Las mujeres y la montaña rusa

Escrito por Nayda Luz Bravo Hernández

¿Yo, de mal humor? ¡Para nada!

En días pasados estuve navegando en las redes sociales y me encontré con unas imágenes entretenidas con frases cortas, a las cuales les llamamos memes, en los que el mensaje central trata de cuando nosotras las mujeres nos encontramos de mal humor, en apariencia, sin ningún motivo.

Las descripciones gráficas que vi fueron muy variadas y divertidas, ya que unas son caricaturas con mujeres con tubos y un molinillo entre las manos, con cara de pocos amigos. Habían otras en las que hacen la clásica pregunta: «¿Estás enojada mi amor? Y ella contesta, ¡no mi amor!, pero en ese mismo momento, la chica se voltea y dirige la mirada al susodicho con ojos de depredador lista para devorarlo».

También encontré otras imágenes divertidas donde hacen comparaciones del «mal humor» de nosotras las mujeres con animales salvajes. «Por ejemplo, un lobo le pregunta a su compañera ¿Te pasa algo corazón?, y la lobita solo le pela los dientes ¡literal!, como respuesta al atemorizado lobo».

Revisando los diferentes memes en referencia a nuestro estado de ánimo, vez tras vez, se transmitía el mismo mensaje: «a las mujeres hay que hablarnos con pincitas porque no sabes de qué humor nos vas a encontrar».

 

¿Por qué este humor que nos cargamos?

Me gustaría que, tanto hombres como mujeres, veamos este comportamiento femenino desde un punto de vista más serio, para saber las razones por las que, nosotras, de pronto estamos muy risueñas y cantando, pero a los pocos segundos somos un huracán de lágrimas; y en otros momentos, no nos pueden decir ni mi alma, porque nos desatamos en un enojo incontenible e inexplicable, incluso para nosotras mismas. Así que los invito a que indaguemos qué es lo que nos está pasando.

Estos cambios de ánimo, o más bien de nuestras emociones, están ligados a un cierto periodo denominado «periodo premenstrual», que como su nombre lo indica, ocurre justo antes de la menstruación. En este período se presentan una serie de signos y síntomas que se les denomina Síndrome Premenstrual (SPM), pero cuando los síntomas son más intensos, se le llama Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM).

Y no es que a las mujeres nos suceda lo que al hombre lobo en luna llena, que nos ponemos peludas, nos crecen las garras, los colmillos y nos da ansia de comer carne humana, ¡no, para nada! Pero si tenemos, de vez en cuando, pequeños cambios y no precisamente en periodos de luna llena.

¿Qué cambios son los más comunes?

Los signos y síntomas premenstruales leves se presentan entre el 60 y el 85 % de la población, y cuando estos llegan a interferir en algún aspecto de la vida diaria, pueden ser considerados como SPM, del cual se han llegado a describir más de 100 síntomas y se presentan entre el 20 y el 40 % de las mujeres; aparecen desde unos pocos días hasta 2 semanas previas a la menstruación. Sin embargo, el TDPM en su forma severa y cuyas manifestaciones primordiales son psicológicas, es de intensidad lo suficientemente fuerte como para ocasionar un impacto negativo sustancial en aspectos sociales, ocupacionales y personales.

En general, estos cambios afectan la calidad de vida en la etapa reproductiva de la mujer, ya que pueden llegar a incapacitar, e inclusive, hasta requerir tratamiento de tipo farmacológico, sea hormonal o medicamentos para disminuir la ansiedad y las molestias que se presentan. Este subtipo del SPM afecta de un 3 a un 8 % de la población, aunque se ha llegado a sospechar que este porcentaje puede ser mayor, hasta de un 20 %.

Dentro de los síntomas que se presentan, incluyen la tristeza, irritabilidad, furia, cambios de ánimo, depresión, tensión/ansiedad, retiro social, baja concentración, distensión abdominal, dolor mamario y fatiga, insomnio, aumento de siestas, cambio en el deseo sexual, solo por mencionar algunos.

 

Lo importante de un diagnóstico y tomar un tratamiento

Estas alteraciones (SPM/TDPM) son poco diagnosticadas debido a que casi no acudimos a consultas clínicas durante la etapa de la adolescencia, sino hasta llegar a la edad adulta o cuando los síntomas se tornan más severos. Es importante acudir a un profesional para tener un diagnóstico a tiempo y la posibilidad de llevar un tratamiento médico de acuerdo a las necesidades de cada mujer.

Además de utilizar tratamientos farmacológicos para favorecer la disminución de los signos y síntomas del SPM/TDPM, se sugiere cambiar la dieta, disminuir el consumo de cafeína, de azúcares refinados, aumentar el consumo de suplementos alimenticios para mejorar los niveles de vitaminas como la E, B6, B12 y de minerales como el calcio, magnesio y zinc, que ayudan a la producción de serotonina. También, se puede llevar una terapia psicológica y la práctica de ejercicio como apoyo.

 

¿Por qué en la montaña rusa?

Ahora ya saben, si nos ven alteradas no se preocupen, más bien ténganos un poco de paciencia, y si nos preguntan ¿Te pasa algo cariño? y respondemos ¡no me pasa nada!, acompañada con una mirada retadora, recuerden que todo se debe al Síndrome Premenstrual, o incluso, al Trastorno Disfórico Premenstrual, que está haciendo otra vez de las suyas.

Estas alteraciones emocionales de repente nos llevan hasta la cima de la montaña, como la de la montaña rusa, pero así de pronto estaremos abajo, retornando a ser esas chicas dulces y tiernas que han conocido siempre. No hay nada de que temer, solo hay algo que atender.

 

Besio C., Martínez V. y Montero A. (2012). «Síndrome premenstrual y trastorno disfórico premenstrual en la adolescencia». Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc., 23(3):163-169.

https://docplayer.es/10699422-Sindrome-premenstrual-y-trastorno-disforico-premenstrual.html

 

Flores-Ramos, M. (2011). «Los trastornos mentales relacionados a la edad reproductiva de la mujer: Una nueva propuesta en el campo de la salud mental». Gac. Med. Mex., 147:33-37.

https://www.medigraphic.com/pdfs/gaceta/gm-2011/gm111e.pdf

 

León-García M. (2015). «Serotonina, ciclo menstrual y síndrome premenstrual». Medicina Naturista, 9(2):103-108.

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5171319.pdf.

 

Zanin L., Páez A., Correa C. y De Bortoli M. (2011). «Ciclo menstrual: sintomatología y regularidad del estilo de vida diario». Fundam. en Humanidades, 12:103-123.

https://www.redalyc.org/pdf/184/18426920004.pdf

 

M.C. Nayda Luz Bravo Hernández. Técnico Académico del laboratorio de nutrición vegetal en el Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

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