Dr. Omar Domínguez Domínguez

Escrito por Rafael Salgado Garciglia

Es biólogo egresado de la Facultad de Biología (1998) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), con estudios de maestría en Ciencias en Gestión y Conservación de la Biodiversidad en los Trópicos, en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Sevilla, España (2002); cuanta además con otra maestría (2004) y un doctorado (2008) en Ciencias del Mar y Limnología, realizados en el Instituto en Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), obteniendo en estos últimos la aprobación con mención honorífica.

Desde 1998 se desempeña como académico en la Facultad de Biología de la UMSNH, y actualmente es profesor e investigador titular «C» tiempo completo, adscrito al Laboratorio de Biología Acuática «J. Javier Alvarado Díaz». Desarrolla diversas líneas de investigación como biología evolutiva y conservación, filogeografía, filogenia, taxonomía, sistemática y biogeografía, con la dirección, participación y colaboración en proyectos tales como: FishArk Goodeidae, Achoque (Ambystoma dumerilii), Historia evolutiva de peces del centro de México, las Antillas y el Pacífico Oriental Tropical, entre otros. Desde 2004 es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y actualmente es Nivel III.

Ha dirigido 25 tesis de licenciatura, 14 de maestría y 7 de doctorado. Es autor de más de 110 publicaciones, 93 arbitradas y 87 de ellas en revistas indizadas. Fue presidente de la Sociedad Ictiológica Mexicana A.C. durante el periodo 2014-2016. Ha recibido diversos premios por sus investigaciones, como la Medalla Alfonso Caso (UNAM, 2009) y el Premio Dr. José Álvarez del Villar a la tesis de Doctorado (Sociedad Ictiológica Mexicana en el XII Congreso Nacional de Ictiología). Asimismo, ha realizado diversas estancias de investigación, como en el Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR-IPN), en La Paz, Baja California Sur, México; en la Universidad Autónoma de Baja California Sur, México; en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, España; en la Universidad de Toronto, Canadá; en el Museo de Viena, Austria; en el Museo de Historia Natural de Venezuela; en el Parque Nacional Galápagos, Ecuador; y en la Universidad de Costa Rica.

 

¿Desde cuándo te interesaste en la biología, pero particularmente en la vida de los peces?

Desde que tengo memoria me interesé por los seres vivos que me rodeaban. Recuerdo que mientras mi hermano y mis primos jugaban en el patio, a mí me gustaba seguir las hormigas para ver dónde se metían o qué hacían, me intrigaba saber por qué unas eran grandes y otras pequeñas, por qué unas cuidaban mientras otras cargaban hojas, por qué mordían cuando las molestaban, en fin, creo siempre fui un apasionado de la naturaleza. En cuanto a los peces, desde pequeño, al menos desde los seis años que yo recuerde, tenía acuarios en mi casa con peces que me gustaba reproducir y ver su comportamiento. En realidad me gustaban todo los tipo de organismos: gusanos, insectos, peces, reptiles, aves, me gustaban todos los animales, pero los peces, y sobre todo los peces en mi pecera, me parecían relajantes y tranquilizadores, además de interesantes. Recuerdo que me preguntaba cómo podían respirar bajo el agua y si alguna vez yo podría hacer lo mismo.

 

Y en específico ¿Cuándo iniciaste los estudios sobre la biología evolutiva y la conservación de peces?

El trabajo más formal con peces lo inicié cuando estaba en tercer año de la carrera, cuando ingresé al Laboratorio de Biología Acuática de la Facultad de Biología, donde empecé a trabajar con dos profesores que estimo mucho: Samuel Argeñal y Mario Romero, quienes siempre me apoyaron e impulsaron para seguir adelante. En ese entonces, trabajábamos con reproducción y acuacultura de especies comerciales, tanto para consumo humano como para ornato. Sin embargo, siempre tuve la inquietud por las especies nativas y, sobre todo, por aquellas endémicas, por lo que manteníamos en acuarios a algunas de estas especies.

En 1998, cuando yo recién había egresado de la carrera, llegaron al laboratorio miembros de la Sociedad Zoológica del Norte de Inglaterra y acuaristas de varias regiones de Europa, con la intención de fundar un programa de conservación de un peculiar grupo de peces que es endémico al centro de México, los goodeidos. Después de visitar varias universidades en México, decidieron proponer el proyecto al Laboratorio de Biología Acuática de la Facultad de Biología, dando inicio en ese año el proyecto de conservación denominado FishArk.

En ese mismo año inicié con mis trabajos de conservación en peces, para ese entonces el proyecto lo llevamos cinco estudiantes recién egresados de la carrera. Durante el desarrollo del proyecto de conservación comenzaron a surgir muchas dudas ya que había una serie de especies ya descritas, las cuales eran la base para enfocarse dentro de los esfuerzos de conservación, pero en la práctica encontrábamos que muchas poblaciones de una misma especie parecían diferentes en color, forma, comportamiento o en algún otro atributo, por lo que nos surgió la duda de qué tan diferentes eran las poblaciones de una especie como para ameritar conservar más de una población de la misma especie.

En el año 2000, llegó al laboratorio un investigador español, Ignacio (Nacho) Doadrio, que buscaba muestras de tejido de los goodeidos, de los cuales teníamos ya muchas especies y poblaciones en cautiverio, su intención era realizar una filogenia molecular de la familia, a lo cual accedimos. En el 2001, Nacho, quien ahora es un gran amigo y colaborador en muchos de mis proyectos y publicaciones, me invitó a hacer una estancia de investigación en su laboratorio en el Museo de Historia Natural de Madrid, España, iniciando así mi trabajo en evolución, sistemática y biogeografía de peces, publicándose en 2014 mi primer trabajo en estos temas.

 

Eres responsable de varios proyectos ¿Puedes describirnos los objetivos principales de los proyectos de evolución y conservación de peces?

En el área de conservación, el proyecto FishArk tiene como objetivo resguardar en el Laboratorio de Biología Acuática a especies de peces, principalmente goodeidos del centro de México que estén en grave peligro de extinción o extintas en la naturaleza. La idea es mantener un banco de germoplasma que sea genéticamente viable en el largo plazo, las cuales pudieran servir como posible fuente de organismos para reintroducciones o reforzamiento de especies que hayan desaparecido en la naturaleza o que estén a punto de desaparecer. Con estas especies que están resguardadas en el laboratorio, se hacen investigaciones en diferentes temas, así como intercambio con otras instituciones y organizaciones interesadas en la conservación de esta familia endémica de México. Desde 1998, se resguardan en el laboratorio 41 especies de peces, 80 % en grave riesgo de desaparecer y seis de ellas consideradas extintas en la naturaleza. Después de 16 años del proyecto FishArk, en 2014 iniciamos con el proyecto de reintroducción de especies extintas en el río Teuchitlán, un pequeño río alimentado por manantiales en la cabecera del río Ameca, en Jalisco. Este proyecto tiene como objetivo reintroducir exitosamente tres especies extintas en la naturaleza, que eran endémicas a ese cuerpo de agua: Zoogoneticus tequila (Zoogy), Notropis amecae y Skiffia francesae.

El proyecto inició con Zoogy, para lo cual se desarrolló un plan en tres etapas. La primera era conocer si las condiciones del río Teuchitlán y sus manantiales eran las adecuadas para que las especies a reintroducir pudieran sobrevivir y formar una población viable a largo plazo. La segunda etapa era rehabilitar o incidir en aquellas condiciones que pudieran ser desfavorables para la persistencia de las especies reintroducidas, por ejemplo, especies exóticas, contaminación, alteraciones del hábitat, etc. En esta etapa, además de la información recabada en la primera, se realizaron experimentos preliberación, para entender diferentes aspectos en las interacciones que se pudieran desarrollar entre Zoogy y el ambiente donde se iba a reintroducir, por ejemplo, con la calidad del agua, parásitos, depredadores, alimento, etc. La tercera etapa fue la reintroducción y seguimiento de la nueva población de Zoogy, para lo cual se desarrolló un plan de monitoreo que lleva ya cinco años realizándose con estudios tendientes a entender cómo la especie se ha ido adaptando y prosperando a su «nuevo» ambiente.

Actualmente se considera que la reintroducción ha sido un éxito, pues existe una población estable de Zoogy en el río Teuchitlán y, desde 2019, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), ya no considera esta especie como extinta y la pone en una categoría de en peligro con poblaciones en crecimiento. Cobijados por el éxito de este proyecto, iniciamos los proyectos de reintroducción de Skiffia francesae y Notropis amecae, los cuales iniciaron en 2019 con la ventaja de tener toda la información del proyecto Zoogy.

Otro de los proyectos de conservación que tenemos es el del lago de Zacapu (Michoacán), uno de los más importantes para la conservación de la fauna acuática del centro de México, donde estamos realizando investigaciones tendientes a conocer la situación histórica de este cuerpo de agua y de las especies que lo habitan, todo ello con el objetivo de poder mejorar el plan de manejo de esta área natural protegida.

También trabajamos en el proyecto de conservación del Achoque y su hábitat, el cual tiene financiamiento hasta el 2024, un proyecto con dos vertientes de investigación: todo lo relacionado a su mantenimiento y producción en cautiverio. El objetivo es mejorar el manejo que se tiene en algunas unidades de manejo que ya existen, como la que tienen la Monjas Dominicas del Monasterio de María Inmaculada de la Salud, en Pátzcuaro (Michoacán, México), para lo cual se hacen trabajos de investigación prácticos de crecimiento, alimentación, control de enfermedades, entre otras. De igual forma, se pretende promover el cultivo de esta especie como un medio rentable de subsistencia para los pobladores de la rivera del lago de Pátzcuaro. Por otro lado, la parte in situ tiene varios objetivos, el primero es saber el número de individuos de la población de Achoque y su distribución en el lago, entender el porqué de esa distribución y entender la distribución potencial de la especie dentro del lago; la otra es comprender el cambio que ha sufrido la cuenca y el lago a lo largo del tiempo y sus posibles medidas de manejo, protección y mejora, y por último, vincularse con los sectores sociales y gubernamentales para poder planificar acciones que lleven a la conservación de los achoques y su hábitat.

Asimismo, formo parte como asesor científico del Parque Nacional Revillagigedo, que son unas islas oceánicas muy importantes situadas a más de 700 km de distancia de Manzanillo, Colima. Además de estar vinculado a otros proyectos de conservación de peces del centro de México. Dentro de todos los proyectos de investigación tenemos un componente social, cuyo fin primordial es desarrollar estrategias, planes y acciones de educación ambiental que lleven a un cambio de actitud en los usuarios del recurso y con ello lograr que la sociedad que vive en contacto con dichos recursos, sean los principales promotores y actores en su conservación a largo plazo, para lo cual se usa un sin número de estrategias participativas.

Como ves, los proyectos de conservación son muy complejos y multidisciplinarios, por lo que colaboramos un importante número de investigadores y alumnos de diferentes áreas.

 

También nos gustaría saber sobre otros proyectos en los que participas, como los que realizas en el Parque Nacional de Galápagos y en Puerto Rico ¿Qué tipos de peces estudias en estas regiones?

En estas regiones trabajo los proyectos en temas de evolución y sistemática de peces, los cuales son tres: uno de ellos lo desarrollamos en cuerpo de agua dulce de Mesoamérica, con énfasis en los peces del centro de México; el segundo, en el Pacífico Oriental Tropical, que va desde Bahía Magdalena y el golfo de California hasta Ecuador, incluyendo islas oceánicas como los archipiélagos de Galápagos y Revillagigedo, la Isla del Coco y el Atolón de Clipperton; y el tercero, en el Gran Caribe, que incluye el golfo de México, el Caribe mesoamericano y las islas de las Antillas. Estos proyectos tienen como principal objetivo entender cómo han evolucionado los peces en el espacio y tiempo en estas regiones de América, como lo eventos tectónicos, volcánicos y climáticos, para el caso de los peces de agua dulce, y cómo las corrientes oceánicas, giros oceánicos, condiciones ambientales, de hábitat y biológicas, han moldeado la evolución de la importante fauna de peces en América. A partir de estos trabajos evolutivos, realizamos trabajos de biogeografía y sistemática de peces, a partir de los cuales hemos descubierto nueve especies nuevas para la ciencia, lo cual ha ayudado a aumentar la diversidad y endemismo de peces en México e islas remotas como Galápagos y Revillagigedo.

 

Como resultado del desarrollo de estas investigaciones, además de lo que nos has contado, platícanos tu experiencia sobre la primera descripción de una especie nueva de pez, así como las más recientes realizadas y publicadas por tu grupo de trabajo.

El primer pez que describí fue Allotoca zacapuensis, una especie endémica del lago de Zacapu, la cual además está sumamente restringida a los manantiales de aguas claras dentro del lago. Este descubrimiento, así como el de Notropis grandis, otra especie descrita por nosotros para esta misma zona, aumentó de manera importante el número de especies exclusivas que viven en Zacapu, lo que hace a esta área una de las más importantes para la conservación de peces de agua dulce en el centro de México. En el camino hemos descrito más especies de agua dulce, dos endémicas para la cuenca alta del río Ameca, lo cual también eleva el número de endemismo de esta región de Jalisco, generando todo un reto para su conservación. La más reciente descripción que realizamos fue la de dos especies nuevas de peces marinos, una para el archipiélago de Galápagos y otra para el archipiélago de Revillagigedo, lo cual aumenta el número de especie endémicas en estos lugares y pone de manifiesto la gran importancia que tienen estos archipiélagos para la evolución de peces marinos, y no solo de animales terrestres, como las famosas tortugas de Galápagos o los pinzones de Darwin. Estas investigaciones en torno a la evolución de peces del Pacífico Oriental Tropical, incluyendo estos importantes archipiélagos, han abierto nuevas ventanas y debates en torno a la evolución de la diversidad marina, siendo este un modelo de estudio que seguramente aportará información nueva que ayude a entender cómo se conforma y estructura la diversidad biológica en las regiones marinas, además de aportar información relevante para la conservación y manejo pesquero de las especies de peces de la región.

 

Con tu experiencia, primero como biólogo y después como especialista en peces, tanto marinos como estuarinos y dulceacuícolas ¿Cómo inciden en su conservación este tipo de investigaciones?

Creo que las investigaciones que realizamos aportan mucho en la conservación y manejo de la especies de peces. Un ejemplo que me gusta contar es la descripción de dos nuevas especies dentro de un género de goodeidos, ya que antes de las descripciones que realizamos, se consideraba que existía una sola especie ampliamente distribuida en cuerpos de agua de Jalisco y Nayarit, por lo que no se consideraba que estuviera en algún riesgo de desaparecer. Después de la descripción formal de las dos nuevas especies, cada una de las tres especies resultaría ser endémica a regiones mucho más pequeñas, una de ellas, la especie que mantuvo el nombre original (Xenotoca eiseni) en la parte baja de la cuenca del río Santiago, en Nayarit; otra es endémica a la parte alta de las cuencas del río Ameca y Magdalena (X. doadrioi); y la tercera, restringida a la parte alta del río Tamazula, en Jalisco (X. lyonsi). Las descripciones de estas dos especies nuevas no solo tuvieron implicaciones en la taxonomía y en su descubrimiento, sino también en su conservación, ya que una especie ampliamente distribuida se convirtió en tres especies con distribuciones muy restringidas, endémicas, catalogadas por la UICN como en peligro crítico de desaparecer. En cuanto a su manejo, están los estudios que hemos realizado, donde se han identificado poblaciones de peces de importancia comercial que son genéticamente cohesivas, pero que se diferencian de otras poblaciones cercanas, datos que abonan para identificar stocks pesqueros, de manera que se pueden plantear cuotas de captura tomando en cuenta estos datos genéticos.

También está lo que hicimos en Revillagigedo, un archipiélago conocido por sus grandes peces pelágicos, como los atunes, mantarrayas y tiburones, pero que poco se conocía de las especies pequeñas. Después de los estudios que realizamos, se logró poner en la mira esta importante riqueza de peces única del archipiélago, la cual hasta entonces era desconocida.

Los trabajos de reintroducción de especies también son importantes en la conservación, pues regresar a su casa, el río Teuchitlán, después de un exilio de más de 30 años a especies que desaparecieron en el siglo pasado, y lograr que se establezcan y prosperen es, creo, el logro de conservación más importante que hemos obtenido. Este trabajo ha sido posible gracias al mantenimiento de especies en peligro resguardados de la extinción en el FishArk, por lo cual el mantener estas especies resguardadas de la extinción es sumamente importante. Además del trabajo que hacemos para mejorar los planes de manejo de áreas naturales protegidas como Zacapu, Revillagigedo y Puerto Morelos, creo también, han ayudado a la conservación de la altísima riqueza biológica de nuestro país.

 

 A lo(a)s jóvenes que están interesado(a)s en estudiar biología o una carrera afín, pero con la inquietud de realizar investigaciones sobre peces ¿Qué consejo puedes darles para especializarse en esta disciplina de la biología?

Lo primero que siempre recomiendo es que sigan su pasión, que hagan y se dediquen a lo que realmente les gusta y apasiona. Y con esa pasión, que busquen el nicho donde puedan desarrollarse, los laboratorios o investigadores que hagan investigación en lo que les gusta y los contacten. Hay muchas facilidades de movilidad estudiantil para que puedan estudiar lo que les gusta, además de muchos laboratorios e investigadores que trabajan temas con peces. Así que, lo que les recomiendo, es que sigan su pasión y no se detengan, que los éxitos llegarán en su momento.

 

Por último, ¿qué opinión tienes sobre el trabajo de divulgación de la ciencia que debemos realizar los científicos?

Creo que la divulgación de nuestras investigaciones debería ser uno de los ejes principales del quehacer de un científico, así como nos ponemos de meta publicar un número de artículos científicos, deberíamos ponernos de meta publicar el mismo número de artículos de divulgación. En el desarrollo de los proyectos de conservación que dirijo, me di cuenta que la mayor fortaleza de cualquier proyecto de investigación está en la gente, que lo entienda, lo adopte y le interese, y sin la divulgación, esto simplemente no sería posible.