¡Ya no quiero ir a la escuela!

Escrito por Ben Hur García-Hernández

ARTÍCULO DE PORTADA

 

¡Ya no quiero ir a la escuela!

Ben Hur García-Hernández

 

 

Resumen

Actualmente, la asistencia a la escuela se ha dimensionado ampliamente en el campo jurídico de la educación y en el diseño de políticas públicas internacionales y nacionales, como es el caso de México. De esta manera, la asistencia se ha configurado como un derecho inalienable de la infancia que cada vez dialoga más con el concepto de la obligatoriedad. En este sentido, el presente artículo aborda, desde el escenario político de la Nueva Escuela Mexicana, una reflexión educativa que atiende justamente las relaciones y prácticas de poder de la escuela desde sus discursos y las incertidumbres que viven las infancias, detrás de sus emisiones simbólicas, que expresan con voz fuertes: ¡Ya no quiero ir a la escuela!

Palabras clave: Asistencia, escuela, derecho, infancia.

 

RECIBIDO: 20/06/2024; ACEPTADO: 25/11/2024;

PUBLICADO: 18/07/2025

Ir a la escuela: Nueva Escuela Mexicana

Las emisiones simbólicas del lenguaje expresadas por el niño sobre su sentir y pensar acerca de la escuela, históricamente han acaparado el problema de la asistencia escolar. Actualmente, en México, en el contexto de la «Nueva Escuela Mexicana», las visiones del niño en torno a dicha institución han trastocado no solo los escenarios ritualistas, sino también las políticas educativas sobre la inclusión sustentadas en el plano legal y normativo del derecho a la educación y la obligatoriedad,aspectos comprendidos desde las atribuciones que enmarca el artículo 3° Constitucional que alude el derecho de la educación básica y media superior.

Desde el discurso político de la educación de la actual administración federal (2018-2024), la educación básica como «tipo educativo del sistema educativo nacional» es concebida como: «el primer tramo formativo obligatorio». En este sentido, la escuela aparece como «Centro de aprendizaje comunitario en el que se construyen y convergen saberes, intercambian valores, normas, culturas y formas de convivencia en la comunidad y en la Nación» (DOF-6-07-2020, p. 316). Bajo esta connotación política de la educación, el alumno se concibe como «Persona matriculada en alguno de los tipos, niveles, servicios y modalidades del Sistema Educativo Nacional que recibe conocimientos y orientación de un docente» (DOF-6-07-2020, p. 313). Sin embargo, por encima del actual discurso político de la educación, se vislumbra la contraposición de las infancias escolares que cuestionan a la escuela desde un marcado rechazo a la asistencia de la misma.

Desde un enfoque humanista de la educación, y bajo el contexto político de la Nueva Escuela Mexicana, el presente artículo atiende la encrucijada de la asistencia escolar. Por un lado, desde las visiones discursivas del Estado que plasman la obligatoriedad y, por otro, a partir de las resistencias opuestas por las infancias desde su derecho a la educación. En algunas ocasiones silenciadas y en otras ignoradas, hoy las voces de las infancias requieren ser revisadas y comprendidas para garantizar su inclusión educativa en el espacio escolar.

Históricamente en México, la asistencia del niño a la escuela ha sido un fenómeno holístico marcado por una serie deintereses políticos, económicos, sociales y culturales, provenientes de diferentes actores que han dejado en tumulto las voces de la infancia. Evidentemente, esta cuestión ha vulnerado sus horizontes, convirtiendo al niño en un sujeto pasivo en las inmediaciones del nuevo orden escolar disciplinario que cada vez revela más la devastación de su libertad. Así, «¡ya no quiero ir a la escuela!», se ha convertido hoy en un sentir y pensar de la infancia, cuyas voces son audibles en medio de las asonadas atribuciones políticas y pedagógicas de la Nueva Escuela Mexicana.

 Lo que la Constitución establece para asistir a la escuela

Es evidente que, a través del desarrollo de programas y políticas públicas en el campo de la educación, el Estado mexicano ha hecho patente sus sentidos y significados sobre la asistencia obligatoria de niños, adolescentes y jóvenes a la escuela, y ha tomado como base jurídica tanto los acuerdos internacionales como las normas y leyes nacionales, estatales y municipales establecidas en el campo de la educación.

Así, bajo el sustento constitucional, se ha permeado la instrumentación de políticas educativas que dan luz a reformas educativas que no dejan atrás el derecho y la obligatoriedad de la educación como interés político y punta de lanza discursiva en la formación de la ciudadanía. De este modo, por ejemplo, el artículo 3° Constitucional señala:

 

Toda persona tiene derecho a la educación. El Estado —Federación, Estados, Ciudad de México y Municipios— impartirá y garantizará la educación inicial, preescolar, primaria, secundaria, media superior y superior. La educación inicial, preescolar, primaria y secundaria conforman la educación básica; esta y la media superior serán obligatorias […].

 

Asimismo, sobre el carácter obligatorio de la educación y la asistencia escolar, la Ley General de Educación ha sido también para el Estado mexicano otro sustento legal específico que no solo ha servido para la legitimación política de su función socioeducativa en un contexto de humanismo y democracia, sino también en el interés mostrado por el control de la mente y el cuerpo que, desde una ética de la razón política del Estado, requiere en el sujeto la inserción pedagógica curricular de ciertos conocimientos.

Desde un determinado proceso de enseñanza y aprendizaje, la escuela revela el aseguramiento educativo de ciertas ideas, valores, símbolos y tradiciones que históricamente se han construido desde el adulto-centrismo occidental y la gobernanza política encabezada por el Estado. Bajo esta cuestión que expone el asunto de la asistencia obligatoria a la escuela, y al mismo tiempo «la denegación de la infancia» a este requerimiento legal, el artículo 6 de la Ley General de Educación menciona:

 

Es obligación de las mexicanas y los mexicanos hacer que sus hijas, hijos o pupilos menores de dieciocho años asistan a las escuelas para recibir educación obligatoria, en los términos que establezca la ley, así como participar en su proceso educativo, al revisar su progreso y desempeño, velando siempre por su bienestar y desarrollo.

 

 ¿Qué hacer para que el niño tenga el gusto de ir a la escuela?

Durante la Administración Federal del presidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), la propuesta de la Nueva Escuela Mexicana no ha dejado atrás el tema de la asistencia escolar. Desde sus visiones filosóficas, en torno a una educación comunitaria que pretende resignificar el sentido social de la escuela, la asistencia escolar aparece como una proeza del «humanismo social» que pretende abonar una política del «bienestar». Desde esta perspectiva, y a fin de recuperar «el gusto del niño por ir a la escuela», esta debe dejar atrás sus antiguas rigideces y convertirse en una organización flexible que dé satisfacción a los intereses y gustos de los alumnos que son niñas, niños y adolescentes, como lo describió Gilberto Guevara Niebla en 2019.

Quizás, en el horizonte de estas definiciones humanistas sobre la escuela como lugar de libertad y ocio, se avizoran las ilusiones de una infancia vulnerable, pero al mismo tiempo vulnerada por una escuela tradicional que no ha respondido al cúmulo de las irrestrictas expectativas de la infancia. Desde esa realidad, el simbolismo «¡Ya no quiero ir a la escuela!», supone la urgencia de un cambio en la vida escolar y en la práctica docente, de tal modo que la escuela se transforme en un recinto divertido, alegre, incluyente y al margen de coacciones y autoritarismos.

En esencia, no podemos obviar que, desde las voces y silencios, alegrías y miedos de las infancias, configuran sus formas de mundo a veces no reconocidas en los escenarios políticos del sistema educativo mexicano que, desde su compleja estructura, acentúa el ritual de la asistencia a la escuela, a la vez que compromete desde un plano legal a la familia en la institución imaginaria de la asistencia escolar. Ejemplo de esto aparece constituido en el documento oficial titulado Orientaciones para padres y comunidad en general, que fue elaborado por la Subsecretaría de Educación Media Superior en 2023, donde se sostiene que:

 

Cuando los padres de familia animan a sus hijas e hijos a continuar asistiendo a la escuela, es debido a que confían en que ello les servirá para que en un futuro ejerzan una profesión, mejoren sus condiciones económicas y tengan una mejor calidad de vida (p. 5).

 

En esta referencia se hace evidente cómo el Estado mexicano, desde la actual reforma educativa, ha instituido un imaginario social de la escuela desde la función afectiva de la familia, un imaginario que la compromete con la tarea moral de «animar al hijo» en la asistencia a la escuela bajo la promesa de alcanzar con ello un estatus profesional que acarreará en el hijo el bienestar económico. Así, un sentido funcionalista recuperado por el Estado, es el que orienta a la escuela como institución imaginaria de la sociedad, de acuerdo a lo publicado por Cornelius Castoriadis en 2010.

Hasta aquí podemos mencionar que, ante este pensamiento político de la educación obligatoria que asocia una clase de pacto entre Estado-familia-niñez escolar, se requiere dar atención investigativa a las voces de las infancias en el amplio contexto social, desde donde el niño expresa su desánimo y rechazo a la escuela. Esto es, desde el concierto de sus ideas y sentimientos expresados en caras, gestos, gritos, ademanes y silencios, que expresan:

 

¡YA NO QUIERO IR A LA ESCUELA!

 

Ben Hur García-Hernández. Es egresado de la Escuela Normal No. 2 de Toluca; Maestro en Ciencias de la Educación por el Instituto Superior de Ciencias de la Educación del Estado de México y Doctor en Ciencias de la Educación Familiar por el Instituto de Enlaces Educativos. Se ha especializado en estudios sobre infancia escolar y políticas educativas de inclusión desde un enfoque de la gobernanza democrática. Su preocupación por las voces de la infancia, la familia y las-los docentes lo han llevado a recuperar las visiones de estos agentes, principalmente en los escenarios políticos de la Nueva Escuela Mexicana. 

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Castoriadis C. (2007). La institución imaginaria de la sociedad. Buenos Aires, Edigraf S.A. https://revolucioncantonaldotnet.wordpress.com/wp-content/uploads/2019/01/kupdf.com_la-institucioacuten-imaginaria-de-la-sociedad-cornelius-castoriadis.pdf

 

Diario Oficial de la Federación. (22 de marzo de 2024). Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos.

 

Diario Oficial de la Federación. (1 de abril de 2024). Ley General de Educación.

Guevara-Niebla G. (2019). La crónica de hoy. https://www.cronica.com.mx/notas-el_humanismo_social_de_la_nueva_escuela_mexicana-1129538-2019.html

 

Secretaría de Educación Pública. (2023). La Nueva Escuela Mexicana (NEM). Orientaciones para padres y comunidad en general. Subsecretaría de Educación Media Superior.