Los piojos harinosos, la excepción a la regla

Escrito por Alfredo Castillo-Vera y Susana Maza-Villalobos

 

Colonia de Ferrisia virgata. Fotografía: Alfredo Castillo-Vera.

Cuando era niño, los únicos piojos que yo conocía eran aquellos insectos parásitos que se alimentan de la sangre del humano y que conocí en la escuela cuando mi profesora los detectaba en la cabeza de mis compañeros. Ahora, sé que existen otros insectos llamados piojos harinosos, que no tienen relación con los piojos del humano y que deben su nombre común a una capa blanca algodonosa/polvosa que cubre su cuerpo. Los piojos harinosos son insectos parásitos de plantas, es decir, se alimentan de la planta, provocándole daño e incluso la muerte a la planta hospedera. Los piojos harinosos chupan la savia de las plantas insertando su aparato bucal, que tienen forma de pico, sobre hojas, tallos, frutos, e incluso raíces.

Los piojos harinosos también son conocidos como cochinillas algodonosas, nombre común que me cuesta un poco más asociarlo con ellos, quizá porque el nombre de «cochinillas» también se aplica para ciertas especies de artrópodos, que no son insectos y que viven bajo las piedras u otros lugares húmedos y que se alimentan de material rico en materia orgánica en descomposición.

 

Insectos excepcionales

De manera general, la metamorfosis es un proceso biológico formado por etapas en donde ocurren cambios físicos que trae como resultado la formación de adultos. La mayoría de los insectos tienen una metamorfosis formada por cuatro estados de desarrollo: huevo, larva, pupa y adulto. Sin embargo, las hembras de los piojos harinosos tienen una metamorfosis compuesta solo por tres etapas: huevo, ninfa (larva con patas) y adulto. Solo los machos de los piojos harinosos poseen alas y estas son enteramente membranosas, aunque estos insectos pertenecen al orden Hemíptera (hemi = mitad, pteron = ala), grupo donde la mayoría de sus miembros tienen la mitad del ala dura y la parte apical membranosa.

Cuando son adultos, los machos y las hembras de los piojos harinosos son muy diferentes entre sí, es decir, presentan dimorfismo sexual. Mientras que los machos tienen un cuerpo duro, color café, dividido en tres segmentos (cabeza, tórax y abdomen), con tres pares de patas, largas antenas y un par de alas (como si fueran unas avispas muy pequeñas), las hembras adultas tienen un cuerpo blando, multisegmentado, aplanado, de forma ovalada, con textura algodonosa/polvosa de color blanco, tres pares de patas, antenas no visibles y sin alas. Por esta razón, un primer encuentro con una hembra de piojo harinoso puede que te haga dudar sobre si se trata o no de un insecto. Incluso, cuando los piojos harinosos están copulando, es posible confundir al macho con una avispa parásita atacando a la hembra de piojo harinoso.

 

Fruto de rambután infestado con el piojo harinoso Ferrisia virgata. Fotografía: Alfredo Castillo-Vera.

Caminan desde que nacen

Las hembras de los piojos harinosos forman una especie de nido blanco y algodonoso llamado ovisaco para proteger a su descendencia. Dependiendo de la especie, las hembras depositan de 300 a 800 huevos dentro de cada ovisaco. En algunas especies de piojos harinosos las ninfas eclosionan de los huevos, pero en otras especies las ninfas nacen directamente de la hembra. En ambos casos, las ninfas de los piojos harinosos nacen con tres pares de patas, lo que significa que estos insectos tienen patas a lo largo de toda su vida, a diferencia de otros cuyas larvas no tienen patas. Las ninfas se mueven con más facilidad que los adultos y se pueden desplazar por toda la planta en busca de las partes más blandas para alimentarse, e incluso pueden propagarse de una planta a otra que se encuentre en contacto, por eso son llamadas «caminantes».

Cuando las ninfas encuentran un sitio adecuado para alimentarse, permanecen ahí hasta alcanzar su estado adulto. Las ninfas hembras conservan su forma al convertirse en adultas, es decir, son neoténicas, ya que solo aumentan su tamaño.

 

Poder femenino

La mayoría de los insectos necesitan de ambos sexos para reproducirse. Sin embargo, existen algunas especies de piojos harinosos como la cochinilla de las solanáceas (Phenacoccus solani), una plaga en Almería (España), cuyas hembras no necesitan del macho para tener descendencia. Este tipo de reproducción se llama partenogénesis y significa que las células sexuales femeninas (óvulos) dan origen a un nuevo organismo sin ser fecundadas. Incluso, en las colonias de las especies en donde el macho sí es necesario para reproducirse, la presencia de hembras y ninfas es predominantemente visible, pero no así la presencia de machos, ya que estos son muy pequeños, su misión es exclusivamente reproductiva, no se alimentan porque tienen su aparato bucal atrofiado y viven mucho menos tiempo que las hembras. Mientras las hembras viven de 30 a 60 días, los machos solo viven un par de días.

 https://pixabay.com/es/photos/cochinilla-insectos-hoja-eater-5968967/

Hormigas, sus aliadas y nodrizas

Las poblaciones de los piojos harinosos crecen rápidamente cuando logran colonizar a una planta, debido a su alta capacidad reproductiva y a su habilidad para alimentarse de diferentes especies de plantas. Si bien algunos piojos harinosos logran llegar por sí solos a la planta, muchas especies forman alianzas con hormigas, quienes les ayudan a transportarse más rápidamente a la planta y, además, les proporcionan protección contra avispas u otros insectos depredadores. A cambio de ese transporte y protección, los piojos harinosos otorgan a las hormigas una melaza, la cual es excretada por los piojos harinosos y es rica en azúcar. Las hormigas ingieren esas secreciones azucaradas las cuales regurgitan dentro del hormiguero para alimentar a las larvas y a los demás miembros de la colonia.

 Adulto macho de Ferrisia virgata. Fotografía: Alfredo Castillo-Vera.

Identificación e importancia

Los piojos harinosos pertenecen a la familia Pseudococcidae, y se han descrito cerca dos mil especies de piojos harinosos en todo el mundo, las cuales son difíciles de identificar a simple vista. Para identificar a las especies de piojos harinosos se requiere someter a las hembras a un meticuloso procesamiento de limpieza y aclaramiento de su cuerpo (usando soda cáustica y desengrasantes), lo que permite observar todas sus partes, las cuales permanecen ocultas por la secreción blanca, harinosa/polvorienta y grasosa que la cubre. Este proceso aclara la piel del insecto y lo hace transparente, a tal punto que es posible ver sus estructuras internas. La identificación de las especies es importante para conocer su preferencia a ciertas plantas hospederas, ya que una quinta parte de las especies conocidas son polífagas, es decir, se alimentan de una gran variedad de plantas.

Debido a que se alimentan de la savia, los piojos harinosos provocan severos daños a especies de importancia comercial, lo que representa pérdidas económicas. Por ejemplo, en 2014, el piojo harinoso de la vid (Planococcus ficus) en Baja California, México, provocó pérdidas en los viñedos del 40% hasta el 100%. Conocer y estudiar piojos harinosos ayuda a identificar a los posibles enemigos naturales de estas especies, así como a conocer otras interacciones bióticas que favorecen a sus poblaciones; información que es crucial para proponer programas de control biológico que permitan su manejo.

 

Para Saber Más: 

DGSV-CNRF. (2019). Pseudococcus jackbeardsleyi Gimpel & Miller, 1996 (Hemiptera: Pseudococcidae). Cochinilla de Jack Beardsley del plátano. México, SADER-SENASICA, Dirección General de Sanidad Vegetal-Centro Nacional de Referencia Fitosanitaria. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/472515/Ficha_t_cnica_Pseudococcus_jackbeardsleyi.pdf

 

Palma-Jiménez, M., Blanco-Menese, M. y Guillén-Sánchez, C. (2019). Las cochinillas harinosas (Hemiptera: Pseudococcidae) y su impacto en el cultivo de Musáceas. Agronomía Mesoamericana, 30(1), 281-298. Las cochinillas harinosas (Hemiptera: Pseudococcidae) y su impacto en el cultivo de Musáceas1 (redalyc.org)

 

Salvador-Sola, F.J. (2016). Pseudoccidos. Cochinillas algodonosas. CAJAMAR, 19, 1-11. https://www.cajamar.es/storage/documents/019-pseudococcidos-1469431238-34c5c.pdf

 

Alfredo Castillo-Vera. ECOSUR, Grupo de Ecología de Artrópodos y Manejo Integrado de Plagas.

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Susana Maza-Villalobos. CONACYT-ECOSUR, Grupo de Agroecología, Departamento de Agricultura, Sociedad y Ambiente.

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