La Ciencia en el Cine

ALIEN

Escrito por Horacio Cano Camacho

Nos enfrentamos ahora a una película de terror y seguro se estarán preguntando, ¿qué tiene que ver esto con la ciencia? Aparentemente nada, pero sólo en apariencia, ya que de una buena película –y la de ahora sin duda lo es- se pueden extraer muchas ideas y preguntas que pueden estimular el desarrollo de la cultura científica. La película simplemente es un pretexto.

Alien es una película de Ridley Scott estrenada en 1979 con Sigourney Weaver, John Hurt, Yaphet Kotto, Tom Skerritt, Veronica Cartwright, Harry Dean Stanton e Ian Holm. Como pueden ver, siete actores. Y eso provocó que en una extrañísima costumbre en México, le cambiaran el nombre a El octavo pasajero aun cuando su nombre es muy fácil y comercial:Alien, traducido como extranjero o extraño y que hace alusión a una criatura extraterrestre que acecha a la tripulación en una nave en el espacio sideral. En fin, que la película, aun cuando ya tiene 37 años de estrenada se sigue manteniendo muy vigorosa y sería deseable que las nuevas generaciones la vieran.

Al principio la película era vista con mucho escepticismo, tanto por los productores (20th Century Fox) como por el público mismo. Luego de ver Star Wars y su enorme éxito comercial, ¿a quién podría interesarle una historia oscura y con escenas realmente perturbadoras para la época? Pero Alien lo consiguió y rápidamente se convirtió en un éxito comercial y en película de culto. Ganó el Oscar a los mejores efectos visuales y fue nominada para la mejor dirección artística, obtuvo dos BAFTA (el Oscar inglés) al mejor diseño de producción y banda sonora, el Globo de Oro a mejor banda sonora y dos premios del Festival de San Sebastián a la mejor fotografía y efectos especiales.

Sin duda, es una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos: lo es en un sentido muy diferente a lo que han logrado otras cintas. El guión es original de Dan O´Bannon, un escritor de gran éxito en Hollywood que se inspiró en historias de ciencia ficción y fantasía publicadas en revistas tipo Pulp, sobre monstruos extraterrestres que invaden la tierra o a las naves interplanetarias. No cabe duda que una de sus mayores influencias es el escritor de ciencia ficción Philip K. Dick de quien se notan muchos conceptos, iniciando por el ambiente oscuro de la nave y la respuesta de personas comunes (la tripulación integrada por astronautas civiles y no militares) a situaciones extraordinarias, un concepto muy de Dick.

El argumento es el siguiente: de regreso a la Tierra, la nave comercial Nostromo recibe órdenes desde casa para detener su viaje y despertar a la tripulación para explorar una extraña señal que les llega desde un planeta en su ruta, aparentemente deshabitado. La nave encuentra una especie de huevos en una caverna y recogen uno de ellos para analizarlo con detalle a bordo. Del huevo emergerá una criatura que pondrá en jaque a la tripulación.

El diseño de la criatura y la nave misma estuvo a cargo de Hans Rudolf Giger, artista gráfico y escultor suizo que había trabajado ya con Alejandro Jodorowsky, Salvador Dalí y Moebius. Ridley Scott lo conoció por O´Bannon y se fascinó por sus conceptos estéticos. Y fue el responsable del ambiente gótico de la película que es una de sus principales características que la distancian de cintas anteriores que tienen atmósferas más amables y prístinas (el caso de Star wars misma).

¿Cómo sería la vida extraterrestre?, ¿si nos encontráramos un alienígena, qué aspecto tendría? Nuestra experiencia no nos permite saberlo. En realidad la idea de que los extraterrestres son como nosotros o de alguna manera humanoides se originó en los pulps de los años 30´s hasta los 50´s y otras revistas que presentaban historias fantásticas con invasores de otros planetas. También estas publicaciones sembraron la idea de que las naves alienígenas eran una suerte de platillos. La verdad es que la respuesta a estas preguntas nadie la puede saber.

Cuando se trabajaba el guión de 2001, una odisea en el espacio, Stanley Kubrick y Arthur C. Clark le preguntaron lo mismo a un consejo científico que acompañaba la producción, entre los que se encontraba Carl Sagan. La respuesta fue un rotundo no sabemos ni podemos saberlo. Kubrick, que era un genio lo resolvió con arte: un viaje a través de la luz y una regresión en el tiempo, en una escena que ya ha pasado a la historia del cine.

En cuestiones de vida, nuestra experiencia planetaria se reduce a lo que conocemos de la Tierra. Y en la Tierra la diversidad es lo primero que salta a la vista. Miles o millones de formas, colores, tamaños y de manera fundamental, estilos de vida (nichos ecológicos). Los homínidos somos una minoría ridícula si nos comparamos casi con cualquier otro grupo. Si esto es así en la Tierra, no tienen por que ser diferente en cualquier otro planeta con vida. Y esto es algo que los ufólogos o marcianólogos no parecen entender.

Si viajamos a la selva o a la sabana no encontraremos a un León o un hongo tratando de construir naves o mirando como conquistar otros planetas. Los leones son depredadores y los hongos son recicladores, ¿por qué cuando pensamos en la vida fuera de nuestro planeta no aplicamos estos conceptos?, ¿será acaso que queremos vernos en el espejo para consolidar la idea de la creación y la construcción del humano a imagen y semejanza de Dios? Es probable y Alien nos sumerge con maestría en este dilema. Si llegamos a encontrar vida extraterrestre es muy probable que no se parezca a nosotros, ni físicamente ni en conductas.

Enfrentarse al extraño de la nave Nostromo es confrontarnos con la naturaleza salvaje, tal como en la Tierra. La naturaleza no tiene moral ni conceptos éticos. Todos los seres vivos hacen lo que hacen atendiendo principios y equilibrios naturales que no tiene nada que ver con nuestros deseos y esperanzas. Alien nos lo muestra de manera brutal. Y aquí Alien con todo y ser Ciencia Ficción, es realmente una película de horror. Y lo es en un ambiente cerrado, sin posibilidad de escape.

Otro componente esencial de la película es el ambiente. Philip K. Dick y William Gibson, entre otros, construyeron una visión del mundo muy distinta a las utopías de la ciencia ficción previa. El futuro se caracteriza por un altísimo desarrollo tecnológico a la par de un escaso nivel de satisfacción en la vida de los humanos. Sus ambientes son oscuros, contaminados, ominosos en muchos sentidos. Una distopía, no una utopía. Y Alien lo refleja. Una nave, como extensión de la vida en Tierra no es espacio luminoso e idílico de otras historias. Y en ese ambiente que no ayuda mucho, ahora hay que enfrentarse a una fuerza “ciega”, irracional en el concepto humano, que nos supera, ¿cómo respondemos? Los psicólogos y psiquiatras han analizado mucho este elemento de la cinta y las agencias espaciales se lo han tomado muy en serio. Viajar seis meses (en el caso de ir a Marte) no es cosa menos, además de la comida y el oxígeno, hay que resolver la conducta y la condición física. Imaginen ustedes un viaje de décadas.

El tercer elemento de Alien que ya ha pasado a la historia y ha sido replicado hasta el cansancio por otras películas es la presencia de un replicante o androide que de tan perfecto no nos damos cuenta. El androide hace lo que hace también, no se plantea reflexiones éticas ni filosóficas, únicamente responde a órdenes precisas desde la lejana Tierra… Nuestra cinta se adelantó décadas a este problema que apenas ahora está saltando a la discusión legal y ética.

Luego del éxito conseguido por Alien, vinieron varias secuelas que la verdad no valen la pena. Se trata de intentos de recaudar más dinero para la productora sin penetrar en la hondura de la primera. Hay incluso, una película que confronta al Alien con el Depredador de otra película de éxito comercial y Aliens comiéndose a los habitantes de Los Ángeles… basura, sin más.

Ridley Scott, O´Bannon y Giger se volvieron a encontrar para fortuna nuestra en grandes películas como Blade Runner y Prometeus.