DOCTOR ROBOT

Escrito por Danerick Lemus Vargas y Fernando Guerrero Chávez

Desde los inicios, la humanidad ha buscado los medios para mejorar o moderar las dolencias del cuerpo humano. Se puede volver al pasado y encontrar las distintas formas de medicina que nuestros antepasados usaban en las cavernas, aunque sin ir muy lejos, basta con haber probado los remedios caseros de la abuela y compararlos con los medicamentos que nos receta el médico.

Cada año, se reportan cientos de artículos científicos con nuevas contribuciones en el campo de la medicina y salud. Si bien la cirugía médica existe desde el hombre del Neolítico, la implementación de robots para cirugía comenzó apenas en el siglo XX permitiendo al cirujano tener una mejor visibilidad, mayor precisión, y por consecuencia menor posibilidad de error durante una intervención quirúrgica.

Si hay un país que ama a los robots más que ningún otro, ese es Japón. Según el diario The Wall Street Journal, poco menos de mil robots deambulan actualmente en hospitales del mundo, la mayoría de ellos en este país, pero se espera que en los próximos años miles de ellos entren en el sector salud en todo el mundo.

En Japón, los esfuerzos por crear robots humanoides que puedan ayudar a los ancianos o cuidar a los enfermos son intensivos. Japón es un país cuya población envejece, y la gente que puede trabajar cuidando a los mayores es cada vez menor. La ayuda de máquinas es vista entonces como una solución, sin ellas, el sistema de salud del país probablemente colapsaría.

RIBA II es un robot enfermero construido en 2006. Tiene la finalidad de levantar y trasladar a un paciente y por consecuencia cuidar la espalda de los enfermeros. Su estructura reforzada le permite levantar personas de hasta 80 kg de peso y, gracias a su red de sensores, medir con mucha mayor precisión el peso que se está sujetando, ajustando el agarre y los movimientos haciéndolos menos bruscos. Riba II tiene una altura de 137 cm y pesa nada más y nada menos que 230 Kg. Se espera que salga al mercado en los próximos meses y su costo rondaría los 75 mil dólares.

En el campo de la rehabilitación, los robots no son menos impresionantes. Un exoesqueleto robótico es un dispositivo que se acopla al cuerpo para aumentar la capacidad de movimiento de una articulación afectada. Lokomat es el exoesqueleto robótico más representativo y usado para la rehabilitación de la marcha, alrededor del mundo. Trabaja sobre una caminadora en un entorno de realidad virtual y retroalimentación visual. Por ser el robot más importante de su tipo, solo en 2011 se instalaron más de 390 Lokomats en hospitales y centros de rehabilitación alrededor del mundo.

Otro tipo de exoesqueletos robóticos son los de uso personal, es decir, los destinados a estar con el paciente de manera permanente. Existen varios modelos de exoesqueletos personales destacando el ReWalk y el Ekso. Ambos funcionan con motores eléctricos y permiten que el paciente esté viviendo día con día en posición vertical. Su costo varía desde los 60 mil hasta los 240 mil dólares.

Pocos diseños se conocen en México en lo referente a la rehabilitación con robots. En la Universidad Michoacana se diseñó una propuesta de exoesqueleto robótico llamado robot Muscle Fox V6, teniendo como principal peculiaridad el bajo costo de producción, comparado con el resto de los modelos de su tipo. Se espera que salga a la venta en 2016 y su valor no supere los 35 mil pesos mexicanos.

Probablemente, la principal aportación de los robots en el área de salud son los robots quirúrgicos ¿Te imaginas una operación de corazón con tan solo unos cuantos cortes en tu piel para introducir instrumentos? Esto significaría menor pérdida de sangre, menores riesgos durante la operación y por supuesto un periodo de recuperación mucho más rápido. El robot DaVinci es el más importante entre los robots quirúrgicos de su tipo, tiene varios brazos mecánicos con instrumentos que van desde bisturís hasta tubos aspiradores de fluido. Tiene la capacidad de operar a un paciente, haciendo unos pocos cortes en la piel, pero su principal ventaja es que puede ser teleoperado, esto significa que si un cirujano en cualquier parte del mundo tiene la habilidad de operarte, no es necesario que el paciente ni el doctor se trasladen, la operación puede hacerse desde cualquier otro hospital que tenga a DaVinci en una sala de operaciones.

El futuro con la robótica médica es todavía más prometedor. La nanorobótica es una rama de la nanotecnología que estudia los robots a escala nanométrica. Para entender cuánto vale un nanómetro imagina lo siguiente: Si la distancia de la tierra a la luna fuera un metro, un nanómetro sería el equivalente a poco más que el diámetro de un balón de basquetbol.

El campo de la nanorobótica aún se considera muy incipiente, hoy en día existen pequeños carritos con motores hechos de láminas de oro del tamaño de la pata de una pulga, y brazos manipuladores del tamaño de un signo de puntuación capaces de mover granos de arena de uno en uno. Según los expertos, existirán robots del tamaño de un glóbulo rojo que se inyectarán en el torrente sanguíneo. Uno de sus principales usos será localizar y atacar células específicas del organismo, como por ejemplo, el cáncer. Con esto, las cirugías invasivas serán cada vez menos necesarias.

Como podrás imaginar, los campos de aplicación de la robótica en la medicina son muy amplios y complejos. Por su importancia en la sociedad y sus perspectivas de desarrollo futuro, cada vez será más común ver robots interactuando con nosotros tanto en el área médica como en cualquier otra. Al paso que vamos, ser diagnosticado por un médico virtual en una pantalla de computadora o recibir atenciones de enfermeros robotizados es una realidad que está a la vuelta de la esquina.