Violencia de género en pandemia

Escrito por Jenny Selene Martínez Guillen

nivel mundial siempre ha existido la violencia contra la mujer, ya sea física, psicológica, sexual, etc. Esta situación fue en aumento como consecuencia de la pandemia mundial ocasionada por el virus SARS-CoV-2 responsable de la enfermedad de COVID-19, tal como lo revelan las cifras de violencia de género; no obstante, el insuficiente número de denuncias dificulta la respuesta y recopilación de datos ya que, menos del 40 % de las mujeres que sufren violencia denuncian el hecho.

 

Violencia de género en cifras

La información sobre la violencia contra las mujeres y niñas ha aumentado significativamente en los últimos años, un problema que afecta especialmente a quienes viven en los países menos desarrollados. En la actualidad, existen datos disponibles sobre la incidencia de la violencia en pareja de 106 países. A escala mundial, un 70 % de las mujeres ha experimentado violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental durante su vida, mientras que 35 % han experimentado alguna vez violencia física o sexual por parte de otra persona distinta a su compañero sentimental.

A nivel mundial, 15 millones de niñas de 15 a 19 años, han experimentado relaciones sexuales forzadas; las adolescentes son el grupo con mayor riesgo, y tan solo un 1 % de ellas ha pedido alguna vez ayuda profesional. El 49 % de las mujeres son víctimas de la trata de seres humanos detectadas a nivel mundial; las mujeres y niñas representan conjuntamente un 72 % con fines de explotación sexual. En el mundo, un tercio del cuerpo estudiantil de 11 a 15 años, sufrió acoso escolar por parte de sus compañeras y compañeros; niñas y niños tienen idéntica probabilidad de experimentar acoso. Si bien los niños tienen mayor probabilidad que las niñas de sufrir abuso físico, estas últimas tienen mayor riesgo de sufrir acoso psicológico, por lo tanto, la violencia de género en las escuelas es un obstáculo muy importante para la escolarización universal y el derecho de las niñas a la educación.

El ciberacoso como violencia de género incluye la recepción de correos electrónicos, mensajes SMS, comentarios en redes sociales de tipo ofensivo y sexualmente explícitos; el riesgo más elevado se registra entre las jóvenes de 18 a 29 años. Solo una de cada diez mujeres denuncia haber experimentado ciberacoso desde los 15 años de edad. Al menos 200 millones de mujeres y niñas de 15 a 49 años han sido sometidas a la mutilación genital femenina en los 31 países en los que se concentra esta práctica. En 2019, una de cada cinco mujeres de 20 a 24 años se había casado antes de cumplir los 18. África Subsahariana es la región en la que el riesgo de matrimonio infantil es más elevado. El matrimonio infantil suele traducirse en embarazos precoces y aislamiento social, interrumpe la escolarización y eleva el riesgo de que las niñas experimenten violencia doméstica.

En Oriente Medio y Norte de África, entre el 40 % y 60 % de las mujeres han experimentado acoso sexual en las calles; mientras que, en América Latina, datos reflejan que las mujeres se sienten más inseguras que los hombres tanto en lugares públicos como en privados: cajero automático en vía pública (87.4 %), transporte público (74.2 %), calle (72.9 %), carretera (69.5 %), mercado (65.5 %), parques (62.1 %), automóvil (48.9 %), escuela (39.2 %), trabajo (36.2 %) y casa (26.7 %). Entre un 31 % y 64 % de los hombres reconocieron haber llevado a cabo actos de este tipo. Los hombres jóvenes, con mayor nivel educativo y aquellos que experimentaron violencia en la niñez, tenían mayor probabilidad de cometer acoso sexual en las calles.

Especialmente llamativo es el número de asesinadas por violencia de género en todo el mundo: si la cifra total es de 87 mil mujeres muertas, de ellas, 58 % fueron asesinadas por sus parejas o miembros familiares. En México, entre 2016 y 2018, uno de cada 10 decesos fue por accidente-violencia; es un incremento del 25 % de defunciones comparadas al 2003-2013. Menos del 40 % de las mujeres que experimentan violencia buscan algún tipo de ayuda, la mayoría acude a familiares y amistades. Muy pocas recurren a instituciones formales, pues menos del 10 % acuden a la policía u otras instituciones de salud, ya que es un proceso lento debido a los múltiples trámites y gestiones. Al menos 155 países han aprobado leyes sobre la violencia y 140 cuentan con legislación sobre el acoso sexual en el lugar de trabajo.

OBJETIVOS DE LOS MOVIMIENTOS Y ASOCIACIONES CIVILES EN AMÉRICA LATINA

  • Centro de apoyo donde se brinde asesoría legal y en ocasiones psicológico, en estos centros se debe escuchar sin emitir juicio o juzgar a la víctima, la ayuda debe ser oportuna. 
  • Refugios para alejarse del agresor, o para la etapa de transición. A los cuales el gobierno no brinda financiamiento total. Debido a la pandemia se han cerrado varios. 
  • La ayuda y/o apoyo no sea elitista, se contemple también a la mujer indígena, con alguna discapacidad o de escasos recursos. En esta situación se sufre una doble discriminación. En muchos casos la muje prefiere no denunciar ya sea por ignorancia o cultura. 
  • Sea clara la ayuda y los medios para acudir a ella. 
  • Las cifras deben ser reales y actualizadas constantemente, no cada año y medio. El mismo gobierno sigue negando estos datos estadísticos reales. 
  • Talleres donde se explique como se puede identificar la violencia. 

 

Cifras en COVID-19

El COVID-19 nos ha puesto a prueba de una manera en que la mayoría de las personas nunca habíamos experimentado con anterioridad, provocando tensiones emocionales y económicas que nos esforzamos por combatir. Una de ellas es la violencia que actualmente aparece como reflejo de nuestros valores, capacidad de respuesta y humanidad compartida, y que se ven hoy amenazados. Nuestro objetivo no es solo sobrevivir al COVID-19, sino renacer de esta crisis con mujeres fuertes y empoderadas que puedan tomar el control de su propio destino. Más de 90 países están en la situación de confinamiento, por lo que más de 4 000 millones de personas se refugian en casa ante el temor del posible contagio. Hasta septiembre de 2020, 48 países habían integrado la prevención y respuesta a la violencia contra las mujeres y niñas en sus planes de respuesta a la pandemia de COVID-19.

En muchos países se ha implementado un número de emergencia para denunciar actos de violencia de género, lo que ha implicado la capacitación de la policía y la puesta en marcha de servicios de atención a la mujer para brindar una respuesta rápida y eficaz; con esto, han aumentado los servicios virtuales para tener un acceso rápido a la justicia. En países como Argentina, Canadá, Francia, Alemania, España, Reino Unido y Estados Unidos, autoridades gubernamentales, personas que defienden los derechos de las mujeres y aliados de la sociedad civil, han señalado un aumento de las denuncias de violencia durante la crisis y una mayor necesidad de protección de emergencia.

El número de llamadas a las líneas telefónicas de asistencia se ha multiplicado por cinco en algunos países como consecuencia del incremento de violencia de pareja provocado por la pandemia de COVID-19. Las líneas de atención en Singapur y Chipre, por ejemplo, han registrado un aumento de las llamadas de más del 30 %; en México, en abril de 2020, se registró un total de 103 117 llamadas relacionadas con violencia sexual, familiar y contra las mujeres, lo que significó aproximadamente un promedio de 143 llamadas por hora. De las 103 117 llamadas, 57.2 % fueron por violencia familiar, 19.3 % por violencia de pareja, 22 % por violencia contra la mujer y 1.4 % por violencia sexual. En América Latina hubo un aumento de feminicidios, tal es el caso de México donde la cifra fue de 724 de enero a septiembre de 2020, en comparación con Costa Rica que solo registró 10 en el mismo periodo.

El confinamiento aviva la tensión y el estrés generados por preocupaciones relacionadas con la seguridad, salud y dinero. El aislamiento de las mujeres que tienen compañeros violentos, agudiza este problema ya que las separa de las personas y los recursos que pudieran ayudarlas; asimismo, favorece el ejercer un comportamiento controlador y violento en el hogar.

El aumento de la violencia contra las mujeres se debe solucionar de manera urgente con medidas integradas. El secretario General de las Naciones Unidas ha instado a todos los gobiernos a que hagan de la prevención y la gestión de la violencia contra las mujeres una parte fundamental de sus planes de respuesta ante la pandemia de COVID-19.

Al mismo tiempo que enfrentamos los impactos devastadores de la pandemia del COVID-19 en América Latina, urge también hacer frente a otra pandemia que no puede quedar en la sombra: la violencia contra la mujer. Esta violación de derechos humanos afecta en promedio a una de cada tres mujeres a lo largo de su vida. Aunque estas cifras parecen muy altas, se estima que la magnitud real del fenómeno está subestimada y que la emergencia sanitaria lo está agravando aún más. La Organización Mundial de la Salud ofrece estrategias, recomendaciones y algunas prácticas prometedoras para prevenir y responder a la violencia contra las mujeres frente a COVID-19.

 

 

Para Saber Más:

García Cabezas N. (2020). «Cifras y datos de violencia de género en el mundo (2020). Ayuda en acción». Cifras y datos de violencia de género en el mundo (2020) (ayudaenaccion.org)

 

Mlambo-Ngcuka P. (2020). «Violencia contra las mujeres: la pandemia en la sombra. ONU Mujeres. Abril 2020». Violencia contra las mujeres: la pandemia en la sombra | ONU Mujeres – Sede (unwomen.org)

ONU Mujeres (2020). «COVID-19 y su impacto en la violencia contra las mujeres y niñas». covid19_violenciamujeresninas_generalabril2020.pdf (unwomen.org)

 

ONU Mujeres (2020). «Hechos y cifras: poner fin a la violencia contra las mujeres». Hechos y cifras | Qué hacemos: Poner fin a la violencia contra las mujeres | ONU Mujeres – Sede (unwomen.org)

 

Jenny Selene Martínez Guillen. Estudiante de la Maestría en Ciencias de la Salud, Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas «Dr. Ignacio Chávez», Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

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