¿Por qué consumimos drogas?

Escrito por Marcia Yvette Gauthereau Torres

Todos en algún momento de nuestras vidas hemos consumido alguna sustancia que se puede considerar o actuar como una droga, desde lo que parece ser un inofensivo postre, chocolate, refresco, pasando por drogas legales como cafeína, nicotina o alcohol, hasta sustancias con efectos más fuertes como cocaína, heroína o anfetaminas. Todas estas sustancias tienen en común que, en algunas personas susceptibles, el consumo no se puede controlar y persiste a pesar de que eso pueda acarrear consecuencias negativas para ellas. Por supuesto, no todas estas «drogas» son iguales, ya que algunas pueden ser más peligrosas que otras; sin embargo, ¿qué es lo que ocasiona que las consumamos a pesar de saber que puede tener riesgos para la salud? La respuesta a esta pregunta la encontrarás en este artículo.

Engancharse en el consumo de drogas es una secuencia de atracción, seducción, compulsión, e incluso dolor. Las drogas son peligrosas y están extendidas por todo el mundo, por lo que lidiar y salir del consumo requiere conocimiento y ayuda.

 

¿Cuándo se considera que una persona es adicta?

Si alguien consume drogas de manera casual e infrecuente sin tener problemas significativos y puede dejarlas, se considera que esa persona es un consumidor, lo cual también es una situación de riesgo. Si el consumir drogas implica peligro o causa problemas en la vida diaria, entonces se considera que la persona consume las drogas en una situación de abuso. Pero si las drogas toman el control de la vida y no puede parar de tomarlas a pesar de los problemas o consecuencias negativas que se estén produciendo, se dice que esa persona es dependiente a las drogas o adicto.

Durante mucho tiempo se pensó que la adicción era un problema de falta de moral o de fuerza de voluntad, pero hoy en día, gracias a la investigación científica, se sabe que es un padecimiento para el cual puede existir tratamiento y, aunque si bien es cierto que no se puede curar del todo, sí se puede controlar.

El consumo de drogas por el hombre data de hace miles de años. Por ejemplo, el opio se ha consumido en China por siglos, la cocaína la usaban las culturas prehispánicas incas para aumentar su fuerza y energía, mientras que el alcohol se emplea desde que el hombre descubrió que podía consumir frutas fermentadas, en las cuales se generaba un compuesto que producía «cambios conductuales» en los animales y humanos que llegaban a consumirlos. Con el paso de los años y el desarrollo de la técnica de destilación por parte de los árabes, se lograron producir bebidas con un mayor contenido alcohólico, lo que ha hecho que hoy en día sea la droga legal más consumida en todo el mundo, con 2300 millones de personas que beben esta sustancia, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Pero, ¿por qué hay sustancias químicas que son adictivas?

Es sorprendente que muchas de estas sustancias pueden tener efectos y usos muy diferentes, como los opioides que alivian el dolor y los sedantes que quitan la ansiedad y producen sueño, pero ambos tienen en común la capacidad de poder producir adicción. Existen millones de sustancias químicas en la actualidad y es desafortunado que algunas de ellas puedan engancharse en el cerebro de tal manera que se convierten en adictivas.

Las drogas interfieren en la forma en que las neuronas (células cerebrales) envían, reciben y procesan las señales. No se sabe del todo cómo se produce el placer o euforia después de consumir drogas, pero se cree que se liberan oleadas de compuestos químicos, como la dopamina, que ocasionan que se quiera repetir una y otra vez la experiencia placentera. Sin embargo, en una persona que abusa de las drogas el cerebro se adapta y produce menos dopamina, lo que provoca que el sujeto no tenga la capacidad de experimentar placer con las actividades que estimulan la recompensa en forma natural, como comer, interactuar socialmente, hacer ejercicio, etc.

Por eso, un individuo que abusa de las drogas siente depresión y no disfruta de las cosas que antes le causaban placer, por lo que continúa el consumo de las sustancias para intentar aliviar esas sensaciones desagradables.

¿Por qué las personas consumen drogas?

Las personas usan drogas por muchas razones y, sea cual sea el motivo, estas pueden producir una oleada de sensaciones placenteras, lo cual suele ser una experiencia dramática y memorable. A esta euforia inicial le siguen otros efectos que son diferentes según la droga que se consuma. Por ejemplo, al administrarse cocaína, que es un estimulante, después de la euforia los individuos se pueden sentir con más energía, autoconfianza y poder. Por otro lado, la heroína, que es un opioide, además de euforia produce relajación.

Algunas veces las drogas son consumidas por presión social de los compañeros, disposición en el entorno o estrés. En este sentido, los adolescentes son el grupo de edad que corren mayor riesgo, ya que pueden llegar a estar sometidos a una presión muy fuerte por parte de sus compañeros. Además, hay que tener presente que la adolescencia es un período donde el cerebro no se ha acabado de desarrollar y esto puede hacer que la presencia de factores de riesgo, como los amigos que consumen drogas, los pueda llevar a probarlas o continuar consumiéndolas.

Cuando las personas sufren dolor, ansiedad, estrés o depresión, pueden comenzar a consumir o automedicarse drogas para intentar sentirse mejor. De hecho, el estrés puede ser un factor importante para comenzar y continuar el consumo, y también influye en las recaídas de los pacientes que se están recuperando de la adicción.

Otro factor que puede ocasionar que alguien comience a consumir drogas es la presión para desempeñarse mejor, ya sea en un deporte, en la escuela o en el trabajo. Lo anterior puede ser un componente que desencadene, principalmente, la administración de estimulantes, como la cocaína o anfetaminas.

La aceptación social de algunas drogas legales también puede contribuir a un consumo temprano de sustancias, como alcohol o tabaco, que se llegan a probar por primera vez en el entorno familiar. También está el caso de sustancias cuya venta es legal, como los inhalables, dentro de los cuales se incluyen el thinner, pegamentos, pinturas en aerosol, etc., y que por lo tanto el consumo inicial no se reconoce como una conducta de riesgo.

Por último, cuando alguien ya es adicto, puede consumir drogas para intentar reproducir la sensación placentera extrema que experimentó con el primer consumo, lo cual, sin embargo, no se puede volver a experimentar. O también puede consumir para evitar los síntomas negativos de la abstinencia, la cual se presenta como una serie de sensaciones desagradables y reacciones fisiológicas que ocurren cuando se interrumpe el consumo de la droga.

¿Por qué algunas personas se vuelven adictas y otras no?

La probabilidad de volverse adicto varía según la persona y no hay un solo factor que pueda predecir que alguien se volverá adicto. Sin embargo, mientras más factores de riesgo haya alrededor de una persona, mayor será la probabilidad de volverse adicto. Entre los factores de riesgo se incluyen: haber sufrido violencia durante la niñez, falta de supervisión de los padres, no poder resistirse a la presión por parte de los compañeros, probar drogas (sobre todo a temprana edad), la forma en que se toma la droga (fumar o inyectar la droga en la vena aumenta el riesgo de adicción), disponibilidad de drogas en la escuela y pobreza.

Además de los factores antes mencionados, existen factores biológicos que pueden predisponer a que una persona se vuelva adicta, y aquí se pueden mencionar los genes, edad o etapa de desarrollo del individuo, sexo, raza y presencia de enfermedades mentales. Los estudios científicos que se han realizado en los últimos años indican que los genes participan entre un 40 % y un 60 % en el riesgo de desarrollar un trastorno adictivo.

¿Qué podemos hacer?

Las consecuencias del consumo de drogas incluyen daños en las familias, en las relaciones personales o amorosas y en las comunidades; además, se incrementan los riesgos de desarrollar una enfermedad grave, cometer un crimen o incluso morir. Sin embargo, aunque la adicción como tal no tiene cura, sí se puede tratar de forma satisfactoria. El tratamiento dependerá del tipo de sustancia y ayudará a contrarrestar los cambios producidos en el cerebro por la administración prolongada de la droga, con lo que poco a poco se podrá recuperar el control y el individuo retomará su vida normal. No obstante, a pesar de haber opciones de tratamiento, lo mejor es actuar a nivel de la prevención y tratar de evitar, en la medida de lo posible, los factores de riesgo que pueden contribuir al desarrollo de una adicción.

Áreas cerebrales implicadas en el efecto de las drogas. https://www.investigacionyciencia.es/revistas/mente-y-cerebro/la-verdad-sobre-la-mentira-479/el-sistema-dopaminrgico-en-las-adicciones-1293 

Saber Más:

NIDA. (2020). El uso indebido de drogas y la adicción. Las drogas, el cerebro y la conducta: bases científicas de la adicción, 4-10. https://nida.nih.gov/sites/default/files/soa_sp.pdf

NIDA. (2016). The Reward Circuit: How the Brain Responds to Methamphetamine. Video 2:40. https://nida.nih.gov/videos/reward-circuit-how-brain-responds-to-methamphetamine

OMS. (2018). El consumo nocivo de alcohol mata a más de 3 millones de personas al año, en su mayoría hombres. https://www.who.int/es/news/item/21-09-2018-harmful-use-of-alcohol-kills-more-than-3-million-people-each-year--most-of-them-men#:~:text=Se%20estima%20que%20hay%202300,m%C3%A1s%20del%2010%25%20desde%202010

 

Marcia Yvette Gauthereau Torres. Profesora e Investigadora de la División de Estudios de Posgrado, Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas «Dr. Ignacio Chávez», Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, Michoacán.

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.