiten la obtención de ovocitos y espermatozoides para la inseminación artificial, la fertilización in vitro, o la inyección intracitoplasmática de espermatozoides.
Con el advenimiento de la fertilización in vitro y la transferencia de embriones en la década de 1970, se generaron grandes expectativas sobre el valor potencial de la conservación de especies en peligro de extinción. Sin embargo, hasta el momento, la mayoría de las técnicas de RA, que son rutinarias en especies domesticadas, no se adaptan fácilmente para su aplicación a la fauna silvestre, sobre todo en especies de vertebrados no mamíferos. La inseminación artificial es el método que más se ha utilizado en la reproducción de fauna silvestre, siendo los mamíferos los más favorecidos, aunque todavía son pocas las especies en que se ha logrado de manera exitosa. Los peces, anfibios y reptiles, así como las aves, han quedado rezagados y son contadas las especies en las que se ha aplicado.
Por otro lado, para el desarrollo de cualquier método de RA se requieren de espermatozoides, ovocitos o embriones. No obstante, hasta ahora, no se cuenta con la metodología adecuada para lograr la obtención de gametos o embriones en la mayoría de las especies amenazadas. Esto se debe, entre otras cosas, a los escasos conocimientos sobre la biología reproductiva y al desarrollo incipiente de la biotecnología reproductiva en la mayoría de las especies en riesgo.
¿De cuántas especies de fauna silvestre conocemos la biología reproductiva que permita la aplicación de alguna de las metodologías de RA? Tal vez haya información detallada de alrededor de 50 especies de mamíferos, aunque la mayor parte de ellas son de laboratorio, de granja, o de compañía, y solo de unas cuantas especies silvestres, lo que representa menos del 1 % de las especies de mamíferos conocidas. Del resto de los vertebrados no existen cifras y las especies descritas son mucho mayores a las de los mamíferos (Cuadro 1).
Por esta situación se ha planteado que la mejor opción, por ahora, dado la falta de conocimiento sobre la biología reproductiva básica de las especies amenazadas, es proceder a la criopreservación, método que se refiere al proceso de enfriar células y tejidos y mantenerlos a temperaturas bajo cero para detener toda actividad biológica y preservar su viabilidad y competencia fisiológica para uso futuro. Esto permitirá almacenar a los gametos o embriones hasta que se tengan los conocimientos necesarios que permitan la aplicación de algún método de RA.
¿Es posible rescatar la biodiversidad?
Para poder desarrollar estrategias eficientes y lograr con ello la conservación de las especies amenazadas es indispensable realizar, a la brevedad posible, estudios profundos sobre su fisiología reproductiva y trabajar en el desarrollo de métodos de RA ad hoc para cada especie que se encuentre en alguna categoría de riesgo.
Como podemos darnos cuenta, estamos en un momento crítico para revertir la pérdida de la biodiversidad. Un aspecto que vuelve más difícil la situación es que la cantidad de investigadores dedicados a esta área no es suficiente como para pensar que podamos encontrar las soluciones, antes de que sea demasiado tarde, para las especies que ahora están a punto de desaparecer. Para otras, es posible que el tiempo alcance para diseñar las estrategias adecuadas para conservarlas.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo fue apoyado por el programa PAPIIT, proyecto IN-217722 y al Dr. Martín Martínez Torres.
Martín Martínez-Torres. Profesor Titular, Laboratorio de Investigación de Saurios en Asistencia Reproductiva y Desarrollo (LISARD), Facultad de Estudios Superiores Iztacala, Universidad Nacional Autónoma de México, Estado de México, México.
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Yabín Josué Castro-Camacho. Estudiante de maestría en el Posgrado de Ciencias Biológicas, Universidad Nacional Autónoma de México. Estado de México, México.
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